LA VIGILANTE DEL FUTURO
(Ghost in the Shell)
2017. Dir. Rupert Sanders.
Al
inicio de la cinta, durante los créditos, nos enteramos que se ha recuperado el
cerebro de una víctima cualquiera que será colocado en un cuerpo robótico. Este
esqueleto mecánico es sumergido en un líquido viscoso, color piel, donde tomará
forma femenina. Al despertar el personaje, se entera de su nueva personalidad
por la doctora Ouelet (Juliette Binoche) quien le informa que es la primera de
su tipo: tiene alma, entendimiento, inteligencia (de ahí la traducción literal en español: "espíritu en un cascarón"). Ahora se llama Major
(Scarlett Johansson) y su trabajo servirá para la seguridad urbana. No
obstante, Major tendrá algunas alucinaciones que, tal vez, se relacionen con su
pasado. Su principal labor será encontrar al terrorista Kuze para conocer sus
fines. Esto llevará a Major a conocer su pasado, su verdadera identidad, así
como su misión en esta existencia.
Basada
en una popular Manga japonesa que, además, tuvo sus versiones animadas, ahora
llega con actores vivos para llevarnos a una distopía que nunca se nombra pero
cuyas características permiten reconocer a un Japón futurista, con la
ambientación que nos recuerda a Blade
Runner. La película es una sucesión de hechos violentos que van dando giros
a la trama donde los villanos y los héroes se confunden, se trastocan y dan
como resultado enfrentamientos mortales. La Dra. Ouelet (la luminosa Binoche
ofrece los momentos de mayor humanidad en la trama) es una científica idealista
a quien sus jefes someten: lo que era un gran avance tecnológico, moral y
racional, se torna en otra arma al servicio del estado.
La
película es oscura y tarda un tiempo en atrapar la total atención de un
espectador ya intoxicado con enfrentamientos de efectos especiales, pero no puede
negarse el encanto que va desprendiéndose de las verdades descubiertas.
Scarlett Johansson es una personalidad fuera de serie (imposible dejar de lado
a su metafísica Lucy o a la
destructiva extraterrestre de Bajo la
piel). Es una cinta de texturas y aproximaciones que no alcanza a discutir
por completo su filosofía acerca de la inmortalidad, la identidad, el amor
filial, la revolución, pero que sirve, al menos, como introducción a lo que,
seguramente, tendrá alguna secuela.