EL INFILTRADO DEL KKKLAN
(Blackkklansman)2018. Dir. Spike Lee.
En 1973, el policía Ron Stallwarth (John David Washington)
se convirtió en el primer oficial negro dentro de la policía de Colorado Springs.
Con todo y provocaciones, además del desprecio de sus compañeros, fue ascendiendo poco
a poco hasta que se integró al Departamento de Inteligencia. Al ver un anuncio
donde se invitaba a participar en el Ku Klux Klan, llamó pidiendo información y
se le respondió: se hizo pasar como blanco supremacista y para introducirse en
la organización utilizó en presencia a su compañero blanco y judío Flip Zimmerman (Adam
Driver), mientras que él mismo fue el guardia asignado para cuidar la visita
del jefe superior de dicha organización David Duke (Topher Grace).
Gracias al apoyo del productor Jordan Peele, el director de la
exitosa ¡Huye! (Get Out!, 2017), Spike Lee fue invitado a dirigir esta cinta
considerando su importante carrera, siempre sugerente e incitadora hacia la
reflexión sobre las diferencias raciales y los personajes significativos de su etnia.
En este caso se basó en un hecho de la vida real: la audaz intrusión en la
antigua y criminal institución para ponerla al descubierto con sus métodos violentos
y sus actos criminales. La cinta es una mezcla de humor con ironía, de
discursos detestables con otras meditaciones sobre la situación del negro en
una nación altamente segregada, apenas en la alborada de los derechos civiles.
Topher Grace como el líder del KKK, David Duke.
El propio director comentó que una constante de su obra
fílmica ha sido la eterna lucha entre el amor y el odio. De ahí que muestre el
conflicto racial porque finalmente deriva en prejuicios y en el gratuito ataque
entre seres humanos por diferencias de la propia naturaleza. De ahí que utilice
referentes sociales de importancia como el brutal ataque de la policía contra
Rodney King en Malcolm X o los comentarios sobre el ataque a las torres
gemelas en La hora 25. Aquí muestra la marcha supremacista de 2017 en
Virginia como una indirecta al estado actual de su nación donde se enfatiza que los avances sociales han retrocedido en un país gobernado por un matizado discriminador y el presente se asemeja a este pasado, pero también pone
como referente a películas que han sido importantes en su penetración mundial
ante espectadores que se regodean en su estética sin darle importancia al
subtexto racista como El nacimiento de una nación (1915, Griffith) donde el padre del cine norteamericano expresaba su temor y desprecio hacia los negros por lo que el discurso es discutible mientras que sus cualidades técnicas, expresivas e históricas son admirables o Lo que el
viento se llevó (1939, Mitchell) que en el fondo es un canto a la belleza del sur esclavista y al negro sometido pero contento con su situación. También posee una secuencia donde Ron discute
con su objeto amoroso Patrice (Laura Harrier) sobre la importancia de las
cintas consideradas de “blaxploitation” populares en esos primeros años
setenta, donde los roles principales eran interpretados por actores negros que
ponían en su lugar a los blancos y mostraban emociones y sentimientos (Shaft,
como ejemplo).
La película es muy atractiva por su trama que permite el
suspenso y la intriga, además de entrar en los cuestionamientos de raza ya sea
por ese odio (el asunto del KKK) o ese amor (el conflicto personal de Ron ante
Patrice, quien tiene mala opinión de los policías, desconociendo su identidad profesional).
Alternadamente, es el rescate de un hecho que aconteció y que tomó por sorpresa
a sus protagonistas. Estas cualidades son las que le otorgaron el Premio Especial
del Jurado en Cannes 2018 así como su presencia en diversos festivales y selecciones
de premios. Es otra manera de explicar la evolución en cuanto al estatus que
actualmente mantienen las diferentes etnias a nivel mundial: al mismo tiempo, temer por su retroceso. Genial y divertida.
El director Spike Lee con su Premio Especial
del Jurado en Cannes 2018.