Se terminó la quinta temporada y quedó demostrado que el melodrama con sus variaciones siempre será eterno, atractivo, magnético. Las aventuras de las mujeres que viven en Wisteria Lane no son muy diferentes a las que ocurren en cualquier telenovela, libros sentimentales o películas de antaño. Lo que importa es la manera en que son narradas. Equivalen al folletín de otro siglo o a la película en episodios. Recordamos lo general, no así las situaciones particulares. Pasamos momentos divertidos en los cuales se comprueba que la palabra "escapismo" es cierta, significa algo y tiene sustancia. Uno se olvida de todo. Qué pena que hasta el año entrante nos dejarán disfrutar la continuación en nuestra siempre atrasada América Latina. ¿Cón quién se casó Mike? Aunque sea obvia la respuesta, viviremos con esa incógnita aunque al mundo se lo lleve el diablo: cuestión de prioridades.