sábado, 10 de abril de 2010

LOCURA






La primera película de Katharine Hepburn se llamó “Locura” (A Bill of Divorcement) y fue filmada en 1932 bajo la dirección de George Cukor con mucha solvencia y gracia. Cuando uno compara la producción mexicana por esos tiempos, se lamenta que haya habido tanto retraso técnico para el desarrollo de nuestra industria. De las seis cintas producidas en nuestro país en 1932, aunque solamente se conserven cuatro, ninguna de ellas puede compararse con la que les estoy comentando. Por supuesto que con el debido tiempo, gracias a las personas que se formaron en Hollywood y al mayor contacto e interés que se tuvo con la meca del cine, se pudieron crear verdaderas joyas narrativas en el cine nacional y en sus momentos les he dedicado atención particular, si no en este blog, en diferentes espacios.

Vuelvo a “Locura” que estuvo basada en una popular obra teatral de la británica Clemence Dane donde se narran las tribulaciones de una mujer (Billie Burke) y su hija (Hepburn) cuando reaparece en sus vidas quien fuera esposo y padre (John Barrymore), recluido en un sanatorio para enfermos mentales desde que la hija era pequeña. Lo que se pensaba que era una consecuencia de haber peleado en la Primera Guerra Mundial se revelaba como enfermedad hereditaria. La mujer se ha divorciado tiempo atrás y ahora tiene un nuevo pretendiente; la hija, igual que su madre, tiene planes para casarse. La llegada del hombre, quien ha escapado del sanatorio al recuperar la lucidez, deja en claro que su esposa ya no lo ama. Su hija, en cambio, decide sacrificar su felicidad para evitar la herencia fatal de la locura a sus posibles hijos; también, desea dedicarse al cuidado de su padre.

Este melodrama extremo no llega al ridículo ni al tedio. Aparte de ser una cinta de corta duración (apenas 70 minutos), se nota el toque Cukor donde existen el equilibrio y la mesura. Los personajes no llegan a la sobreactuación (se nota la ascendencia teatral en todos ellos) y la narración fluye impecablemente. Hay movimientos de cámara justos y algunos planos están pensados en función de sus protagonistas. El desparpajo y naturalidad de la Hepburn se muestran en una escena donde se deja caer literalmente sobre unas almohadas para descansar frente a la chimenea. La llegada de Barrymore a la casa es observada por la hija desde una escalera donde se enmarca su bello y anguloso rostro.

Y Barrymore en sí mismo es una gloria. Con cincuenta años a cuestas, es ahora el galán maduro; el gran actor que se había destacado en el teatro como un distinguido Hamlet para luego pasar al cine silente donde interpretó al Dr. Jekyll con su anexo Mr. Hyde, aparte de Sherlock Holmes y Beau Brummel, explotando su famoso perfil, hasta llegar al "Don Juan" (Alan Crosland, 1926), primera película que tuvo su banda sonora, netamente musical, sobre el celuloide, como antecedente del cine parlante que estallaría al año siguiente. Barrymore lo sobreviviría por su masculina y bien modulada voz, sin los excesos gestuales, como se nota en la película que ahora comento.

George Cukor (1899 - 1983) sería considerado el gran director de mujeres en el Hollywood de antaño. Norma Shearer, Greta Garbo, Joan Crawford, entre muchos nombres, a los cuales se añade el de la Hepburn (en ésta y varias cintas del futuro). Cukor sabía darle esplendor al rostro femenino, además de exprimir la esencia del personaje en sus divas: a él le debemos, por ejemplo, la imagen de una Sophia Loren rubia en la única cinta (obra soberbia) del oeste que quiso filmar: "Su pecado fue jugar" (Heller in Pink Tights, 1960), como diva pionera en tiempos difíciles, miembro de una compañía teatral entre la rudeza primitiva; o los retratos disímbolos de varias damas californianas que se someten a una entrevista de investigación sobre las costumbres sexuales en "La vida íntima de cuatro mujeres" (The Chapman Report, 1962)con una frígida Jane Fonda, una ninfómana Claire Bloom, una infiel Shelley Winters y una coqueta Glynis Johns, donde Cukor dignificó el argumento de un escandaloso bestseller de Irving Wallace, escritor popularísimo en los años sesenta. Y así habrá una galería total de la cual "Locura" forma parte en los inicios.

En las fotos aparecen George Cukor; Hepburn con quien interpreta a su novio: el actor David Manners; Hepburn con el magnífico Barrymore; además de dos carteles publicitarios.