(Mon chien stupide)
2019. Dir. Yvan Attal.
Henri (Yvan Attal) es un escritor que tuvo un éxito literario hace veinticinco años, lo que le permitió tener muchas comodidades, como la enorme casa donde vive ahora junto con su mujer y cuatro hijos. Desde entonces, solamente ha podido publicar novelas sin importancia y guiones de películas de baja calidad. Culpa a su familia porque las responsabilidades le han evitado tener la tranquilidad de años atrás cuando, en Roma, pudo producir su gran creación. Todos los hijos viven en casa: el mayor no hace nada y pasa el tiempo inmerso en las drogas. La hija, igualmente, tiene novio y solamente exige dinero. Uno de los hijos menores le gusta surfear y desea continuar con el deporte en su vida. El otro es brillante, pero su activismo social lo mete en problemas. Una noche encuentra en su jardín a un enorme perro gris, babeante y apestoso que toma posesión de la casa. Le nombra “Estúpido” y lo adopta contra las quejas de su mujer. La llegada del perro será el inicio de una transformación completa en su cotidianidad: los hijos se irán alejando, la esposa lo abandonará, para que su soledad sea la mejor consejera.
Basándose en una novela del norteamericano John Fante (1909 – 1983), publicada póstumamente en 1986, estamos ante una deliciosa representación del proceso creativo. Es el cínico sentido del humor que Attal explota en su personaje, lo que le da mayores fundamentos a lo que sería otra comedia de rupturas familiares. Henri toma de manera casual, pero objetiva, la partida de cada uno de sus hijos. Entiende que la rutina les ha enfrascado en disputas y dependencias que no les ha permitido crecer. Además, su constante queja del bloqueo en su inventiva e imaginación, soportan indirectamente la aceptación de la desbandada. De la misma manera, el amor que siente hacia su mujer, se ha debilitado por su falta de solidaridad.
Cada
hijo es un caso especial. La dependencia en las drogas o los proyectos
fallidos. Las relaciones sentimentales tortuosas. Uno que se aprovecha de la
madre, también con estudios literarios, para que le escriba ensayos que son mal
calificados por evidente fraude. El más brillante es el más preocupado
socialmente por lo que su activismo le lleva a juicio y cárcel temporal. Cuando
la esposa decide también dejar al marido, no queda más que el perro, elemento
que servirá para que el escritor realice una introspección, examine su vida
previa y presente, para que todos esos elementos permitan que termine el
bloqueo. Al final del día, cada uno de los integrantes de esta familia habrán
encontrado un camino para su satisfacción individual.