ENSIRIADOS
(Insyriated)2017. Dir. Philippe Van Leeuw.
Una
coproducción entre Bélgica, Francia, Líbano y Alemania que sucede en un
departamento en medio del desastre urbano de Damasco, en Siria, víctima de las
luchas entre gobierno y facciones rebeldes. Todo sucede en un día, dentro de
este espacio, donde vive Oum Yazan (la extraordinaria Hiam Abbass) con su
suegro, dos hijas, un hijo pequeño, la criada Delhani (Juliette Navis, otro
monumento a la actuación), el novio de la hija mayor, así como un matrimonio
conformado por la rubia Halima (Diamand Abou Abboud, conmovedora) y Samir, con
su pequeño bebé. Este último, se sabe, eran vecinos en un departamento superior
ya derruido y arrasado por ladrones.
Estos personajes han hecho de este lugar
su refugio existencial. La criada sale solamente para traer agua. Hay luz en
ciertos momentos del día. A lo lejos se escuchan disparos y bombazos. Nadie se
atreve a estar en el exterior porque hay francotiradores que simplemente
disparan.
La extraordinaria Hiam Abbass
Delhani y Oum miran a lo lejos el cuerpo de Samir
Halima
y Samir piensan abandonar el país esa noche. Cuando Samir deja el apartamento
por la mañana para encontrarse con su acarreador hacia el extranjero, resulta
víctima de disparos. Lo atestigua la criada quien se lo cuenta a la señora Oum.
Ésta, a su vez, le ordena que no le comente nada a Halima. Es preferible
mantener la calma y evitar que se pierda la paz que hay dentro del hogar, único
bastión y recuerdo de otros tiempos mejores. No obstante, esta tranquilidad se
perderá al incursionar dos intrusos en el departamento dando lugar a un acto de
valentía y de prudente cobardía por otro lado.
La cocina es el refugio ante los ataques y bombazos
Oum pide silencio ante la amenaza del exterior
La
cinta es un estrujante y emotivo drama claustrofóbico donde se mezclan libros,
muebles, vestidos, que dan fe de tiempo atrás cuando existía la calma y el
esplendor de ciudad y país, junto con el miedo, las carencias, los pleitos por
lo cotidiano, el latente deseo sexual, la necesidad de estar encerrados con
cerrojos y barrotes en la puerta. Cada vez que hay un bombazo, el polvo cunde y
la tecnología desaparece. Oum se acostará sobre la mesa del comedor como escondite
mental y símbolo de la unión familiar que tanto trata de preservar aunque su
esposo militante no se encuentre en casa. El abuelo se sentará frente a sus
libros y hojeará un álbum de viejas fotografías. Cada mañana, su mirada es
hacia el exterior para ser testigo de la sinrazón, la idiotez humana, la
ambición insensible al dolor con tal de mantener el poder.
Halima y Oum luego del ultraje y la cobardía.
Estamos ante una cinta de actrices extraordinarias.
La víctima,
Halima, será mártir, recipiente de la brutalidad y falta de solidaridad porque
existe el deseo de preservar la vida para recuperar, alguna vez, el pasado:
algo que parece imposible cada amanecer.
Phillippe Van Leeuw filmó una coproducción
belga con actores multinacionales
y temática extranjera...