jueves, 28 de abril de 2022

¿QUÉ ES LA FICCIÓN?

 

EL PESO DEL TALENTO
(The Unbearable Weight of Massive Talent)
2022. Dir. Tom Gormican.

         En este delirio que mezcla ficción con realidad para caer posteriormente en una metaficción, tenemos la disyuntiva de las personalidades de Hollywood: ¿son estrellas o actores? Ahora Nick Cage (interpretado por Nicolas Cage) se entrevista con un director porque le está ofreciendo un papel perfecto que lo sacará del cine de género al cual se ha dedicado en los últimos años. Sin embargo, el trato no se lleva a cabo. Si a esto se le añade que tiene problemas económicos, además de diferencias con su exesposa e hija, a Nick no le queda más que aceptar el ofrecimiento de un billonario español, Javi (Pedro Pascal, graciosísimo) para que asista a una de sus lujosas fiestas en Mallorca, España, con el deseo de que lea un guion que ha escrito. Al llegar a su destino, dos extraños agentes se interesan por la llegada de Nick. Así, se puede describir lo que es simplemente el inicio de una trama tan inteligente como compleja, pero jamás difícil para el espectador. Los juegos entre verdad, mentira, realidad o pantalla de cine, son tan entretenidos que, en realidad, no importa tanto diferenciarlos, sino disfrutar los problemas de un actor cuya vida no se puede distanciar de la acción que usualmente interpreta.

         Nick Cage tiene, de pronto, enfrentamientos con su otro yo, al cual llama Nicky (y que es el mismo Cage, aunque bajo los efectos especiales donde aparece rejuvenecido como en los tiempos de Salvaje de corazón o El beso del vampiro y que es quien le vive recordando que es una estrella, que debe estar a la altura, que se olvide de sus sueños de gloria. Las referencias a la intensa filmografía de Cage son constantes, y se nota que el guion se escribió bajo la plena conciencia de los títulos y hechos que han dado lugar a las cintas de Cage y que, han dejado huella entre sus seguidores fieles. Así como se menciona a Con Air o Contracara o Luz de luna, de pronto se habla de Mandy o 60 segundos, y hasta a Los Croods, para dar una idea de la versatilidad, trascendencia, pero más que nada, permanencia de un talentoso actor, estrella, personalidad o mito. Es el juego de la persona que se define por sus roles, pero que queda en la memoria bajo su nombre verdadero.

Nicky, el otro yo de Nick


         Los conflictos familiares del actor Nick Cage (aquí tanto su esposa como hija son personajes ficticios) se deben a que siempre está pensando en su vida artística, en su realidad como actor, en la imposición de sus gustos. Su película favorita (El gabinete del doctor Caligari) no es apreciada por su hija quien le hace notar que solamente le ha importado su mundo. Aunque Cage quiera dedicarse a un cine serio, la misma vida se encarga de evitarlo: la acción le invade y todo lo que sucederá alrededor de su temporada con el empresario que lo contrata le meterá al género en lo que se muestra como su vida normal, alejada de la pantalla, dentro de la misma película que estamos viendo. En varios momentos de la cinta, Cage insiste en que nunca se ha retirado, que siempre ha estado ahí, aunque sea a través de cintas que la crítica desprecia pero que sus seguidores mantienen y las tornan valiosas (solamente en 2019, Cage apareció en seis títulos). De pronto expresa que podrá hacer papeles pequeños con directores importantes, a lo que su otro yo le reclama y hasta le golpea, aunque en otro momento, lo besa apasionadamente: Cage se despedaza a sí mismo, sin dejar de amarse.

         La cinta nos lleva a una mezcla incesante de situaciones que hemos visto en otras cintas de acción con Cage (como ha pasado con Liam Neeson o Bruce Willis, para ilustrar más casos de actores que se han refugiado, de pronto, en el cine de género, contra las cintas que desearían filmar), pero con un sentido paródico que se torna en crítica externa a cierta sección del cine de Hollywood, el que ya nunca se considera para premios, a pesar de ser consentida del público. A través del personaje Nick Cage, interpretado por el actor Nicolas Cage, el mismo cine se abre de capa como creador de mitos y leyendas, de estrellas que se tornan trascendentes para ciertos momentos de nuestras vidas como espectadores. A través de la ficción, con base en la realidad, el cine se convierte en sueños que vivimos despiertos en las salas de cine, pero que regresan siempre, de alguna manera, a nuestras vidas.

El director Tom Gormican




miércoles, 27 de abril de 2022

PREGUNTAS

 

C’MON, C’MON: SIEMPRE ADELANTE
(C'mon, C'mon)
2021. Dir. Mike Mills.

   Luego de Así se siente el amor (2010) que era un tributo a su padre, Mujeres del siglo veinte (2016), donde rememoraba los tiempos de su educación sentimental, el excelente Mills nos ofrece un delicado y lírico retrato acerca de las relaciones humanas contemporáneas. Johnny (Joaquin Phoenix, reconfirmando su excelencia) es un productor de audio que viaja a Los Ángeles para apoyar a su hermana Viv (Gaby Hoffman) y cuidar de su sobrino Jesse (Woody Norman) quien tiene nueve años, es demasiado precoz e inteligente para manipular su realidad, cuando ella debe viajar a Oakland para apoyar a su marido, quien padece de ciertos trastornos emocionales. Su trabajo hace que Johnny lleve consigo a Jesse hacia Nueva York y Nueva Orleans, para que ambos se vayan conociendo.

     El trabajo de Johnny consiste en entrevistar a niños y adolescentes preguntándoles acerca de sus puntos de vista sobre la realidad en que viven, el futuro que esperan, las emociones que sienten acerca de las actitudes de otras personas, entre muchas preguntas. Aunado a su forma laboral, aparecen otras preguntas y situaciones hacia su inteligente, pero sensible sobrino. El niño, de pronto, actúa como si fuera un huérfano al cual se ha acogido en el seno de una familia y cuenta sus fantasías al respecto. En otros momentos, escucha a Mozart. Usualmente escucha a Johnny en sus conversaciones telefónicas y reacciona al respecto.

  La relación entre Johnny y Viv, usualmente tensa por las experiencias del pasado con una madre enferma a la cual el hombre consentía mientras la mujer rechazaba ahora empieza a tener otra fase de acercamiento gracias a la presencia y cuidado del pequeño Jesse, quien entiende el problema de su padre, al cual añora, y ahora utiliza a su tío como ente sustituto, sin caer en el chantaje sentimental. El niño, sin que se le pregunte, comenta sus propias inquietudes en el equipo de audio de su tío: “uno nunca sabe lo que va a ocurrir, por eso hay que darle y darle y darle…” (que en inglés equivale al “c’mon, c’mon, c’mon” que da título a la cinta).

         Nunca se cae en el melodrama. Hay momentos en los cuales Jesse muestra una ternura inmensa que el realizador no trata de manera sentimental; en otro caso, la posible pérdida del niño, que provoca angustia en el tío, resulta ser un juego que tampoco termina en el reclamo, ni en el abrazo que se complementa con lágrimas. Mills es lo suficientemente inteligente para sugerir, sacar conclusiones, enmarcar su trama con realidades que ya no permiten caer en las fórmulas de siempre: los jóvenes temen por su futuro, pero no carecen de esperanza. Jesse viene a ser uno de ellos.


El realizador Mike Mills con el excelente Joaquin Phoenix


viernes, 22 de abril de 2022

UN PERDEDOR NATO

RED ROCKET
2021. Dir. Sean Baker.

         El título se refiere a un modismo del idioma inglés que se refiere al pene erecto de un perro. Viene a ser el símbolo perfecto del personaje principal de la cinta, el patético, manipulador y egocéntrico Mickey (Simon Rex, excelente), actor pornográfico venido a menos, quien ya es cuarentón y vive del recuerdo de sus glorias pasadas. Lo encontramos en un autobús, llegando a Texas City desde Los Ángeles, del cual se dirige a la casa de Lexi, su esposa y anterior pareja dentro del mundo porno, quien vive con su madre Lil. Ambas lo rechazan cuando éste les suplica que lo vuelvan a recibir, que solamente será un par de días, mientras encuentra empleo. De alguna manera, logra convencerlas y pronto, Mickey ya está viviendo con ellas. Más adelante, volverá al lecho conyugal ante la satisfacción sexual de Lexi. No obstante, Mickey no logra encontrar trabajo. En todas partes lo rechazan al tener que confesar que participó en la industria del cine de “entretenimiento para adultos”, como se le nombra de manera sutil e hipócrita. Debe, entonces, de dedicarse a la venta de droga gracias a la principal distribuidora del pueblo, la matrona Leondria, aunque bajo las reservas de su hija June. Mickey encuentra como centro de operaciones una tienda de donas y café, donde trabaja la joven pelirroja Raylee, quien se autonombra Strawberry, y a la cual Mickey transformará en su meta personal, la joven que podrá manejar y convertir en nueva sensación de la pornografía en Los Ángeles.

         La cinta sigue la tradición del cine de Baker: en Tangerine (2015) mostraba el mundo de la prostitución transgénero, a través de personajes con esperanza de cambio de vida, destrozados por su propio entorno. Luego, en El proyecto Florida (2017) se centraba en niños, hijos de personas de niveles bajos, predestinados, quizás, al fracaso individual. Siempre es el ambiente que rodea a los personajes que habitan en sus historias: en este caso Mickey es producto del mismo pueblo que lo ahogaba y que lo convirtió en el tipo de ser que es ahora. Lexi y Mickey crecieron juntos, estudiaron en la misma escuela, y ambos se fueron a buscar fortuna en Los Ángeles dentro de lo que podían hacer y la mejor salida fue la pornografía. No se saben los motivos por los cuales Lexi decidió abandonar esa vida y retornar a sus orígenes. Mickey, por su parte, en todas las interacciones que tiene con quienes se cruzan por su camino, cuenta e insiste que ganó varios premios gracias a su talento, a poder moverle la cabeza, de manera correcta, a quien le estaba haciendo una felación, y esos fueron los grandes logros.

         Lo más contundente de la trama es la insistencia de Mickey por recuperar su estatus. Su sentido individual, egocéntrico, de “conocedor”, puede hacerlo resurgir de las cenizas. Al encontrar a Strawberry, saber que tiene 17 años y estar a punto de cumplir los 18, de inventarle toda una realidad que no es cierta (le hace creer que vive con su madre en una casa de lujo), de hacerle cortar a un pretendiente (la seduce diciéndole que es alguien que no la merece), de llevarla a conocer el table dance local para que se dé cuenta de cómo se puede ganar dinero fácilmente. Así, Strawberry cae en sus redes, y se despierta la ambición y la esperanza de Mickey para el futuro.

         Mickey viene a ser una persona pusilánime. Es la imagen perfecta del perdedor, del que encontró su talento en su pene y se conformó con esa ventaja. Ahora, cuarentón, venido a menos, aunque conserva su potencia sexual, no le queda otro horizonte que el sueño de volver a la gloria primigenia. Mickey es manipulador que engaña, crea falsos escenarios, desobedece órdenes de su dealer para ganar más dinero. Es el hombre que, como el perro metafórico del título, trae su red rocket en constante ilusión. Y lo más interesante, que debe uno de agradecer al realizador Baker (que nos ha dado su cinta más redonda), es que, según Mickey va obteniendo algún posible triunfo (como salvarse de un incidente que provoca), se va hundiendo más y más. La acción sucede en 2016, cuando Trump acepta la nominación para ser presidente gracias a engaños y falsas promesas, como idea general del ambiente en el que estaba hundida la nación, y que sirve de marco para personas como Mickey. El uso de la canción de N’Sync, Bye, Bye, Bye, para denotar ese adiós al cual Mickey deberá llegar: será al desprecio, cuando todo el juego se haya abierto de capa, y se demuestre que un perdedor nato nunca dejará de serlo. El que se creía posible agente era un realidad un padrote en ciernes.

El realizador Sean Baker con su actor Simon Rex


Simon Rex fue animador en MTV, actor en series exitosas de televisión (Felicity, Lo que me gusta de ti), hasta que salieron a la luz unos vídeos sexuales, en solitario, que filmó cuando tenía 18 años. De alguna manera, en esos tiempos, fueron motivo de que su carrera no tuviera los alcances esperados. Ahora, lo que ya es común en redes sociales, no era decente para los ojos de las comunidades. En este rol, viene a sublimar su estatus del pasado. Cosas de la vida.


jueves, 7 de abril de 2022

RESTAURANTE

DELICIOSO
(Délicieux)
2021. Dir. Èric Besnard.

         Es 1788 y Manceron (Grégory Gadebois) es el cocinero del Duque de Chamfort (Benjamin Lavernhe). Infringiendo la regla de no ofrecer platillos sorpresa en los menúes que el noble ofrece a sus invitados, ofrece un nuevo bocadillo al cual llama “Delicioso” y que consiste en una mezcla de champiñones y papas. Uno de los asistentes, sacerdote, reniega del platillo, pregunta por su contenido y se queja de que se les ofrezca papa cuando es alimento para los campesinos. Chamfort pide al cocinero que se disculpe, algo que no sucede, por lo que es despedido. Junto con su hijo Benjamín, Manceron vuelve a su casa para encontrarla derruida. Al poco tiempo llega Louise (Isabelle Carré) quien le solicita ser su aprendiz. Entre la negación del cocinero que ha perdido el entusiasmo por su oficio y las ideas de Benjamín ante la posibilidad de ser más que una posada de paso para viajeros, inicia un negocio de servicio para la gente en general. Por medio de una ficción que habla de la invención de los restaurantes, además de que sirve como metáfora indirecta de los disturbios que llevarían a la toma de la Bastilla.

         La cinta, cuya trama y desarrollo son tan deliciosos como el título, contiene muchos subtextos: el sentido clasista (solamente los nobles estaban condicionados para la buena comida: los pobres no podían ser gastrónomos); la idea de sumisión y pertenencia (Chamfort vive una gran decepción al ser negado por su patrón, quien era el que valoraba su gran don culinario); los ecos de una situación cada vez más insostenible (la pobreza extrema y el hambre debida a la ambición y soberbia de los aristócratas; el abuso en impuestos y los intereses creados). Por otro lado, está el hilo dramático: Manceron recibe a Louise para que despierte sus instintos eróticos, pero que en realidad permitirán conocer la verdad detrás de su identidad. De esta manera, se va creando cierto suspenso que mantendrá la expectativa del público.

         En la realidad, los restaurantes se crearon como concepto y servicio a finales del siglo XVIII. Manceron es un personaje pretexto para establecer la importancia de la comida como manjar planeado, experimentado y finalmente aceptado, como otro elemento de consumo aristocrático: no importaba su extracción popular mientras tuviera el don de la creación culinaria. Para Manceron, la cocina es lo que le da significado a su existencia. La idea de utilizar esa cualidad para que estuviera al alcance popular, sobre todo en una etapa de gran desigualdad social, fue lo que vino a revolucionar, de otra manera, a un país que era popular por sus manjares.

 El realizador Èric Besnard junto con su actor Gadebois

         Lo que resulta excepcional es que la cinta nos habla de la Revolución Francesa sin que jamás veamos una acción sangrienta ni alguna forma de exceso. Louise guarda un secreto que tiene que ver con su posición social. Chamfort tiene toda una historia detrás de sus acciones, aparentemente simples, que representa todo lo que provocó la rebelión. Al conjuntar estos personajes y desarrollarlos dentro de un tiempo, un espacio y las circunstancias aledañas, el realizador Besnard, alejado del cine de género que ha cultivado con éxito, nos ofrece una cinta que se cierra en sí misma, redonda, más clara que el agua. Reparto excepcional en locaciones de ensueño, con una fotografía espléndida, que nos transporta hacia un siglo que parece muy lejano, pero que, bajo muchos aspectos, nos acerca hacia nuestra cercana realidad. Hay menciones de Rousseau (“la vuelta al campo”), Mirabeau (“el orador del pueblo”), el inicio de los vuelos en globos aerostáticos: un pasado que más que recuperarse, está entre nosotros.

domingo, 3 de abril de 2022

TRAGAR OBJETOS

SWALLOW: LA PERFECCIÓN TE TRAGA
(Swallow)
2019. Dir. Carlo Mirabella-Davis.
 

         Hunter (Haley Bennett, admirable) se ha casado con el joven Richie (Austin Stowell), hijo de un rico empresario, con el cual vive una existencia de lujo: casa moderna frente a un río y un bosque, decoración a su gusto y hasta el aprecio de sus suegros Michael (David Rasche) y Katherine (Elizabeth Marvel). Hunter intenta ser la esposa perfecta: cocina a la perfección, limpia la casa, recibe a su marido y hace el amor de manera satisfactoria. Es el típico modelo de la esposa de los años cincuenta donde quedaba haciendo las labores del hogar mientras el marido salía a trabajar. Sin embargo, no es tomada en serio: cuando inicia una conversación, su suegro pierde el interés; el esposo le pone atención mientras no surja una llamada por el celular. Su suegra es la única que subraya lo que considera debe de ser su actuación (¿eres feliz o finges que eres feliz?). Cierto día, Hunter toma en su mano una canica y se la traga. Posteriormente, la rescata al defecar y la coloca en su tocador, a la cual se irán sumando otros objetos: un seguro, una piedra, hasta una batería. En otro instante, la veremos arrancando las hojas de un libro para meterlas en su boca. Al descubrirse embarazada, su trastorno se incrementa, al grado de que irá al hospital, provocando el desconcierto en su familia.

         Swallow (tragar sería la traducción) viene a ser una historia de terror, ante la amenaza que está siempre presente para la descontrolada Hunter, pero jamás será a nivel corporal (como en el cine de Cronenberg) ni se llegará a consecuencias funestas. La trama va permitiendo conocer al personaje de la joven esposa cuyo cuerpo no le pertenece, sino que se ha convertido en propiedad de un esposo y su familia. Tal vez su ansia de ingerir objetos inanimados, peligrosos, sea una forma de manifiesto, de control personal, de llamada de atención. Según pasan los días, se va conformando la relación marital: el joven esposo lleva amigos a la casa porque su mujer está ahí para atenderlos (uno de ellos le pide que le abrace porque se siente solo, a lo que Hunter accede, más por su estatus de persona eficiente que por atracción). Luego de que se descubre el trastorno de Hunter, el interés mayor será por el hijo que se espera más que por el bienestar de la mujer. Su esposo pondrá a un vigilante sirio para que cuide todos los pasos de Hunter: primero rígido con ella (si viviera la guerra, no tendría tiempo para este problema), en otro momento mostrará su compasión al darse cuenta de que es otro tipo de víctima.

         La cinta se divide en dos partes que esclarecen la situación de la joven esposa: primero está su desarrollo como esposa y su trastorno; luego llega una revelación a la psicóloga que la familia le obliga a visitar para que ocurra una confesión inesperada. Así, se van conformando las piezas de un rompecabezas que explica una desazón emocional, además de tornar los hechos de Hunter en discurso político, acerca de la situación de la mujer. Un guion inteligente va transformando lo que inicialmente era un trastorno como muestra de rebeldía, en decisión final para eliminar todo sometimiento. Swallow parte de lo que sería una relación normal, acorde con esquemas tradicionales y autoritarios, para llegar al reclamo de libertad y decisión personal. Magistral.

El director con su excelente actriz



viernes, 1 de abril de 2022

SOMBRA NUNCA FUE

UNA MUJER FANTÁSTICA
2017. Dir. Sebastián Lelio.


         Marina Vidal (Daniela Vega, estupenda, expresiva, adorada por la cámara) es una mujer transgénero. La conocemos cantando en un bar donde la espera su amante, el comerciante Orlando (Francisco Reyes) quien la lleva a cenar a un restaurante porque es su cumpleaños. Ahí le entrega un “vale” por dos boletos a las Cataratas de Iguazú. Le dice que ha perdido el sobre donde los llevaba pero que saldrán en diez días. Esa noche, luego de hacer el amor, Orlando se siente mal. Marina lo lleva al hospital (aunque antes el hombre cae por las escaleras) y ahí muere por un aneurisma. La mujer, entonces, sufre las consecuencias de su pérdida: el reclamo del hijo de Orlando, la humillación por la ex esposa, la vejación por una inspectora de la policía, haciéndole el perder el rumbo. Tendrá que degradarse, tocar fondo, para luego comprender e intentar su redención: una nueva vida, el cierre del pasado y del gran amor.

La felicidad
El cierre
         Siempre en pantalla, con la cámara recorriéndola, mostrándola sola o frente al espejo, humillada y ofendida, sospechosa porque huyó desesperada del hospital cuando el cuerpo de su amado tenía los golpes de la caída, nombrada como “quimera” por la ex esposa donde puede tomarse cualquiera de los dos significados al insultarla (“un ente monstruoso conformado de varias partes animales”) o reprobarla (“un sueño o una improbable ilusión que se persigue aunque sea imposible de realizar”), vejada por la inspectora que ordena un examen físico que la desnuda aunque resulta claro que es una persona transgénero, suavemente regañada por su maestro de canto escandalizado por desperdiciar su don en bares ligeros, Marina se encuentra en un punto de baja estima, contenida desesperación, excluida de la comprensión de un ser que la amaba.

Siempre en pantalla: expresiva
La cámara la muestra vulnerable
         La cinta nos lleva a la realidad social con sus políticas de discriminación a pesar de los discursos y los anhelos de igualdad (una ex esposa que no entiende quién podría fijarse en un hombre que se viste como mujer; el hijo del difunto que le llama “maricón de mierda”). Marina canta un aria que la define en el momento de confusión (“Sposa son disprezzata”: esposa soy despreciada), antes de degradarse asistiendo a un bar gay para hacerle una felación a cualquier tipo y luego, metafóricamente, convertirse en bailarina de cabaret, frívola e indiferente; un fuerte viento la dobla e inclina pero ella permanece de pie. Es el proceso de duelo, de descenso al infierno, de no encontrar una respuesta a su destino.

La metáfora frívola
El viento la inclina sin tumbarla
         Y sin embargo, la mirada será triunfal. Marina ha sido “acosada” por la imagen idealizada de su amado. Deberá haber un cierre. Tendrá que darse la resurrección de su alma. Al hablar del personaje transgénero, el realizador Lelio ofrece un cruel pero aleccionador y respetuoso viaje alrededor del ser humano que es congruente consigo mismo y que logra vencer al miedo, la amenaza, la agresión que rodea a cualquiera que resulta diferente y es rechazado. Por eso la cámara sigue todo el tiempo a Marina, la refleja, la muestra vulnerable y decidida. Finalmente puede expresarse con otra aria cuyas palabras base la definen: “Ombra mai fu”: sombra nunca fue. Queda el gran amor que se vivió: surge la esperanza.

Sebastián Lelio, luego de "Gloria" sobre la mujer
de mediana edad, ahora ofrece el retrato
de otra fantástica y plena fémina