He tenido oportunidad de ver algunas películas que todavía no se estrenan por las salas de cine o por la cineteca. Aquí les comparto comentarios adelantados con la intención de que incentiven a su curiosidad y asistan a verlas porque valen la pena.
EL EXTRAÑO DEL LAGO
(L’Inconnu
du lac)
2013.
Dir. Alain Guiraudie.
Siempre
partiendo de una vista panorámica al estacionamiento improvisado que abre
camino a un hermoso lago con aguas azules, donde se reúnen homosexuales para
tirarse desnudos al sol y lograr, en algún momento, el ligue con alguien para
tener relaciones sexuales en el bosque cercano se van desarrollando los
diversos capítulos de lo que sería un melodrama de obsesión amorosa, con
algunos toques de ironía y otros de suspenso. Ha comenzado el verano y Franck
(Pierre Deladonchamps) llega al lugar donde reencuentra a conocidos, nada
desnudo, llega a otro lado del lago donde se sienta al lado del obeso y
solitario Henri (Patrick D’Assumcao) con el cual inicia una simple amistad
cuando éste le pregunta si no tiene temor de los peces siluros que logran tener
gran longitud y son voraces, aunque, en realidad, nadie los ha visto. De
pronto, a lo lejos, se da cuenta de un hombre que llama su atención (Christophe
Paou). Lo sigue cuando se adentra en el bosque y lo encuentra teniendo sexo con
un joven. De todas maneras sus miradas se encuentran y el hombre le saluda con
la mano.
A la derecha Patrick D'Assumcao
Al día siguiente, logra
iniciar una conversación con el hombre que le ha gustado, pero llega el joven
con el cual lo había encontrado y le pide que se vayan. Franck los sigue, pero
en el bosque ya no los encuentra. Otro hombre lo detiene y se van juntos a
tener relaciones sexuales. Pasa el tiempo y ya por la tarde, con cierta
oscuridad, logra ver que a lo lejos, dentro del lago, el hombre que le gusta
está ahogando a su joven pareja. Lo hunde en el agua hasta matarlo. Sale del
lago, se viste, mira alrededor y luego se va. Franck no hace nada. Permanece
oculto y así queda hasta que ya es de noche.
Christophe Paou como Michel, el asesino y
Pierre Deladonchamps como el apasionado Franck
Siguiente día: Franck
llega al lago y platica con Henri donde le hace saber de su desconocimiento del
sexo gay. Ha roto con su novia y no tiene idea de cómo acercarse a otro hombre.
Su ingenuidad es conmovedora. Su soledad es rampante. A pesar de que Franck
mira constantemente hacia el lago y los alrededores, el criminal no aparece.
Michel se adentra al bosque con su futura víctima
Dos días más tarde,
Franck vuelve al lugar sin encontrar al otro. Va al bosque, rechaza a un tipo
que quiere ligarlo, y más tarde retorna al lago. Del agua, sale el hombre que
se le acerca y le pide que compartan la toalla. Conversan un poco y luego se
dirigen al bosque donde tendrán sexo apasionado. Se entera que se llama Michel.
Ya no puede contarse más
porque se arruinaría el desarrollo y desenlace de esta bella película acerca de
la obsesión erótica que va más allá del crimen, la ética, y hasta el miedo.
Tenemos a Franck, un hombre normal que pasa el verano en un lugar de ligue
porque está convencido de su condición homosexual, del placer del sexo anónimo
(aunque no con cualquiera) que no es, por supuesto, lo único que le interesa en
la vida. Michel es un hombre amoral, quizás psicópata, que no quiere
comprometerse ni convivir con alguien más allá del momento que se viva en
conversación o la relación sexual.
Franck ha escuchado a su
nuevo amigo Henri sobre el temor que le causan los siluros, de los cuales corre
el rumor que hay algunos en el lago. El siluro es una especie de monstruo
marino que se alimenta de otros peces y hasta de palomas o aves acuáticas y
llega a ser de gran longitud y peso. En su lugar, Franck encuentra otro tipo de
monstruo en el bello nadador que le ha provocado una atracción especial. Se da
cuenta de un inesperado crimen y, sin embargo, no dice nada. Se entrega al
posible peligro. Toma su distancia pero no deja de volverse cómplice y
apasionado amante.
Alain Guiraudie (1964) en su séptimo largometraje
El realizador Guiraudie
ha comentado en alguna entrevista que esta película (su séptimo largometraje:
uno de ellos para la televisión) le serviría como metáfora para su propia
condición gay. Sabía que habría sexo explícito aunque utilizó a dobles de
cuerpo para estas escenas. Muestra un lugar de ligue homosexual de la manera
más natural, con bañistas desnudos que de pronto se internan en el bosque para
satisfacerse de alguna u otra manera. Los actores se muestran sin pudor en posiciones
que dejan sus genitales al descubierto (algo que usualmente es común con las
mujeres en el cine). Por lo tanto, obviamente, es una cinta sin mujeres.
Un bosque de ligue y placer anónimo
Un personaje que se
agrega ya en el último tercio de la cinta es un inspector de policía que investiga
el crimen (el cuerpo del ahogado se descubre a los tres días del acto). Su
punto de vista es netamente heterosexual y Guiraudie lo presenta como ejemplo
de la visión ignorante de las leyes y condiciones de la comunidad homosexual.
No comprende cómo no se intercambian teléfonos las personas que han tenido sexo
para reencontrarse. Otra secuencia interesante es la de un hombre al cual
Franck permite que le haga sexo oral. El hombre se levanta después de hacerlo y
le comenta a Franck que tiene un miembro delicioso, aparte de despedirse con un
saludo de mano: es otra de las sutilezas que tienen que ver con este universo
cerrado para las mentalidades que no lo aceptan, lo desconocen o rechazan.
poster francés
Guiraudie nos ofrece una
película extraordinaria. Serena en cuanto a la atmósfera de un bellísimo
(aunque simple) lugar de veraneo; fuerte en cuanto al motivo para desbordar la
pasión morbosa, erótica, sometida, de un hombre atrapado por otro; conmovedora
en cuanto permite el contrapunto del ser que asume su orientación homosexual pero vive solitario porque
no sabe incrustarse en el ambiente. Ganó uno de los escasos premios que todavía
tienen credibilidad en Cannes. Seguramente estará en la Semana del Cine Queer
que ofrecerá la Cineteca Nuevo León en julio o, de repente, aparezca en alguna
sala porque nunca sabemos cuáles son los caminos de la distribución.