GUARDIANES DE LA GALAXIA VOL. 2
(Guardians of the Galaxy Vol. 2)
2017. Dir. James Gunn.
Hace
tres años vivimos las aventuras iniciales de este conjunto de personajes
Marvel, todos fugitivos de la ley a quienes se les perdonan sus latrocinios
debido a su intervención para evitar la aniquilación del universo. La cinta rendía
culto a la cultura popular norteamericana en cuanto a música y otros iconos
cotidianos. Lo más importante es que tenía humor irreverente. Nada de eso está
ausente en este segundo “volumen” donde los cinco personajes inician la acción,
durante los créditos, al luchar contra un monstruo que amenaza a la etnia de
Los Soberanos: Peter Quill (Chris Pratt quien alcanzó el estrellato gracias a
este rol), Gamora (la bella Zoe Saldana), el fortachón Drax (Dave Bautista), el
improbable, cínico e imprudente mapache llamado Rocket que niega su naturaleza
(la voz de Bradley Cooper), además del pequeño Groot, extensión de una astilla
procedente del original que fuera muerto en la cinta previa (la voz de Vin
Diesel).
Un
prólogo en 1980 muestra a la madre de Peter viajando con su amado hombre del
espacio, Ego (Kurt Russell, con efectos especiales para rejuvenecerlo), quien
le presume que ya ha conseguido plantar una rara especie en la tierra. 14 años
más tarde entramos al momento de acción que les mencioné. La cinta nos llevará
a los problemas en que se meten cuando el imprudente Rocket roba unas baterías
preciosas para los Soberanos por lo que serán perseguidos. Son salvados por el
misterioso Ego que luego se revela como padre de Peter. Por otro lado, Gamora
recupera a su malvada hermana Nebula a la cual desea llevar al planeta Xander
donde será encerrada por sus malas acciones del pasado. Y la cinta se
desarrolla entre el reencuentro con Yondu, protector de Peter al secuestrarlo
cuando tenía ocho años, el conocimiento de las verdaderas intenciones que hay
detrás del inmortal Ego, además de la inclusión de otros personajes: la
sensible Mantis (Pom Klementieff) que puede leer sentimientos al tocar a las
personas o el guerrero Stakar (Sylvester Stallone).
Padre
biológico e hijo azorado, hermana contra hermana, padre adoptivo con
sentimientos encontrados hacia el hijo explotado (pero protegido). La cinta vuelve
a tornarse en trama familiar. Los mismos guardianes integran su propio núcleo.
La saga siempre estará al borde de la separación y destrucción del mismo. La
liga moral será más fuerte y, en realidad, ambas cintas han desechado a
personajes que son más accesorios que significativos. Lo que destaca a esta
cinta contra tantas otras semejantes con héroes y heroínas del mundo fantástico
es la coherencia y su vibrante tono ligero, aunque en el fondo se hable de
cosas terribles (un esposo que forma un tumor en la cabeza de su esposa; un
padre que elimina a sus hijos intergalácticos porque no satisfacen su
expectativa de inmortalidad: una montaña de esqueletos): mismas cualidades que tornaron éxitos tanto a
esta cinta en su original, como al desvergonzado Deadpool. Hay una secuencia
estupenda donde Yondu y Rocket dan instrucciones al pequeño Groot para que les
consiga un aditamento que los sacará de prisión: Groot les traerá ropa
interior, un escritorio, entre muchos otros objetos, estableciendo el absurdo
dentro de la supuesta seriedad. Sigue siendo igual de intrigante, conmovedora,
con su encanto particular, porque nuestros héroes son dudosos en sus acciones
pero tienen como ventaja que finalmente cuidan de nuestros mundos.