martes, 13 de diciembre de 2016

LA INHUMANA BUROCRACIA


UN MONSTRUO DE MIL CABEZAS

2015. Dir. Rodrigo Plá.





         Sonia Bonet (una impactante Jana Raluy) está desesperada porque su marido, con cáncer, no recibe un medicamento ya que no lo ha aprobado el seguro médico que tiene. A pesar de sus llamadas al doctor responsable, no hay respuesta y su marido está cada vez peor. La ha despertado con sus gemidos a las 4 de la mañana. Al día siguiente se dirige hacia las oficinas donde se encuentra el doctor. La hacen esperar una hora para luego salirle conque ya ha salido de su oficina. Ella se da cuenta que el tipo se acaba de ir y lo sigue. La acompaña Darío (Sebastián Aguirre Boëda), su hijo de quince años. Llegan a la casa del tipo. La mujer del médico le hace pasar con la confianza de que iba con un jovencito. Ya dentro, Sonia saca una pistola para comenzar toda una odisea que la llevará con las siguientes personas que deberían firmar la autorización para el tratamiento de su esposo. Llegará hasta un club deportivo para sacar a un jefe del médico, que luego la llevará a casa de un ejecutivo y posteriormente hacia el departamento de una accionista. Todo dentro de las estúpidas burocracias que, en realidad, son obstáculos para los pobres usuarios de servicios.


Sonia Bonet (la impecable Jana Raluy)
conforta a su agonizante marido



         Un monstruo de mil cabezas es lo que conforma a nuestra sociedad. Acecha, entorpece, impide que las cosas puedan seguir por un camino humano, lógico, consistente con una atención para quienes pagan (se sacrifican) con la idea, la ilusión, el afán, la esperanza de que al llegar el momento de necesidad todo se va a solucionar en sus vidas. Sonia tiene que tomar la justicia por su mano: no tiene intenciones criminales pero ha llegado a creer que es su única salida. Darío jamás imaginó que la madre sacara una pistola ni que se pusiera violenta, primero suavemente con la estúpida recepcionista que trata al público como a su propia amargada existencia. Y paradójicamente, Darío es quien provoca la confianza de los demás.


La novela en que está basada esta genial película
es una delicia y permite comparar al equivalente visual



         Basada en una novela de Laura Santullo, pareja en la vida real del realizador Plá, que es un texto coral, fácil de leer y conseguir en librerías (editada por Planeta, apenas 160 páginas), en la cual se alternan capítulos donde hablan sucesivamente ella y luego los otros (que son todos los involucrados en los hechos). Mientras Sonia explica sus angustias y motivaciones, los demás narran el caso. En la cinta, la adaptación realizada por Plá y Santullo muestra cronológicamente los hechos, pero durante el desarrollo, de manera inteligente, se van intercalando las voces de los declarantes en lo que será un juicio posterior. Se agradecen las colaboraciones de esta pareja que ha sabido mezclar talentos (todo lo contrario a los esperpentos grandilocuentes de Ripstein-Garcíadiego) para hablarnos de los débiles sometidos por los poderosos. Este es el cuarto largometraje que nos regalan.


Sebastián Aguirre Boëda como el angustiado
pero solidario hijo de la desesperada Sonia



         La zona (2007) donde unos delincuentes ingresaban en una exclusiva colonia privada para tornarse víctimas; Desierto adentro (2008) para mostrar a los hijos sometidos por un padre fanático religioso; La demora (2012) para ilustrar la carga que resulta un anciano para su hija. Ahora, en esta cinta de la que hablamos, la débil es esta esposa que sufre las consecuencias de la indolencia burocrática y el poder empresarial. En todos los casos estamos ante un cineasta comprometido con su discurso. Es importante notar la forma narrativa. Hay escenas donde la toma inicia lateralmente para luego encuadrarse; en otros casos, el desenfoque del fondo permite que se destaque lo que es preámbulo a lo que sucede detrás de la imagen. Rompimientos como metáforas visuales de lo que está ocurriendo en la vida antes normal de esta mujer cuya cotidianeidad ya no volverá.


Resignada a su destino, ella sigue adelante
hasta las últimas consecuencias
antes que la muerte le brinde una mala jugada



Hay en la película una frase que brinda humor ya que no queda de otra: reírse ante la adversidad y tener esperanza, además de cimentar el cariño filial (Para la próxima mejor robamos un banco]. La novela finaliza con el testimonio del hijo con una frase irónica, resignada, que también ofrece cierto sentido negro del humor: Yo no creo que seamos delincuentes, y si lo somos, debemos de ser los dos criminales más tristes y torpes de la historia. Obra genial que no debe perderse por ningún motivo.

El genial uruguayo Rodrigo Plá, radicado
en México, brinda su cuarto, soberbio, largometraje