miércoles, 19 de mayo de 2021

EL DEMONIO EN TODAS PARTES

EXORCISMO EN EL SÉPTIMO DÍA
(The Seventh Day)
2020. Dir. Justin P. Lange.

         Un prólogo que ocurre en 1995 muestra el proceso de un exorcismo que falla. El padre Louis (Keith David) está junto con el joven sacerdote Peter (Chris Galust), ante el cuerpo poseído de un niño cuyo cuerpo comienza a ser vejado y luego quemado, indicando el triunfo del demonio. Un cuarto de siglo más tarde, el novato sacerdote Daniel (Vadhir Derbez, estático) es presentado al ahora ya mayor Peter (Guy Pearce, quien se ha prodigado mucho últimamente) para que ambos inicien una serie de exorcismos ya que han empezado a proliferar hechos extraños en diversos puntos del país. La relación inicial es tensa: Peter es un hombre que se muestra cínico y que expone a Daniel a valerse por sí mismo. El caso que deberán investigar es el de un niño que asesinó a sus padres y hermana: al entrevistarlo, el pequeño indica que no era él cuando ocurrieron los hechos… La película viene a ser otra variación sobre este tema, subgénero de terror, del cual difícilmente podrá encontrarse un equivalente luego de la obra maestra (El exorcista, 1973. Dir. William Friedkin), pero al menos es un intento por explorar las debilidades humanas. En este caso se tienen todos los elementos usuales: el ser poseído, la tabla ouija, la sugerencia de algún abuso, y hasta un inesperado demonio que es expulsado como ejemplo para el novato, aterrorizado, joven sacerdote.

         Al final de cuentas estamos ante un ejercicio de cine de terror. Aquí tenemos a una pareja dispareja: un sacerdote que ya ha vivido distintas experiencias, cuyo aspecto físico es desaliñado, mientras que su joven acompañante apenas va entrando en los ritos y fórmulas de la iglesia. La secuencia donde Peter obliga a Daniel a que encuentre un demonio, dentro de un refugio para personas sin hogar, le lleva a descubrir que el mal se encuentra inserto donde menos se piensa y que da lugar a su hegemonía y posible multiplicación. Hay otro momento muy bien dirigido cuando Daniel entra a la casa donde sucedieron los asesinatos y va reviviendo, en penumbras y gracias a visiones fantasmales, los antecedentes del niño criminal, así como las condiciones que estuvieron presentes. Si la película ha llamado la atención es porque su realizador, Lange, fue el responsable de una cinta mucho mejor, inquietante, con una atmósfera envidiable (The Dark, 2018), acerca de una joven zombi, que unía su soledad con un niño que había sido abusado al grado de la pérdida de sus ojos: ambos buscarían la redención contra los causantes de sus desgracias. Esta película no se encuentra a la altura, pero tampoco es despreciable: simplemente un título menor: podrán esperarse mejores obras de este realizador en el futuro.

El director Justin P. Lange