CAROL
2015. Dir.
Todd Haynes.
Carol (Cate Blanchett) conoce a la
joven Therese (Rooney Mara) en la tienda departamental donde ésta trabaja. Lo
que es una simple interacción entre clienta y dependienta es en realidad una
sutil seducción entre mujeres que se atraen. Carol ha olvidado una prenda en la
tienda y Therese le llama para informarle. La invita a su casa para que
comience una relación primero platónica, ya que Carol tiene problemas con su
matrimonio, y luego carnal, cuando emprenden un viaje por carretera.
Todd Haynes ha sido un extraordinario
recreador de épocas y cultivador de la relectura de melodramas. Lejos del
cielo (Far from Heaven, 2002) es un homenaje indirecto a las cintas de Douglas
Sirk, realizados en la Universal de los años cincuenta, al mostrar el romance
entre un hombre de color y una convencional ama de casa de suburbio
norteamericano.
Mildred Pierce (2007) es una miniserie para televisión donde
volvía a narrar, con mayor libertad, la trama de una novela audaz de los años
treinta, donde una mujer lograba enriquecerse, por el bien de sus hijas, para
recibir el desprecio y traición de la mayor.
Ahora en Carol, regresa a los años
cincuenta.
El interés principal del realizador
reside en la denuncia del sufrimiento por la presión social. Así, en Lejos del
cielo, la protagonista vivía dos crisis: descubrir la homosexualidad de su
marido y, sobre todo, la imposibilidad de consumar su amor por un hombre negro,
al estar limitada por el qué dirán dentro de su medio social. Acá tenemos
a Carol es un ama de casa, madre y
esposa, con inclinación lésbica. Su marido, alcohólico, rico, está enterado de
ello y es lo que hace que la persiga para chantajearla emocionalmente (el
divorcio, la custodia de su hija) y dejarla caer en un vacío social. En una época cuando era difícil ser un
homosexual declarado, Carol busca la amistad y cercanía con mujeres que
comparten su sexualidad. Al encontrar a Therese se enamora. La cinta está
narrada como un gran retroceso en el tiempo para enterar al espectador del
inicio de la relación.
La gran cualidad de la película reside,
como mencioné anteriormente al hablar de Haynes, en la extraordinaria
recreación de época. Cate Blanchett viste un abrigo de mink sobre sus
exquisitos vestidos. Los automóviles, los objetos, la tecnología de entonces,
dan idea perfecta de lo que eran esos represivos años cincuenta. Rooney Mara es
la contraparte humilde en ropa y accesorios (como la cámara fotográfica que
recibe por parte de Carol). Sin embargo, además de actuaciones correctas, que
no son mejores que las insignes actrices han dado en otras películas, esta cinta
se siente tibia y no se muestra, en toda su extensión, la pasión que
supuestamente se da entre las mujeres. Carol queda desdibujada y Therese no
enfatiza su atracción a la mujer.
Está basada en una novela de Patricia
Highsmith, publicada bajo seudónimo en 1952, con el deseo de mostrar una pasión
existente pero negada usualmente, y tal vez con tintes autobiográficos, que
ocurría en los años cuarenta, cuya gran distinción era el final feliz, algo
inesperado e impensable para esos tiempos cuando la homosexualidad era
considerada enfermedad mental que merecía el castigo. No cabe duda que Haynes
es un distinguido realizador, aunque en este caso el resultado queda lejos de
ser satisfactorio como en sus otras cintas, aunque se respete en la adaptación los intereses de la novela.