FANTASMAS DEL PASADO
(Personal Shopper)
2016. Dir. Olivier Assayas.
Maureen
(Kristen Stewart, alejadísima de su personaje en la cuestionable saga de Crepúsculo) es una joven con poderes
psíquicos quien ha perdido a su hermano gemelo (también poseedor de tal don).
Ambos habían pactado que quien muriera primero se comunicaría con el otro para
indicarle que estaba bien. En su vida personal, Maureen es empleada de la rica
burguesa Kyra y su trabajo consiste en seleccionar, verificar y comprarle ropa,
zapatos, joyas. Al verificar la casa donde vivió su hermano, se topa con un
fantasma femenino que queda exorcizado. Posteriormente, empieza a recibir
mensajes por su celular que le dan a entender que su interlocutor, desconocido,
pertenece al Más Allá: podría ser su hermano.
En la casa con fantasma
La
cinta nos muestra una visión personalísima del presente que nos rodea de
tecnología y el viejo tema del espiritismo y la comunicación con ultratumba. En
una época materialista, donde los efectos del miedo residen en los temores de
la violencia cotidiana, Assayas (ganador de la Palma de Oro como mejor director
en Cannes 2016) extrapola tiempos y situaciones a los mensajes en los móviles,
en la comunicación a través de una pantalla. Luego de haber presenciado el
acercamiento de Maureen hacia un ente ectoplásmico, todo puede parecer posible
para que un fantasma se comunique, ya no a través de la voz o de los golpes
sobre una mesa, sino por medio de los dispositivos electrónicos.
En su trabajo cotidiano
Maureen
es una mujer que no sabe lo que desea y su trabajo la lleva a ser sometida a
los caprichos de un personaje poderoso: carece de una identidad definida. Sus
anhelos son mínimos y movidos por el deseo ante lo prohibido (se prueba la ropa
de su patrona aunque sabe que no debe hacerlo). Sus capacidades psíquicas son
secundarias ante el trabajo para subsistir pero se han tornado en obsesión cotidiana. De esta manera, la cinta
entra en los terrenos fantásticos, pero como es en el caso de la novela corta
de Henry James, Otra vuelta de tuerca,
lo más seguro es que todo se deba a una proyección de sus deseos y represiones
interiores.
En las calles parisinas
Esos
mensajes que se van recibiendo por celular mantienen en suspenso al público.
Luego del episodio del fantasma, quizás el hermano se está
comunicando por este medio; tal vez sea una manipulación, pero se ha
establecido la alternativa de otros mundos. El realizador ha comentado en una
entrevista publicada en el último número de Film Comment (march-april. 2017) que en estos años, el mensaje de
texto es a la poesía lo que el correo electrónico a la prosa; y por otra parte,
introduce en la cinta referencias cultas sobre el mundo espiritista: Hilma Af
Klint, una pintora sueca del siglo XIX que se adelantó con el expresionismo abstracto de su
obra, dictada e inspirada, según ella, por el contacto con espíritus. También
está Víctor Hugo, quien aseguraba que la creación artística estaba guiada por el
otro mundo. A todas ellas, el personaje de Maureen accede por medio del Google y todas sus posibilidades
informáticas.
En el tren a Londres donde empiezan
a llegar los mensajes por celular
Una
cinta que no va a satisfacer a quienes busquen una cinta de terror; tampoco
para quienes crean que sucede dentro del mundo de la moda. Una película nada
complaciente, que deja dudas en el espectador, exige su reflexión sobre lo que
significa estar sumergidos en este mundo tecnológico, ya irreversible. Todo
está en nosotros.
Olivier Assayas ofrece una de sus
mejores películas