jueves, 31 de enero de 2019

EL PODER DETRÁS DEL TRONO


LA FAVORITA
(The Favourite)
2018. Dir. Yorgos Lanthimos.


         Al palacio real llega Abigail (Emma Stone), prima de Sarah, Lady Marlborough (Rachel Weisz), amiga y confidente, además de asesora política de la débil, enfermiza y prácticamente insegura reina Ana (Olivia Colman). Abigail ha venido a menos desde su anterior buena posición y ahora recurre a su pariente para conseguir trabajo, de cualquier tipo, y subsistir. En pocos días pasará de sirvienta de Sarah a sirvienta de la reina. Al enterarse de ciertos secretos, además de unir fuerzas con el representante de los Torys, Lord Harley (Nicholas Hoult), puede manipular a su manera las situaciones. La rivalidad entre las dos mujeres para tener el afecto de la mandataria será recalcitrante en ambas partes: lo interesante es saber quién ganará o cuáles armas utilizará.

La llegada de Abigail
es en el estiércol
Luego llega a ser
sirvienta de la reina
         Sin ser fiel a la historia, con muchas libertades poéticas, introduciendo elementos atemporales (como un baile tipo Vogue en la corte real o mezclando música de los tiempos con otros más recientes), además de impartir un ritmo incontenible, el realizador Lanthimos juega y se regodea con estos personajes de principios del siglo XVIII como monstruos que se enfrentan en una batalla para sobrevivir.  De hecho, los juegos reales son absurdos y dan una idea de corte infantiloide y ridícula (las apuestas se definen en carreras de patos o los nobles jóvenes se divierten lanzando mitades o gajos o cáscaras de naranja a un pobre bufón gordo y desnudo que tapa sus genitales con la mano)

Lady Marlborough, amiga
y amante de la reina Ana
El dominio sobre la soberana;
el poder detrás del trono
         Sin embargo, más importante es la condición femenina. Dentro de estos juegos perversos, Lanthimos nos ofrece a mujeres aguerridas y empoderadas. Ana tiene sus momentos temerosos pero finalmente está consciente de su naturaleza real. Sarah ha permanecido en su calidad de dama de la nobleza, además de contar con una amistad desde niña con la reina, por lo que su influencia es inmensa. Abigail sabe que la única manera de evitar caer en la inopia es arriesgarse a arrebatar un lugar de privilegio. Esta trilogía amorosa cae en la intriga, el duelo verbal y la seducción carnal. 
De sirvienta a nueva
favorita de la reina
La caída en desgracia
de la anterior amiga
         Abigail utiliza sus conocimientos herbolarios para su beneficio a través de dos caminos completamente distintos. Al enterarse, accidentalmente, de las relaciones sexuales que se dan entre la reina y su prima, sabe que tendrá un arma particular en otro momento, lo mismo que la necesidad de recuperar su estatus como dama noble para alcanzar otro propósito. Sarah, por su lado, es intelectual y estratega, a la cual no le importa enviar a su marido a la guerra con España mientras sea por la defensa de la nación. El ejemplo perfecto de lo que se conoce como “poder detrás del trono”: reina putativa. Y Ana vive en su mundo frágil, enfermizo, de frustración por haber perdido diecisiete hijos (según la película, en la vida real se mencionan diecinueve) ya fuera por abortos o muertes prematuras. Nunca se menciona ni se presenta a su esposo (Jorge de Dinamarca).
Olivia Colman como Ana de Inglaterra
La verdadera Ana
         Las actrices han informado a través de entrevistas que el director les mostró tres fragmentos de películas para que entendieran el tono y ritmo que deseaba darle a su película: Extraña pareja (The Odd Couple, Saks, 1968), La fiera de mi niña (Bringing Up Baby, Hawks, 1937) y La chica terremoto (What’s Up, Doc?, Bogdanovich, 1972). Esta información adicional le sirve mucho al espectador para su percepción y apreciación de la cinta: por un lado, los diálogos rápidos que requieren de réplicas inmediatas, la acción física que llega a extremos inesperados, o simplemente los absurdos de lo cotidiano. Todo ello puede notarse en la película: un retrato de la manipulación del poder y de la naturaleza de los seres humanos, con un tiempo pasado alegórico de nuestra época, tal como lo demostró directamente en sus anteriores fábulas contemporáneas: Colmillos con los padres ultraprotectores de adolescentes, La langosta con la sociedad totalitaria y amenazadora o El sacrificio del ciervo sagrado con el adolescente vengativo que sometía a una familia. 

Yorgos Lanthimos con la talentosa
y carismática Emma Stone