martes, 18 de agosto de 2015

UN BOXEADOR ZURDO


REVANCHA
(Southpaw)
2015. Dir. Antoine Fuqua.

 


         Revancha es el retrato de un bruto. Billy Hope es un boxeador zurdo (“southpaw” en inglés) que cierta noche pierde la cabeza y ataca a un posible contrincante que le ha faltado el respeto a su esposa. A partir de ahí, todo va en picada. Es entonces cuando se da cuenta de lo que ha perdido por sus impulsos y por su ira contenida: esposa, hija, fortuna. Billy Hope ha tenido 43 victorias, pero dentro de esta mala racha, también pierde, golpea al réferi, se le quita la licencia. La única manera para que Billy pueda tener cierta esperanza estará en comprender su situación, contenerse, aprender a ser otro.



El retrato de un bruto
 

 

Revancha es la imagen del sueño americano en sentido contrario: primero lo ganas y luego lo desechas para darte cuenta que era una pesadilla realmente. Billy Hope es huérfano, creció entre olvidados de la fortuna y ahí conoció a Maureen, o Mo, quien se volvió su esposa. Era su piedra de toque, madre de su hijita, sentido de vida y del propósito de las posesiones. Billy Hope se dará cuenta que en el box, como en los caminos del éxito, te siguen los que huelen poder y dinero; te abandonan en cuanto se acaba el aroma. Se quedan quienes siempre te fueron fieles: pocos.


 
Décimo largometraje de uno de los cineastas más interesantes del cine norteamericano surgido a finales de siglo pasado (Asesinos sustitutos, 1998) y cuya temática ha sido la violencia desde diversos puntos de vista que finalmente convergen en la justicia, Antoine Fuqua nos ha deleitado con estas variaciones: el policía novato que debe liberarse de su corruptísimo compañero (Día de entrenamiento, 2001) o la historia detrás de la leyenda, aunque siga siendo un mítico Rey Arturo, 2004 que debe liberar a su Britannia del imperio romano desfalleciente o la serenidad detrás de la ira de un hombre metódico, sentimental, pero durísimo en su exterior, para que una joven prostituta pueda liberarse del brutal padrote que la trata como basura que fácilmente puede desecharse (El justiciero, 2014). Revancha sigue siendo fiel a su temática.

 

El extraordinario Antoine Fuqua
(cada película es un acontecimiento)
 
La violencia es obvia a la atmósfera boxística. Billy es un hombre rudo y duro que exorciza su ira simbólicamente en cada pelea. Billy es víctima de las circunstancias (su pasado y su responsabilidad presente: una hija pequeña) y de la soberbia de un contrincante tan bruto como él. La ventaja reside en que Billy tendrá una segunda oportunidad: más viejo, más sabio, como dice el refrán gringo. Producto obvio de la mercadotecnia como puede notarse en los estúpidos comentarios de los conductores de televisión, que sirven como eco a la estulticia noticiosa que nos rodea: Billy puede sobreponerse y dar lugar a otro héroe de nuestro tiempo.


 
Hay que destacar al maravilloso Jake Gyllenhaal quien se ha convertido en el camaleón histriónico de nuestro tiempo: sube o baja de peso; aparece enclenque o con un cuerpo soberbio como en esta cinta; oportunista cazador de noticias o vaquero bisexual; principesco persa o joven salvador de personas cuando llega un día después de mañana: siempre convenciendo, dando fe del talento.