45 AÑOS
(45 Years)
2014. Dir. Andrew Haigh.
Kate (Charlotte Rampling) y Geoff (Tom
Courtenay) forman una pareja que está a punto de celebrar su 45° aniversario de
bodas. ¿Por qué este número? – le pregunta
uno de sus proveedores, a lo que Kate responde que cuando fueron los cuarenta,
su marido se encontraba enfermo. Esto sucede en lunes y seguiremos a Kate
(sobre todo, ella aparece en casi todas las tomas de la cinta) en los
acontecimientos de la semana para llegar al sábado, el día de la recepción.
Antes de ello, Geoff ha recibido una
carta que le informa que se ha descubierto el cuerpo de Katia, su novia
alemana, quien se precipitó a la muerte mientras escalaba una gélida montaña en
Suiza. El cadáver se ha resguardado por el hielo. Geoff comienza a sugerir que
deberá ir a verla, ante la sorpresa y el desencanto de Kate. La película irá
mostrando sus diversas emociones, reacciones y sentimientos hasta llegar a la
fiesta y a la repetición del baile que ejecutaron durante su boda: Smoke Gets in Your Eyes, interpretada
por The Platters.
La cinta muestra
la irrupción del pasado en la vida cotidiana del presente. Geoff y Kate han
sido una pareja unida por la comprensión y la rutina, pero sobre todo por el
amor. El descubrimiento del cuerpo y la declaración del interés de Geoff por ir
a ver a su antigua amada sirven para golpear a Kate anímicamente. Así como se
ha descongelado el glaciar, ha surgido el recuerdo amoroso en su marido. Lo que
se va a celebrar ya no posee el mismo sentido que en otro momento.
Kate descubre unas viejas diapositivas
en el ático donde aparece Katia. Además está un diario de la misma mujer pleno
de dibujos, escritos, papeles anexos. Las imágenes le dan otra perspectiva a
los sentimientos de Kate por su marido. En un viaje al pueblo, se entera que
Geoff ha preguntado sobre traslados a Suiza.
Pasado, presente y futuro en la vida de
una pareja. Como espectadores estamos siendo testigos del presente, mantenemos
nuestra atención. Surge la memoria en la figura evocada del viejo amor y
estamos ante la espera del festejo que viene a sellar la unión de 45 años en
conjunto, sin que jamás se hubiera tenido la sospecha del antecedente amoroso.
Kate tiene que equilibrar sus ambiguas emociones hasta que no pueda más.
Charlotte Rampling, a los 68 años, disfruta
de su vejez, actriz impecable de Ozon, August o Cantet, entre otros. Iniciada como modelo antes de interpretar un papel pequeño en El Knack (1965, Richard Lester) para ir
adquiriendo fama y presencia en Los
malditos (1969, Luchino Visconti) y sobre todo en la atrevida Portero de noche (1974, Liliana Cavani).
Los años pasaron y ella supo aprovechar la llegada de la madurez. (En México
filmó la fallida Foxtrot, 1975, Arturo
Ripstein, al lado de Peter O’Toole y Max Von Sydow).
Tom Courtenay, a los 77 años, mantiene
su categoría de gran actor de la escena inglesa. Iniciado en el cine a finales
de los años cincuenta, en Monterrey no pudimos disfrutar de sus grandes éxitos
en el cine británico de los jóvenes iracundos de los sesentas, pero nos llegó
con Doctor Zhivago (1965, David Lean) o
El día que salieron los peces (1967,
Michael Cacoyannis).
Andrew Haigh con sus geniales actores
La narración seca y contenida del
genial Andrew Haigh (cuya cinta anterior es ejemplo de lo que significa el
mejor cine gay sin estridencias ni compasiones: Weekend, 2011) permite adentrarse en el personaje de Kate. No hay
momento desperdiciado ni que sobre en la trama. La cinta está dividida en los
días de la semana hasta llegar al definitivo sábado, esa jornada que ha tardado
cuarenta y cinco años para definirse explosivo. Un excelente inicio e año.
Andrew Haigh