miércoles, 26 de mayo de 2021

EL HOMBRE NO ES EL MEJOR AMIGO...

DOGMAN: EL DESPERTAR DE LA BESTIA
(Dogman)
2018. Dir. Matteo Garrone.

         La primera secuencia de la película viene a ser modelo para lo que vendrá después. Marcello (Marcello Fonte) es un hombre compacto: de baja estatura, delgado, con rasgos que, en otro caso, indicarían algún retraso. Su negocio consiste en el cuidado e higiene de perros y ofrece sus servicios en un pequeño local de un pueblo napolitano. Se le presenta bañando, con sumo cuidado, a un gran mastín blanco que le pela los dientes. El animal, amarrado, detesta a su agresor, pero luego se calma cuando le empieza a secar con aire. Así, Marcello debe de vivir su vida: cuidándose de quienes lo retan y amenazan, como es el caso de Simone (Edoardo Pesce), un exboxeador, cuyo carácter es violento y abusivo. Marcello, aparte de este oficio, vende droga a menudeo y solamente entre conocidos. Simone se aprovecha de la mansedumbre de Marcello para quitarle droga, no pagarle, y meterlo en sus actos delictuosos: roba casas. Uno no comprende la paciencia que Marcello muestra ante el rudo y cretino acosador, pero tal vez sea porque esos pequeños crímenes le permiten complementar sus ingresos y utilizarlos en la relación con su hija, producto de un matrimonio que se ha separado.

         Marcello forma parte de una sociedad que incluye a los distintos comerciantes del lugar y con los cuales comparte bebida y comida, además del casual juego de futbol. Marcello es apreciado por todos, aunque todos se quejan de Simone. El colmo vendrá cuando éste le pide que, a través de su negocio, pueda introducirse al local contiguo que es una joyería. Cuando el dueño acusa a Marcello de algo que es evidente, éste prefiere callar antes que denunciar al abusivo Simone. A partir de aquí, ocurren hechos que llevarán a una segunda parte de la cinta donde las cosas deberán cambiar, aunque dentro de la lógica inexplicable de Marcello o tal vez, ante su experiencia de manejar a animales que, de pronto son bravos y amenazadores, pero que sabe que al final de cuentas podrá dominar.

         La cinta nos muestra los aspectos diversos del protagonista (impecablemente actuado por Marcello Fonte, quien se ganó la Palma de Oro como mejor actor en Cannes), al presentarlo desde su humilde e inofensivo oficio, luego padre amoroso cuya voluntad es lo que desee su hija, o el ser humano que retorna a la casa robada para rescatar a un pequeño perro ladrador que sus compinches habían metido al congelador de la cocina, porque eso era impensable, cruel y mezquino. Todo deberá explotar. Es la gran cualidad de la cinta que nos va llevando a una metamorfosis: Marcello deberá comportarse como quien tolera, somete y domina a un perro. Las reacciones sociales, los cambios en una supuesta amistad, el final de la paciencia, la rebelión de una persona que creía en la nobleza de sus semejantes al igualarlos con los perros que cuidaba y limpiaba y paseaba. Pensaba, equivocadamente, que el hombre era el mejor amigo del hombre.

El director Matteo Garrone con su actor Marcello Fonte en Cannes