Hay un chiste viejísimo acerca de una nueva rica que presumiendo a su amiga del talento de su marido le dijo: "Pues mi marido es sifilítico", a lo que el esposo le respondió: "filatélico, babosa, filatélico". No, no soy Catón quien escribe una columna de humor en la página editorial de El Norte.. Tampoco tengo gracia para contar chistes, pero...
Lo saco a colación porque me gustan los chistes (o accidentes verbales en la vida cotidiana) con juegos de palabras. Alguna vez, una amiga me contó que otra amiga le espetó: "¡me quedé putrefacta!" cuando en realidad quiso decir: "¡me quedé estupefacta!
Y es que ahora, viniendo en el coche, escuchaba la radio y el conductor de un programa de música instrumental anunció: "y ahora les presento a Raymond Lefebvre con su orquesta interpretando el "Cañón" de Pachelbel". En realidad se refería al "Cánon" de Pachelbel.
Termino con otro error de reportero de radio: "y la víctima se encuentra en estado vegetariano", cuando en realidad debía expresar ¡estado vegetativo!
Así es la vida, compleja y violenta, pero qué risa causa en ocasiones.