sábado, 31 de octubre de 2015

ES EL MUNDO DE HOY


TIERRA DE NADIE
(Sicario)
2015. Dir. Denis Villeneuve.

 


         Luego de un operativo en las afueras de un pueblo de Arizona donde se descubren cuerpos emparedados para que después se produzca una explosión con muchos oficiales muertos, la agente del FBI Kate (Emily Blunt en otra demostración de su crecimiento como actriz) recibe el ofrecimiento de una organización gubernamental (CIA, aunque queda ambigua la composición) para que acompañe a un grupo de agentes en la lucha contra las drogas, en particular, el jefe mafioso responsable de lo sucedido en ese operativo. Kate acepta porque quiere encontrarlo para que pague por su crimen.

 

La agente Kate debe salir a vomitar
ante el horror de cadáveres emparedados
 
         Al iniciar esta misión, Kate, responsable y observadora de la ley, se desconcierta cuando los traslados aéreos son en aviones particulares, o el paso de la frontera entre Estados Unidos y México se convierte en una línea invisible, o se descubre que hay infiltrados de bandos contrarios entre las autoridades tanto mexicanas como norteamericanas. Llega un momento en que uno no tiene idea del motivo o peso de la presencia de Kate en estas acciones. Además, sus compañeros son seres extraños: Matt (Josh Brolin) es CIA (o no) y Alejandro (Benicio del Toro) completamente indefinido, aunque vendrá a ser ángel guardián y demonio encubierto.

 

La agente Kate, desconcertada al estar
en Ciudad Juárez, sufriendo atentados,
contra toda ley o soberanía
 
         Una trama contundente que nos habla sobre la violencia que nos rodea y del bajo mundo de las drogas: el tema no es nuevo pero viene a confirmar lo que sucede de manera cotidiana en una guerra que se considera perdida. Todo ha sido resultado del deterioro social. Si en “Puente de espías” comentábamos la parte optimista, de esperanza constante ante la existencia de seres íntegros, en esta cinta nos vamos hacia el lado contrario: el panorama es negro.

 

La agente Kate es involucrada
en una misión ambigua
 
         En (el amor y) la guerra todo se vale. Esa será la premisa. Tierra de nadie nos habla de métodos que se salen de las leyes, las reglas, las constituciones, la dignidad soberana, con tal de lograr la exterminación paulatina de los seres sin escrúpulos que se ganan la vida matando: sin embargo, ambos bandos en esta lucha tienen sus imperfecciones y sus métodos crueles.

 

Alejandro (Benicio del Toro) es un ser extraño
que resulta ser el sicario del título
 
         Es el mundo de hoy se expresa en algún momento. Los niños juegan futbol en un terreno árido mientras sus familiares los miran. De pronto se escucha una serie de detonaciones y la acción se paraliza. Al volver el silencio, el juego sigue adelante. Es el mundo de hoy donde el crimen, las masacres, la violencia, han diluido nuestra capacidad de asombro, de terror o de rebeldía. Solamente se piensa en la supervivencia y creemos, como siempre, en que las cosas le suceden a los demás.


Una extraordinaria Emily Blunt
 
         La fotografía es espléndida. Hay una toma donde Matt le comenta a Kate que frente a ellos está la bestia, refiriéndose a Ciudad Juárez: la cámara se eleva desde el espacio vacío para mostrar un panorama de dicha ciudad y uno siente la carga de maldad y peligro. El maestro Villeneuve vuelve a atraparnos luego de esa serie de joyas diversas que, finalmente, denuncian a la violencia y sus consecuencias. Todo un ejemplo para seudorrealizadores como Amat Escalante (Heli) y otra visión respecto a la sobrevalorada Traffic (Soderbergh, 2000) a la cual supera con creces.

Un maestro del cine contemporáneo,
el canadiense Denis Villeneuve

jueves, 29 de octubre de 2015

MÁS QUE HUMANO


PUENTE DE ESPÍAS
(Bridge of Spies)
2015. Dir. Steven Spielberg

 

 

         Todo persona es importante expresa el abogado Donovan (un Tom Hanks extraordinario) ante el juez prejuiciado que no acepta la defensa de un espía soviético. Le preocupa que se viole la constitución de un país que debe garantizar los derechos de toda persona que se encuentre dentro de su territorio. Es la premisa por la cual esta cinta tiene sentido y significado. Basada en hechos reales cuando la Guerra Fría entre Estados Unidos y la Unión Soviética se encontraba en su máximo punto, al mismo tiempo que se levantaba el muro que dividía a Berlín y daba personalidad a la República Demócrata Alemana, tenemos la historia de un intercambio de espías.

 

El abogado Donovan (Tom Hanks) con su defendido
Abel (Mark Rylance) que es odiado por una sociedad amenazada
por los temores de la guerra nuclear.
 
         Al encontrarse y apresar al espía soviético Rudolf Abel (Mark Rylance) en Brooklyn, en 1957, el gobierno decide emplear a un abogado defensor para continuar con su imagen de democracia, aunque el veredicto era vox populi: ¡culpable! El abogado que se le asignó resultó ser un hombre de conciencia, humanista que pensaba en el prójimo. Se daba cuenta que se habían violado las garantías constitucionales al no tener orden de cateo ni pruebas para el arresto. Eso no importaba. De todas maneras, logra convencer al juez de que no lo mande a la silla eléctrica, sino que lo mantenga vivo por si alguna vez se atrapa a un espía norteamericano en el lado contrario. Esta perspectiva visionaria vino a hacerse realidad en poco tiempo: el piloto norteamericao  Francis Gary Powers (Austin Stowell) cae a tierra mientras fotografiaba ilegalmente a terrenos soviéticos.

 Un extraordinario Mark Rylance,
tan versátil: frío y conmovedor

         El mismo abogado, aborrecido por haber logrado la supervivencia del espía, es convencido para que establezca la negociación de intercambio sin que país alguno tenga responsabilidades ni intervenga directamente: Powers por Abel. Nada más que el Destino interviene: en Berlín es apresado sin motivo, el estudiante norteamericano Pryor. Al enterarse el abogado Donovan del asunto, pondrá toda su energía en lograr también la liberación del joven: Pryor y Powers por Abel. Entonces entra el orgullo nacional, la soberbia del poder, ya que los alemanes no querían sentirse peleles de los soviéticos (como ocurriría en la realidad).

 

El piloto Powers (Austin Stowell) durante
su juicio soviético
 
         La película es un tratado sobre la ética personal y la moral sin cuestionamiento que sirve para indicar al espectador que siempre habrá individuos que le ofrezcan esperanza al mundo. Los tan mentados y sospechosos valores que ya están tan desprestigiados por la rampante corrupción mundial, adquieren otro matiz. El personaje de Donovan es inspirador y altruista. Spielberg, además, no cae en el mundo ideal: critica la actitud unívoca de los Estados Unidos en la violencia que sufre el abogado al considerársele traidor y cómplice para equilibrarla con la violencia soviética y la supuesta suavidad norteamericana en el trato de sus respectivos prisioneros. Políticamente, Spielberg muestra su credo ante el gobierno actual de su país en la defensa de los derechos humanos.

 

Donovan fue repudiado por defender a un espía enemigo
para luego demostrar que es importante
la compasión, el entendimiento y la ética entre los seres humanos
 
         Spielberg es un maestro para la narración fílmica: la cinta fluye sin sentirse en sus 140 minutos y así como te absorbe la forma en que cuenta su historia, te impacta la inclusión inesperada de la violencia, ya sean disparos sobre una ventana o la explosión de un avión que viene cayendo encima del paracaidista. Un delicioso manjar cinematográfico.

 

Dos grandes personajes del siglo XX
 

 

 

domingo, 11 de octubre de 2015

MICROUNIVERSO CON PERVERSIÓN


LA TRIBU
(Plemya)
2014. Dir. Miroslav Slaboshpitsky.

Nota: esta película se exhibirá el próximo sábado 17 y domingo 18 de octubre en nuestra Cineteca Nuevo León dentro del ciclo del Foro de la Cineteca. No pierdan la oportunidad para conocerla. Se agradece a Alejandro Gómez, coordinador de programación.
 


         El adolescente Sergey llega a una escuela-internado para sordomudos. Ahí se encontrará con un universo semejante al mundo común, aquel que disfruta de todos los sentidos. Hay una mafia que controla a los demás estudiantes, coludida con un maestro de carpintería, por lo que venden ciertos productos en los trenes, asaltan a personas por las calles, propician la prostitución de dos jovencitas (Anya y Svetka) entre los traileros. Sergey se enamora de Anya a la cual primero paga por sus servicios sexuales y luego ella toma otra actitud. La relación llevará a resultados sorpresivos.

 Hay una mafia entre los sordomudos del internado

         La cinta no tiene subtítulos. No hay un solo diálogo, solamente los sonidos incidentales y de ambiente. Nos enteramos de los nombres de los protagonistas por los créditos al final de la película. Y lo más extraordinario, es que el realizador ucraniano Slaboshpitsky la filmó con jóvenes sordomudos, con los cuales debía comunicarse gracias a un traductor del lenguaje de señas para darles indicaciones, pero que resultan naturales, dando muestra de histrionismo, audacia, entrega a la trama.

 

Sergey primero busca a Anya pagándole
sus servicios sexuales...Jóvenes
con cuerpos estéticos...
 
         La película nos lleva hacia un submundo que usualmente no miramos. Vivimos en la existencia “normal” porque gozamos de los sentidos. Nos encontramos con alguna persona ciega o sorda o muda, pero no pensamos en su comunidad. Lo más atrevido es que no se muestra un panorama dulce (usamos la palabra “sordito”, “cieguito”, como equivalente de “pobrecito”) ni inocente (al estar impedidos de alguna manera, deben ser buenos por naturaleza). Son brutales, amenazadores, sensuales, como cualquier otra persona. Hay perversión, droga, abuso. Las instituciones siguen siendo tan burocráticas como insensibles. De todas maneras, no se generaliza: es un microuniverso como el mayor en que convivimos cada día. Al final de cuentas, el ser humano explota ante las presiones.

 

El castigo hacia los desobedientes que se salen de las normas
 
         Ópera prima de su realizador que cae en la categoría de original. Hemos visto historias edificantes: la salvaje ciega, sordo y muda Helen Keller alcanza comunicarse y tornarse en personaje intelectual en Ana de los milagros (1962, Arthur Penn) o el esperanzado personaje que busca amor y siente soledad en El corazón es un cazador solitario (1968, Robert Ellis Miller). Aquí en México, el mismo tema de hambre de amor en la sobreactuadísima El hombre de papel (1963, Ismael Rodríguez). Sin embargo, hay maldad en todo ser humano. Aquí tenemos ejemplos.

 

Tomas alejadas para darle un marco de referencia
al espectador. Los personajes se acercan a la cámara.
 
         El estilo del realizador mete al espectador en la cinta: hay usualmente tomas alejadas. Uno mira en general todo el espacio donde suceden los hechos terribles o las explícitas escenas del encuentro amoroso. Hay largos corredores en un edificio que se nota antiguo, institucional de tiempos pasados, en esta Ucrania singular: la del personaje que, sin importar la falta de algunos sentidos, se integra dentro del deterioro, la perversión, la rebeldía que se da entre los jóvenes que llaman la atención porque sus personalidades son estéticas: cuerpos hermosos, bellos rasgos, aparte de brindar buenas actuaciones.

 

El director Miroslav Slaboshpitsky deslumbra
con su ópera prima...
        

 

        

 

          

 

sábado, 3 de octubre de 2015

SIN ALMA, NI CORAZÓN NI VIDA...


MISIÓN RESCATE
(The Martian)
2015. Dir. Ridley Scott.

 


         Mark Watney (Matt Damon) forma parte del grupo de astronautas que realizan una misión en Marte. Una tormenta de polvo lo arrastra y queda herido por un fragmento de metal. Sus compañeros lo toman por muerto y lo dejan porque la nave en que viajan está en peligro. Al día siguiente, Watney despierta, logra llegar a la estación de resguardo donde se autocura y se da cuenta que con el tiempo morirá. No obstante, de pronto se dice a sí mismo que eso no sucederá y comienza su proceso de supervivencia. Por otras situaciones logra comunicarse a la Tierra para que se inicien planes de rescate. Luego, debido a que sus compañeros se encuentran todavía en el largo viaje de regreso, se buscará la manera de que ellos se devuelvan para recuperarlo.

 

Luego de llegar al refugio, Watney
se realiza una curación y piensa en su mortalidad
 
         Estamos ante una versión posmoderna (tecnología avanzada y tiempos relativos), de ciencia-ficción, del Robinson Crusoe, la inmortal novela de Daniel Defoe acerca del marinero que quedaba solitario en una isla donde debería cuidarse de los peligros acechantes y que ha dado lugar a diversas versiones (entre ellas, una de Buñuel) u otras lecturas como Náufrago (Cast Away, 2000, Robert Zemeckis), pero más coincidente (e interesante) resulta una obra maestra menor del cine espacial primitivo llamada Robinson Crusoe en Marte (1964, Byron Haskin) donde un hombre quedaba varado en el planeta rojo con un mono y buscaba la manera de conseguir oxígeno, agua y alimento. Y podemos añadir a Gravedad, entre muchas otras cintas.

 

Comienza a cultivar papas,
utilizando sus propios desechos
como abono. Watney era botánico
 
         En este caso, la primera parte de la cinta, donde Watney se las ingenia para cultivar papas, mantener su oxígeno, y encontrar la manera de comunicarse da una idea clara de lo que significa la soledad, la idea del aislamiento sin aparente solución y la necesidad de seguir adelante pese a todo. Siempre está la amenaza de cualquier error que lo ponga en peligro sin respuesta (la falta de presión o el limitado oxígeno) y es lo que mantiene el interés para un espectador avezado, con referencias.

 

Lo que pudo ser más interesante:
su reflexión ante la soledad y el hecho
de que es un puntito en el universo
 
         Luego, la cinta se alarga: surge la posibilidad del rescate (que ya lo anuncia el título de la cinta), aparte de que se está consciente que el héroe, el actor principal, no puede morir: mucho menos si es una producción millonaria. El maestro Scott sabe perfectamente los trucos de su profesión y maneja suspenso o ambigüedad. En nuestro planeta están todos los directivos de la NASA, el apoyo del gobierno chino, científicos ultra preparados que van organizando la salvación del astronauta Watney. Y ahí es donde se causa un hiato narrativo: todo es repetitivo, sin asombro, pero sobre todo, sin pasión. No aparece la obsesión de Blade Runner ni la sensualidad o mecatrónica de Prometeo y mucho menos la angustia de Alien, el octavo pasajero. No se nota desesperación ni rebelión en Watney. Nunca hay una reflexión seria sobre la posibilidad de la muerte.

 

La vastedad, la desolación, la soledad...
Lo que pudo ser más interesante de tratar...
 
         Y luego del vacío y el aburrimiento de la narración, se llega a la secuencia del rescate y el espectador ya aburrido o aletargado vuelve a interesarse. Muy irregular: hizo falta el corte, la reducción, el ritmo, pero más que nada lo que la cinta demuestra es su falta de corazón (misma enfermedad de “Los vengadores” y su secuela), la negación de la poética de la soledad. En fin. Esperemos cosas mejores del maestro Scott.

El maestro Ridley Scott nos ofrece
una de sus cintas menores (no es la primera vez)
pero nadie le niega su calidad: faltó poesía.

jueves, 1 de octubre de 2015

ARROZ AGUADO


LOS HUÉSPEDES
(The Visit)
2015. Dir. M. Night Shyamalan.

 


         A pesar de que hace años quedó claro que Shyamalan fue llamarada de petate, pólvora quemada, arroz aguado, “one hit wonder” luego de El sexto sentido (1999) (como le pasó a su niño protagonista Haley Joel Osment, ahora con marranoide figura), ha podido mantenerse gracias a que sus cintas las ha filmado con grandes estrellas, a pesar de ser fracasos comparados con su película-maravilla. En esta ocasión tiene estrellas incipientes o secundarias y la cinta mantiene su ya conocido bajo nivel de calidad.



         En esta ocasión, utilizando el ya gastado género de la cinta filmada en vídeo bajo el pretexto de un documental familiar que está realizando la protagonista juvenil acerca de su madre y hermano, tenemos la trama de un par de hermanos que van a visitar a sus abuelos, largo tiempo alejados por un pleito con su madre, a los cuales nunca han visto. Mientras su madre se va de vacaciones con su novio, esta adolescente con su hermano de trece años llegan al pueblo donde está la casona-granja de los viejos.

 


         El comportamiento de los abuelos es extraño. Los jóvenes simplemente lo ven como una extravagancia de la vejez. Pasan cinco días en los cuales la conducta se va haciendo más tenebrosa. En una ocasión, le muestran a su madre por Skype a los viejos y ella les dice que ellos no son sus abuelos. De repente, todo se torna peligro, amenaza, revelación. Shyamalan repite su tema de lo real aparente, como pasaba con el villorrio de La aldea o el personaje irreal de La dama en el agua, por mencionar dos ejemplos para demostrar que no sabe controlarlo. 

 


         Trucos fáciles (rostros que surgen de pronto ante la cámara; mujer envuelta en una sábana o bajo la cama que saca brazos; la imagen lejana de una vecina ahorcada); homenajes fallidísimos (la aparente abuela mete y encierra a la falsa nieta en el horno como nuevos “Hansel y Gretel”); falta total de tensión o sentido del peligro (los jóvenes nunca se notan aterrados ante las reacciones incoherentes de los viejos). Al momento de conocer la verdad, se desata la solución, mostrando así una falta total de equilibrio. Y al término, durante los créditos de salida, el documental termina con un obvio rap - final feliz del joven de 13 años para dar explicación no pedida, acusación aceptada, de que la película ha sido una reverenda pérdida de tiempo.


El fraudulento Shyamalan