sábado, 19 de marzo de 2016

ATAQUE A LA RAZÓN




HOMBRE IRRACIONAL
(Irrational Man)
2015. Dir. Woody Allen.





            La razón es acosada por tantas preguntas que no puede responder expresa el maestro de filosofía Abe Lucas (Joaquin Phoenix, panzón) mientras se dirige a su nuevo empleo en la Universidad de Braylin para impartir un curso de verano. Es un hombre decepcionado de la vida porque alguna vez intentó cambiar al mundo y solamente le trajo iniquidad. Conoce a la maestra Rita (Parker Posey, terrenal) quien se le insinúa y posteriormente tendrán sexo, así como a su alumna Jill (Emma Stone, carismática) quien se impresiona con los sufrimientos y malas experiencias vividas por el hombre que llega al grado de sentirse atraída hacia él, a pesar de amar a su buen novio. Cierto día, en un restaurante, ambos escuchan las quejas de una mujer que ha sufrido una injusticia: un juez le quitará la custodia de sus hijos simplemente porque es amigo del abogado de su ex marido. Abe empieza a pensar que él podría ayudar a la mujer asesinando al juez. No hay ninguna relación entre ellos, tampoco conoce a la futura víctima, por lo que sería un crimen perfecto. En ese momento, el hombre recupera la alegría de vivir. Ha escogido lo que le permitirá tomar control de su vida y comienza a planear su crimen. De esta manera, por fin y a su modo, podrá cambiar al mundo.


Abe y Jill escuchan las quejas de la madre
que perderá la custodia de sus hijos
debido a un juez corrupto


            En su cuadragésimo quinto largometraje, el maestro Allen nos ofrece un compendio de su obra previa. Hay ecos de Crímenes y pecados (1989), La provocación (2005) o Los inquebrantables (2007), sin que se dejen de encontrar personajes ya conocidos de sus películas. El crimen cometido por otro (tema hitchcockiano por excelencia) que no tendrá culpa directa desde el momento que no hay relación entre asesino y víctima servirá para que el oscuro profesor Abe reflexione que el mundo sería mejor si ciertas personas murieran. Utilizando argumentos existencialistas, hay un discurso sobre la ética personal. Por otro lado, el mundo moral que, estrictamente, no permitiría la mentira, da lugar a una confrontación entre las bondades de la teoría que en la realidad no pueden aplicarse. Las ideas filosóficas son masturbaciones mentales hasta que Abe decide convertirlas realidad. A los ochenta años, Allen ofrece su visión particular de lo que es el estado del mundo, su deterioro y su equilibrio.


Al planear su crimen, Abe se siente feliz
y visita una feria junto con Jill.
Su interior está distorsionado como estas imágenes


            Narrada por los dos personajes principales hasta que la trama converge en un momento clave, el espectador queda sorprendido al descubrir el camino que va tomando. Allen utiliza a su adorada filosofía a través de sus pensadores favoritos (Kierkegaard, Nietzsche, Kant) como hilo conductor y motivo de explicación de las acciones de su personaje principal. Paradójicamente, el hombre que domina las ideas que dan sentido a la razón, viene a realizar actos que van contra ella. El maestro Allen nos invita a pasar un rato muy entretenido sin dejar de lado el requerimiento de pensar, discutir, o seguir reflexionando acerca de las facetas de nuestras existencias. Cada cinta de Allen nos deslumbra. Los giros de sus tramas que, en ocasiones, son variaciones sobre un mismo tema para conectar sus puntos comunes, nos permiten disfrutar, y el deleite de aceptar, estas relecturas dentro de una misma obra esplendorosa.

 El maestro Allen acompañado de sus actrices
en el Festival de Cannes 2015