LA AMANTE DE
MI PADRE
(The Only
Living Boy in New York)
2017. Dir.
Marc Webb.
Thomas (Callum Turner, el apasionado protagonista de Queen and Country de John Boorman, no
estrenada en México) no sabe qué hacer con su vida. Está enamorado de una joven,
con la cual tuvo un encuentro casual, pero ella no le corresponde ya que alimenta
otros planes. Su padre es un editor prestigioso. Su madre tiene ciertos
problemas emocionales. Thomas vive en un departamento, lejos de sus padres, y
un día, al entrar al edificio, se encuentra con un nuevo vecino W.F. (Jeff
Bridges a quien todo papel le sale bien, siempre impecable), escritor, quien al
verlo atribulado le ofrece aconsejarlo. Cuando Thomas descubre accidentalmente
que su padre tiene un amorío con otra mujer (la bellísima Kate Beckinsale), la
sigue hasta que ella lo confronta. Surge una relación apasionada pero ella le
advierte que ama a su padre. Thomas cuenta todas sus cuitas al escritor. Esta
situación lo llevará a descubrir un secreto largamente guardado.
Pierce Brosnan y Kate Beckinsale
Narrada desde la voz del escritor, el argumento se va
desarrollando dentro del más puro y sublime melodrama. Thomas es un personaje
romántico dentro de la mayor acepción de la palabra: independiente, movido por
sus sentimientos más que por el razonamiento, se enamora de la mujer que ha
ocupado el lugar de su madre sin pensar en las consecuencias ni en las posibles
tribulaciones que puedan ocurrir ya que se ilusiona con una imagen que
resultará fragmentada por la realidad. Los otros personajes, el padre, es un
hombre seguro de sí mismo; la madre es una mujer frágil que olvida sus penas,
ignotas para los demás, organizando cenas para intelectuales o yendo al parque
a leer incesantemente.
Callum Turner y Jeff Bridges
Lo que el espectador se dará cuenta al final es que el
escritor está narrando la película desde el libro que finalmente publicó y que
lleva el título original de la cinta. Es lo que le ofrece un tono cálido e
intelectual a una hermosa historia sobre el aprendizaje de la vida. Thomas
deberá caer de las ilusiones falsas para darse cuenta de su realidad y de sus
verdaderas aspiraciones. En el trayecto ocurre un hecho que le revela cierta
verdad sobre su origen que vendrá a abrir otra etapa en su existencia y otra
percepción del destino. De ahí que insista en el género y tono de la cinta que
se desenvuelve de manera natural aunque lo que está sucediendo sea terrible
(una mujer que se acuesta, sin culpa ni esperanza, tanto con el padre y el
hijo) y convencional (ocurre un giro narrativo aparentemente truculento propio
del melodrama) al mismo tiempo. Esta mezcla de tragedia y telenovela se
sostiene debido a la inteligencia de sus creadores. Hay un gran sentido poético
en transformar cierta realidad en obra literaria y que dicha idea sea
convertida en cine.
Luego de habernos ofrecido recientemente la conmovedora Un don excepcional donde se hablaba
sobre la responsabilidad moral, el excelente realizador Webb ahora nos entrega
otro discurso sobre el mismo tema ya que Thomas deberá hacerse responsable de
sí mismo. La calidad de la cinta es indiscutible y forma parte de ese grupo de
cintas que aparentemente son insulsas pero que en el fondo son gigantescas en
sus intenciones. ¡Ah! y el reparto es excepcional.