domingo, 2 de abril de 2017

LA IDENTIDAD DEL HÉROE


LA VIGILANTE DEL FUTURO

(Ghost in the Shell)

2017. Dir. Rupert Sanders.





         Al inicio de la cinta, durante los créditos, nos enteramos que se ha recuperado el cerebro de una víctima cualquiera que será colocado en un cuerpo robótico. Este esqueleto mecánico es sumergido en un líquido viscoso, color piel, donde tomará forma femenina. Al despertar el personaje, se entera de su nueva personalidad por la doctora Ouelet (Juliette Binoche) quien le informa que es la primera de su tipo: tiene alma, entendimiento, inteligencia (de ahí la traducción literal en español: "espíritu en un cascarón"). Ahora se llama Major (Scarlett Johansson) y su trabajo servirá para la seguridad urbana. No obstante, Major tendrá algunas alucinaciones que, tal vez, se relacionen con su pasado. Su principal labor será encontrar al terrorista Kuze para conocer sus fines. Esto llevará a Major a conocer su pasado, su verdadera identidad, así como su misión en esta existencia.





         Basada en una popular Manga japonesa que, además, tuvo sus versiones animadas, ahora llega con actores vivos para llevarnos a una distopía que nunca se nombra pero cuyas características permiten reconocer a un Japón futurista, con la ambientación que nos recuerda a Blade Runner. La película es una sucesión de hechos violentos que van dando giros a la trama donde los villanos y los héroes se confunden, se trastocan y dan como resultado enfrentamientos mortales. La Dra. Ouelet (la luminosa Binoche ofrece los momentos de mayor humanidad en la trama) es una científica idealista a quien sus jefes someten: lo que era un gran avance tecnológico, moral y racional, se torna en otra arma al servicio del estado.





         La película es oscura y tarda un tiempo en atrapar la total atención de un espectador ya intoxicado con enfrentamientos de efectos especiales, pero no puede negarse el encanto que va desprendiéndose de las verdades descubiertas. Scarlett Johansson es una personalidad fuera de serie (imposible dejar de lado a su metafísica Lucy o a la destructiva extraterrestre de Bajo la piel). Es una cinta de texturas y aproximaciones que no alcanza a discutir por completo su filosofía acerca de la inmortalidad, la identidad, el amor filial, la revolución, pero que sirve, al menos, como introducción a lo que, seguramente, tendrá alguna secuela.