viernes, 25 de mayo de 2018

LA CRUEL GUERRA


ENSIRIADOS
(Insyriated)
2017. Dir. Philippe Van Leeuw.




         Una coproducción entre Bélgica, Francia, Líbano y Alemania que sucede en un departamento en medio del desastre urbano de Damasco, en Siria, víctima de las luchas entre gobierno y facciones rebeldes. Todo sucede en un día, dentro de este espacio, donde vive Oum Yazan (la extraordinaria Hiam Abbass) con su suegro, dos hijas, un hijo pequeño, la criada Delhani (Juliette Navis, otro monumento a la actuación), el novio de la hija mayor, así como un matrimonio conformado por la rubia Halima (Diamand Abou Abboud, conmovedora) y Samir, con su pequeño bebé. Este último, se sabe, eran vecinos en un departamento superior ya derruido y arrasado por ladrones.

Estos personajes han hecho de este lugar su refugio existencial. La criada sale solamente para traer agua. Hay luz en ciertos momentos del día. A lo lejos se escuchan disparos y bombazos. Nadie se atreve a estar en el exterior porque hay francotiradores que simplemente disparan.

La extraordinaria Hiam Abbass

Delhani y Oum miran a lo lejos el cuerpo de Samir

         Halima y Samir piensan abandonar el país esa noche. Cuando Samir deja el apartamento por la mañana para encontrarse con su acarreador hacia el extranjero, resulta víctima de disparos. Lo atestigua la criada quien se lo cuenta a la señora Oum. Ésta, a su vez, le ordena que no le comente nada a Halima. Es preferible mantener la calma y evitar que se pierda la paz que hay dentro del hogar, único bastión y recuerdo de otros tiempos mejores. No obstante, esta tranquilidad se perderá al incursionar dos intrusos en el departamento dando lugar a un acto de valentía y de prudente cobardía por otro lado.

La cocina es el refugio ante los ataques y bombazos

Oum pide silencio ante la amenaza del exterior

         La cinta es un estrujante y emotivo drama claustrofóbico donde se mezclan libros, muebles, vestidos, que dan fe de tiempo atrás cuando existía la calma y el esplendor de ciudad y país, junto con el miedo, las carencias, los pleitos por lo cotidiano, el latente deseo sexual, la necesidad de estar encerrados con cerrojos y barrotes en la puerta. Cada vez que hay un bombazo, el polvo cunde y la tecnología desaparece. Oum se acostará sobre la mesa del comedor como escondite mental y símbolo de la unión familiar que tanto trata de preservar aunque su esposo militante no se encuentre en casa. El abuelo se sentará frente a sus libros y hojeará un álbum de viejas fotografías. Cada mañana, su mirada es hacia el exterior para ser testigo de la sinrazón, la idiotez humana, la ambición insensible al dolor con tal de mantener el poder.

Halima y Oum luego del ultraje y la cobardía.
Estamos ante una cinta de actrices extraordinarias.

La víctima, Halima, será mártir, recipiente de la brutalidad y falta de solidaridad porque existe el deseo de preservar la vida para recuperar, alguna vez, el pasado: algo que parece imposible cada amanecer.
Phillippe Van Leeuw filmó una coproducción
belga con actores multinacionales
y temática extranjera...