lunes, 21 de mayo de 2018

VUELVE EL HÉROE DIFERENTE


DEADPOOL 2
2018. Dir. David Leitch.



El tiempo que pasa uno riendo es tiempo que pasa con los dioses.
Proverbio japonés

         En 2016, la cinta original (Deadpool, Tim Miller) fue toda una sorpresa: un hombre con cáncer terminal adquiría superpoderes luego de ser sometido a un falso tratamiento que, en realidad, lo dejaba con el cuerpo estriado, aspecto seco. Malhablado, pansexual, incorrectamente político, llevaba a cabo sus hazañas de salvaguarda moral para la humanidad. Ahora, dos años más tarde llega la secuela que levantaba pocas expectativas: era difícil pensar que pudiera sobrepasar, pasada la novedad, los logros de la película primigenia. Sin embargo, estamos ante una total delicia, una farsa cómica que provoca la risa impulsiva, irreflexiva, por las situaciones, por lo absurdo del personaje, por la distancia que la misma cinta establece, sus parodias, burlas y risas contra otros personajes del mundo Marvel (hasta se ironiza contra el rival DC Comics). La cinta es tan buena que uno sale feliz de la sala (sobre todo si se vio en idioma original y la pantalla inmensa del IMAX).


La trágica amada de Wade

         Wade (el maravilloso Ryan Reynolds, también coguionista y coproductor: nada tonto) se quiere suicidar al inicio de la cinta… y lo logra. Nos muestra el antecedente cuando un tipo disparó sobre su amada Vanessa (Morena Baccarin) matándola. La vida ya no tiene sentido y expresa que quiere morir para emular a Wolverine (quien murió en la cinta de Logan). Sin embargo sabemos que eso no puede ser: sus pedazos son recogidos por Coloso quien lo lleva a la casa de los X-Men, de la cual deben partir hacia un orfanatorio donde un adolescente mutante se ha descontrolado: Russell (Julian Dennison), obeso, cuya mutación es la creación de bolas de fuego a través de sus puños. Tanto Russell como Wade son llevados a la prisión que encierra a mutantes hasta que llega Cable (Josh Brolin), un ciborg del futuro que desea eliminar a Russell para evitar que se convierta en un temible asesino con el paso de los años.


Deadpool debe salvar al obeso mutante

         Comienzan los enfrentamientos a los cuales ya estamos acostumbrados (en algún momento el héroe informa que sigue una obvia  secuencia con efectos visuales) pero tienen tanta gracia, los diálogos son tan divertidos por el ingenio y las referencias, que solamente estamos esperando cuál será el giro o el comentario a las usuales e inverosímiles peleas. En otro momento, para salvar a Russell, Wade recluta a varios superhéroes “menores” para conformar su X-Force (ya que piensa que X-Men es discriminatoria al mencionar solamente al género masculino) que da lugar a una secuencia hilarante e inesperada porque el destino de estos seres no es nada halagüeño y provoca la carcajada (no se lo contaré para que le sorprenda). La vulgaridad está presente: el uso de profanidades es extrema pero tiene sentido (no es como los comediantes de pacotilla o “standoperos” cuya nulidad graciosa se centra en palabrotas), lo mismo que la sexualidad (nuevamente Wade sugiere diversidad: abraza al metálico Coloso pero posa su mano en las esculpidas nalgas del personaje; hasta hay una referencia a Bajos instintos).


Un reparto espléndido con una graciosa
Domino y un contrastante Cable

         El mismo equipo de guionistas de la cinta original tuvo la suficiente sabiduría para no repetirse, darle una vuelta de tuerca a las constantes de un personaje aunque la lógica y el raciocinio no tienen cabida en la narración. Hay que destacar a un personaje magnético: una heroína que se hace llamar “Domino” (aunque en realidad es una suertuda, interpretada por una carismática Zazie Beets) que nos va asombrando por la manera en que el azar la bendice. Otro superhéroe efímero es “Vanishing” (desaparecido), al cual nunca vemos porque es invisible (obviamente), excepto en un momento crucial y nos damos cuenta que el actor que lo “interpreta” es Brad Pitt. Así, entre sorpresas y momentos muy agradables (con un total reparto de excelencia), se va desarrollando el enésimo cuento moral del universo Marvel pero ¡qué manera de contarlo!, ¡qué sentido del humor!, ¡cuánta gracia! Una de las mejores películas en lo que va del año. 

El realizador David Leitch ha sido actor
y doble de acción por años