domingo, 8 de enero de 2017

UN PAR DE DESASTRES


MONSTER TRUCKS

2016. Dir. Chris Wedge.





         Un joven estudiante de preparatoria, Tripp (Lucas Till, el nuevo McGyver) encuentra de pronto, dentro del cascaron de la camioneta que está construyendo, a un monstruo surgido de la excavación de un pozo profundo de petróleo. La criatura es una especie de delfín con muchos dientes y varios tentáculos con cilios que se alimenta de petróleo. El joven tendrá que buscar la manera de salvarlo ya que los dueños de la compañía petrólera quieren exterminarlo.





         Si se piensa un poco, estamos ante una relectura de E.T. El extraterrestre (Spielberg, 1982) ya que el monstruo es simpático y tan inteligente para darle movimiento a camionetas sin ninguna maquinaria. Puede equipararse a las bicicletas voladoras de la cinta anterior con las hazañas que realizan los vehículos. También es un huérfano que busca a su familia.





         Si se considera que es una cinta de fantasía no importan las leyes de la lógica, porque la trama nos muestra muchas acciones imposibles de realizar en el tiempo y el espacio que se tiene. Queda más que nada para la diversión momentánea de niños espectadores. El director Wedge que nos había dado la extraordinaria La edad del hielo ahora pasa a la acción viva mezclada con animación y su ritmo es estupendo. Es una gran producción con efectos especiales espléndidamente realizada pero sin carisma. Insiste nuevamente en la unión familiar y esa será la mejor lección que los pequeños podrán valorar.



ASSASIN´S CREED

2016. Dir. Justin Kurzel.





         Filmada en tonos oscuros que llegan a desesperar (contra las fotografías publicitarias con mucha luz), es una tristeza ver a los mismos actores (Fassbender y Cotillard) y mismo director (Kurzel) de la excelente Macbeth en un verdadero desastre sin pies ni cabeza. Quizás los que juegan el videojuego en el cual está basada le encontrarán mayor sentido, pero partiendo del hecho de un asesino contemporáneo que es conectado neurológicamente a una máquina que lo llevará al siglo XV para descubrir dónde se encuentra la manzana del jardín del edén y evitar que los templarios se apoderen de ella ya que entonces dominarían al mundo al librarlo de la libertad de pensamiento, uno piensa que la fantasía y las convenciones del género tienen un límite, sobre todo cuando la narrativa es tan confusa sin, al menos, colores brillantes. Qué pena.