DUNA
(Dune – Part One)
2021. Dir. Denis Villeneuve.
Adaptación parcial de uno de los libros icónicos de la ciencia ficción en los años sesenta. Frank Herbert escribió esta novela que adquirió tanta fama y lectores que todavía alcanzó a escribir otras secuelas y, aún fallecido, su hijo se dio a la tarea de perpetuar la saga: ahora hay 14 libros en total. La cinta, por lo tanto, establece personajes y ofrece una especie de prólogo a la acción que sucederá con el Duque Paul Atreides (Timothée Chalamet) ya dentro de una civilización vieja (los fremen), subyugada, nativa realmente del planeta Arrakis que estuvo sometida por 80 años por la raza Harkkonen cuyas primeras buenas intenciones de mejorar las condiciones de vida, se cancelaron al descubrir la abundancia de “Especia”, algo que podría considerarse como combustible (petróleo) y, en el caso de la novela, metáfora de alguna droga (por eso, en algún momento, el personaje de Paul es afectado mentalmente debido al contacto con el mineral). El emperador intergaláctico ha pedido a la Casa Atreides que ahora sea quien mande sobre Arrakis. En realidad, es un plan para aniquilarla. Al ser la mitad de toda una novela, esta primera parte fascina por su aspecto visual e intriga por lo que promete para su desenlace.
Debe de considerarse que “Duna”, novela, vino a influenciar a muchos de los creadores fílmicos. El caso más notable y notorio es La guerra de las galaxias (Lucas, 1977 – 2019) e infinidad de otros títulos. Se nota la mano dominante del realizador Villeneuve cuyas cintas previas dentro del género (La llegada, 2016; Blade Runner 2049, 2017) fueron ensayos para el esplendor visual. Desde el inicio, con las exóticas naves, de formas distintas, tamaños imponentes, se va estableciendo una atmósfera alejadísima de la imagen de sociedad de siglo XXI. Es el año 10,191. Lenguajes, costumbres, vestuarios que van mezclando lo moderno con aquello primitivo y terminar siendo un todo indefinido. Hay misticismos (se habla de un elegido, un Mesías; hay batallones de soldados que aparentemente están siendo guiados por un líder espiritual), comunicación extra dimensional (una forma de uso de voz, una caja que causa dolor, una sociedad femenina con ciertos poderes y mandatos divinos), protección electromagnética en el momento de lucha, aprendizaje por maestros guerreros.
Paul
Atreides se encuentra en un momento de confusión personal. Se ha enterado de
que pudiera ser el esperado, el elegido. Tiene sueños que predicen un futuro de
esperanza, pero también de sangre. Va entendiendo, apenas, su destino. La cinta
cumple con preparar al personaje para que se desarrolle en su totalidad más
adelante (en una esperada y esperanzadora segunda parte), además de ofrecerle al
espectador otro tipo de disposición. Así, su relación con el pueblo fremen se
vislumbra someramente. Una cinta sobre el futuro y la constante necesidad del
héroe prometido, del que vendrá a ofrecer realidades alejadas de tristes
presentes.
El realizador y su actor en el Festival de Venecia 2021