SULLY: HAZAÑA EN EL HUDSON
(Sully – Miracle in the Hudson)
2016. Dir. Clint Eastwood.
Una
noticia que recorrió el mundo es la base de esta reflexión de Clint Eastwood
acerca del héroe de nuestro tiempo y los valores que perduran. Chesley
Sullenberger, apodado Sully, fue piloto aéreo desde joven. Luego de cuarenta
años en una firma comercial, tuvo que tomar una decisión apresurada cuando los
motores de su avión fueron imposibilitados por una parvada de aves. Aunque los
controladores le daban opciones, estaba seguro que no podría retornar a ninguna
pista cercana. No le quedaba más que arriesgarse a amarizar sobre el río Hudson
en Manhattan, una situación desesperada que podría haber sido fatal. Como todos
sabemos que finalmente no hubo desgracias personales y todos se salvaron, la
cinta no mantiene un suspenso sobre el resultado ni entra en desvíos poéticos:
recrea un momento de tensión y terror.
Un Tom Hanks espléndido y contenido
Sully
(un Tom Hanks maduro, contenido y perfecto) es considerado un héroe por los
medios de comunicación, aunque la junta de investigación sobre hechos aéreos
tiene sus reservas. Piensan que tuvo la oportunidad de retornar. Realizan
simulacros computacionales. Su copiloto Jeff Skiles (Aaron Eckhart, perfecta
comparsa para Hanks) es otra persona que sufre la sospecha de descuido y
negligencia, mientras que los 155 sobrevivientes están agradecidos. Sully
insiste en considerar el factor humano.
El rescate de todos los pasajeros del vuelo peligroso
No
obstante, lo que más importa a la cinta es mostrar el aspecto psicológico y la
entereza de Sully. El hecho le atormenta posteriormente. Sufre pesadillas
(sueña haberse estrellado contra algún edificio); imagina a los rascacielos
destruidos por el impacto. No se menciona pero es obvia para el
espectador la referencia a los hechos terroristas del 11 de septiembre. Sully
tomó un gran riesgo porque pudo haber hecho caso a los controladores y provocar
una tragedia peor, semejante al antecedente de las Torres Gemelas. Sully era un
piloto de entereza, confiado en sí mismo, creador de una página de internet
donde ofrecía servicios de seguridad, con problemas familiares usuales que se
mencionan lateralmente para indicar su condición de ser humano común y
corriente. Aquí, de pronto, ya que ha pasado la posible catástrofe piensa y
tiene temores por lo que pudo haber sido.
Aaron Eckhart, como el copiloto Skiles
es la perfecta contraparte de Hanks.
La
cinta muestra en sus créditos finales al verdadero Sully rodeado de los
sobrevivientes reales del accidente. Se muestra la calidez y gratitud de ellos
hacia el personaje que alcanzó el grado de reconocimiento heróico debido a su
instinto y pericia. Eastwood remata su interés por este baluarte de su sociedad
y le dice al espectador que se debe seguir el ejemplo, recuperar los anhelos de
tiempos anteriores, preocuparse por el prójimo y aplicar su humanidad.
Durante el juicio para comprobar que hubo
negligencia por parte de los pilotos
Al
maestro Eastwood, lucidísimo, conservador de hueso colorado, le interesa destacar al héroe
contemporáneo o al personaje que destaca los valores estadounidenses o a
quienes se destacan dentro de la cultura popular: orgullo de su nación . De ahí
sus últimas cintas excepcionales: Francotirador,
Jersey Boys: persiguiendo la música, J.
Edgar, Gran Torino donde muestra a patriotas desde su punto de vista, con
cualidades y defectos, que de alguna manera, construyeron la idea de la
población norteamericana. Junto con Woody Allen, conforma a la pareja de
veteranos directores que continúa la tradición del gran cine de Hollywood,
rinde culto al pasado, destaca personalidades y disecciona a la sociedad de su
país.
Una de las mejores películas
estrenadas este año (junto con Café Society) en nuestras pantallas.
El maestro Clint Eastwood, lucidísimo a los 86 años.
Abajo, Hanks junto con el verdadero Sully.