martes, 27 de abril de 2021

UN INTELIGENTE PÁJARO

 

UN MILAGRO INESPERADO
(Penguin Bloom)
2020. Dir. Glendyn Ivin.

         Basada en hechos de la vida real, tenemos la historia de Sam Bloom (Naomi Watts), madre de tres hijos pequeños, cuya vida con su marido fotógrafo, Cam (Andrew Lincoln) era perfecta, en su casa frente a la playa australiana. En unas vacaciones a Tailandia, Sam se apoyó sobre un barandal que cedió, provocando una caída que la dejó paralizada. Así, inició un período de depresión. Cierto día, uno de sus hijos trajo a casa a una urraca que estaba herida, con problemas en un ala. Aunque al inicio Sam no le prestaba atención, luego se fue convirtiendo en una de sus preocupaciones. Hay que aclarar que en Australia existe una variedad de urraca, distinta a la común, negra, que vemos todos los días aquí en México. Esta especie se considera superior e inteligente ante sus reacciones hacia el exterior.

         Estamos ante otro retrato de perseverancia y resiliencia, aunque la cinta se enfoca en el proceso inicial de rechazo y frustración, además del sentimiento de culpa por parte de uno de los niños. La metáfora es obvia y es innegable que habrá una conclusión satisfactoria dentro de lo razonable. Naomi Watts, camaleónica, que tanto pasa de Lynch y Cronenberg hasta las cintas más comerciales, es el principal punto de atracción en lo que sería una cinta más adecuada para los espectadores promedio de Netflix o el canal Lifetime (de hecho, Netflix la está distribuyendo en Europa y Estados Unidos: hace mucho que se pudo ver por plataformas). Debe de destacarse que el conjunto actoral, entre ellos los pequeños actores, cumple con creces. Es admirable y destacado el trabajo que se hizo con las aves utilizadas para encarnar a “Penguin” (así llamada la urraca, porque al estar herida, solamente saltaba como pequeño pingüino). Es el retrato de una familia que acoge a seres lastimados para unir energías y salir adelante.

         Lo que sucede es doloroso y nadie lo puede desear. El proceso de sanación es fuera de lo común y eso es lo que se vio como gancho comercial. En estos tiempos de tristeza y baja moral, cualquier indicio de esperanza, en diversas circunstancias, es bienvenido. Quizás eso sea lo que pueda darle oportunidad a lo que viene siendo otra cinta de casos inusuales de la vida real para que el espectador se sienta bien. Extrañamente, al terminar, se olvida: será porque no hay urracas heridas e inteligentes al alcance de nuestra mano.