LA CHICA DANESA
(The Danish Girl)2015. Dir. Tom Hooper.
Einar Wegener (Eddie Redmayne) y Gerda,
su esposa (Alicia Vikander) son dos pintores de tiempo completo en el
Copenhague de 1926.
Mientras Einar tiene fama por sus paisajes que reviven los
lugares de su infancia y juventud, Gerda no despierta el interés de los
galeristas. Cierto día que Gerda requiere terminar el retrato de una bailarina,
pide a su marido que se ponga unas medias y coloque un vestido sobre su cuerpo
para seguir con su trabajo.
Esto provoca un desazón en Einar quien descubre su
lado femenino. A partir de entonces ya no querrá tener sexo con su esposa,
conocerá a un joven homosexual que le despierta otras pasiones, recordará a su
amigo de infancia con el cual se besó, y llegará al extremo de someterse a una
cirugía de reasignación de género. Gerda obtendrá reconocimientos con sus
retratos de Lili Elbe, el alter ego
de su marido.
La pose estereotipada de Redmayne como mujer
es colocar las manos sobre su mentón
La cinta se convierte en un bellísimo
ejemplo de buena factura: fotografía espléndida, ambientación envidiable, pero
no explota a fondo el dilema de Einar/Lili. La transformación aparente se va
dando de manera rápida y engañosa. Todo se va resolviendo por fórmulas: el niño
con el cual se besó ahora es un atractivo hombre (Matthias Schoenaerts) que es
citado para conocer su opinión y explicar que fue un juego infantil. El hombre
al que conoce y le llama la atención (Ben Whishaw) es un homosexual por el cual
no siente el mínimo deseo. El sexo apasionado entre esposos se torna en
separación de cama matrimonial por una cortina transparente.
Matthias Schoenaerts
Sebastian Koch
Superficial pero bella visualmente.
Inofensiva en su propuesta combatividad al aceptar la cirugía para cambio de
sexo y ser el primer caso, aunque fallido, en la historia. Uno va notando el
cambio de Einar a Lili sin que se tengan motivaciones o antecedentes. Eddie
Redmayne ofrece otra transformación de personaje (como en su oscareada
actuación previa como Hawking) pero se siente sobreactuado, y al final de la
cinta ha sido apabullado por la Vikander. Son los personajes secundarios y
cortos los que más llaman la atención en este irregular melodrama de la vida
real: Schoenaerts, Whishaw y Sebastian Koch (como el Dr. Warnekros quien
realiza la operación) tienen demasiada presencia fílmica.
Al realizador Hooper le debemos la
fallida y sobreapreciada Los miserables,
además de El discurso del rey que le
diera el Óscar a Colin Firth. Se nota que esta película es otro golpe
prestigioso que, por desgracia, posee un ritmo lento. Un tema grandilocuente y
de moda, cuando los tabúes sexuales se han ido cayendo paulatinamente (aunque
no tanto como uno quisiera), al menos le da al público un mínimo acercamiento
hacia lo que significa sentir el alma atrapada en el cuerpo incorrecto. Buena construcción, malos cimientos...