FOXCATCHER
2014. Dir.
Bennett Miller.
Larga y desesperante. El ambiente
claustrofóbico de la mansión Du Pont y el hecho de que no sucedan grandes
cosas, simplemente que se platique acerca de la grandiosidad de la familia, las
limitaciones personales (físicas y psicológicas) del heredero John (Steve
Carell en otra faceta de su talento, con falsa nariz inmensa) y la actitud de
una persona lenta como es el luchador Mark Schultz (un Channing Tatum que
muestra su versatilidad y su imponente físico, aunque siga el estereotipo del deportista estúpido, con quijada de hombre prehistórico), hacen que “Foxcatcher” sea un
jarrón chino: llamativo y misterioso por fuera, vacío por dentro.
Steve Carell es un extraordinario actor. Lástima
que en esta cinta se le ha estereotipado.
El millonario Du Pont se obsesiona con
el campeón olímpico Schultz (ganador de medalla de oro en Los Ángeles) a quien
recluta con gran beneficio económico a su equipo Foxcatcher para entrenarse y competir mundialmente, preparándose para Seúl 88. Mark se impresiona
con las posibilidades de su protector. Más adelante se da cuenta que, en
realidad, Du Pont quiere que se les una su hermano Dave (Mark Ruffalo,
apareciendo poco tiempo en pantalla pero demostrando su grandeza como actor)
como entrenador. Esto da lugar a tensión entre los personajes. La situación
llegará a un extremo fatal.
Y esa es la película. No se profundiza
en el complejo ser humano que debió ser Du Pont. Se muestra que estaba dominado
y acomplejado por su madre (Vanessa Redgrave, siempre genial) y que ahora ha intentado
comprar su personalidad como hombre poderoso, en instancias masculinas. De
hecho, la cinta se vuelve tímida (y ambigua) en este punto: se sugiere veladamente
la atracción (o relación) homosexual. El verdadero Mark Schultz ha desmentido
la trama de la cinta, que la torna entonces, en una recreación ficticia de
hechos verdaderos.
Cierta o no, la trama se torna
superficial en cuanto todo se reduce a la obsesión del millonario por el
hermano del luchador. Es lo que provoca un quiebre; es lo que incita a la
separación entre los hermanos. Cierta o no, al tocar personajes de la vida
real, sería importante definirlos y tener elementos para comprenderlos. Llega
la inesperada consecuencia de estas
extrañas relaciones y uno no lo puede aceptar fácilmente.
La inmortal Vanessa Redgrave: actriz de actrices.
Otro acercamiento al personaje de Du
Pont está en su supuesto patriotismo, algo que repite de manera constante, como
una manera de afianzar y justificar su riqueza procedente, principalmente, de
armas bélicas y de productos químicos. Miller ofrece su lectura política a
través de estas declaraciones. Du Pont llega al grado de filmar un documental
para explicar su apoyo al equipo de luchadores: las olimpiadas traerán el
triunfo necesario para el país que le ha dado fortuna, pero también permitirá
la cercanía de sus anhelados sueños masculinos, lo que hubiera querido ser.
Quizás.
A pesar de las tres presencias
innegablemente poderosas (cuatro, considerando las poquísimas escenas y líneas
de la ya inmortal Redgrave), la cinta se vuelve una serie de retazos acerca de
obsesiones, culpas, hechos. Es una película bastante mediana que pudo ser
grandiosa si se hubiera decidido a contar algo específico en lugar de lanzarse
a diversas posibilidades. Su formalidad solemne la derrota. Si tan sólo hubiera
aprovechado hablar de lo injusto que un personaje de Du Pont representa para el
ciudadano común y cómo la riqueza en manos de este tipo de personas es ejemplo
de las oportunidades perdidas, la falta de ética, etc… pero, el "hubiera" no existe.