jueves, 27 de agosto de 2009

TORTURA EN EL FESTIVAL DE CINE

No había podido asistir a las funciones del 5° Festival de Cine Monterrey (saludos a los organizadores) hasta que decidí escaparme a la Cineteca para ver un largometraje de Raúl Quintanilla, joven de Nuevo León, llamado "El burro jorobado". El realizador ha comentado que lo hizo sin presupuesto, por dos años, como trabajo final de su carrera como comunicólogo en la UDEM. Se narra una trama que inicia con el protagonista (el propio director) yendo con su padre a buscar petroglifos en cierto lugar. Reciben la noticia de que su madre ha sufrido un accidente. Corte a un entierro en cementerio donde imaginamos que la mujer ha muerto. El joven comienza a revisar viejos videos donde aparece como niño al lado de su madre en fiesta de cumpleaños, navidad, viajes a Hollywood, etc... Mientras tanto usa una baraja de tarot, unas velas, unos videocasettes de 8 mm para hacer cierto ritual que, imagino, era para invocar el espíritu de su madre muerta.

Y digo que imagino porque me salí a la hora de proyección. No pasaba nada sustancioso ni interesante. El ritmo era desigual y el tedio, espantoso. Era una "oda a mí mismo" porque el realizador se presentaba como niño o más jovencito en sus cintas caseras, que se tornaba en "joda a los demás" ya que era el gran aburrimiento soplarse sus recuerdos personales que solamente le deben interesar a su papá, hermanos, novia, etc. Las cómodas butacas y el clima de la Sala Uno de Cineteca invitaban al sueño. Preferí salirme.

Si esta película le sirvió para graduarse al joven realizador pues qué discutibles serán los criterios de los maestros de cine de la UDEM. No comulgo con la idea de que hay que ser "moderados y amables" con los jóvenes directores porque haya que apoyar al "nuevo cine mexicano": el cine se hace con talento y discurso. Si no existe, pues ni modo. Han habido varias óperas primas felices y extraordinarias. Este "burro jorobado" es un desastre. Fue una tortura terrible como la que habrá pasado el burro verdadero que atan a una camioneta y luego lo llevan a velocidad que se notaba criminal para el pobre animal (y no, no había efectos especiales). Por otro lado, el joven aparece con una faja que se usa para forzar a tener una postura corporal erecta. Si eso resuelve al extraño título, pues me quedé sin saberlo hasta que me encuentre con alguien que me revele lo que sucedió en la última media hora.

Aunque Truffaut dijo: "qué pobre es una película que tiene que estructurarse para justificar su título".