FELLINI
CENTENARIO
(1920
– 1993)
Y
LA
DULCE VIDA
(La
dolce vita)
1960.
Dir. Federico Fellini
Este 20 de enero se celebra el
centenario del nacimiento de Federico Fellini, realizador extraordinario,
modelador del cine contemporáneo en el siglo XX, creador de imágenes únicas que
luego fueron copiadas infinidad de veces. Como joven periodista, luego
argumentista, asistente de director y finalmente como autor de una filmografía
sin paralelo, siempre dirigió la misma película (según sus propias palabras)
basándose en sus experiencias de vida o adaptándolas como metáforas existenciales.
Sus primeros títulos en los años cincuenta, más cercanos a las narraciones neorrealistas
(de hecho, colaboró con Rossellini y Germi como guionista y actor) son
conmovedoras y nos llevan hacia las vidas miserables aunque esperanzadoras (La
strada, Las noches de Cabiria) o hacia las críticas, todavía suaves, de los
habitantes pueblerinos (El sheik blanco, Il bidone), pero abrió
la década de los años sesenta con “La dulce vida”, otra de sus tantas obras
maestras que cumple su sexagésimo aniversario sin mostrar señales de
envejecimiento: quizás parezca ingenua para nuestros ojos audaces de siglo XXI,
pero su esencia, su disección del desencanto y del vacío emocional, hoy se
encuentra más vigente que nunca.
La frívola actriz de cine
“La dulce vida” es como una larga
novela. Su personaje principal, Marcello Rubini (Marcello Mastroianni) es un
periodista de espectáculos y chismes sociales. A lo largo de la película vamos
siendo testigos de su vida cotidiana que significa días y noches de fiesta,
centros nocturnos, las mesas de los cafés de la Vía Veneto, aventuras con
personas de sociedad o gente vulgar, como si fueran los capítulos que lo van
describiendo y analizando; la acción es constante y nunca cesa. Su frustración
como escritor, porque no ha logrado continuar con su deseo de terminar una
novela, se ancla en otro escritor al cual admira, Steiner (Alain Cuny), porque
sabe interpretar a Bach, vive en un ambiente modelo de arte, libros,
intelectualidad, aparte de tener una bella esposa y dos hijos pequeños. De
alguna manera es quien lo anima a dejar su vida vacía y a perseguir su sueño,
algo que Marcello toma en serio para luego caer en una gran decepción. Así,
vemos los altibajos de una existencia que no encuentra solución a la vida
rápida e insensible que le rodea: estrellas de cine que muestran frivolidad,
una novia con tendencias autodestructivas, un padre siempre lejano que aparece
para todavía subrayar ese alejamiento.
Steiner y Marcello
La vida nocturna
Imágenes surrealistas como el inicio
donde un helicóptero transporta a una inmensa estatua de Jesús con los brazos
abiertos para trasladarlo con el Papa o un monstruo marino que complementa a la
sociedad en la cual está inmerso. La cinta introduce el nombre de un fotógrafo
insistente y escandaloso llamado Paparazzo, para que se acuñara como nuevo
término en plural (paparazzi) que se hizo famoso. La música incidental de Nino
Rota es de las que se quedan en la mente, aunque también se utilizan fragmentos
de melodías (“Arrivederci Roma”,“Stormy Weather”, “Jingle Bells” y hasta “Patricia”,
la famosa canción de Pérez Prado). Y así, como el término mencionado, el título
se volvió famoso en todo el mundo. Para hablar de riqueza o de comodidad o de
decadencia simplemente hay que definirla como “la dolce vita”. Hay mucho más que decir, pero es mejor que usted lo descubra...
Los paparazzi
Fellini filmaría otras joyas con los
años: Ocho y medio, Julieta de los espíritus, Satiricón, Roma,
Amarcord, siempre con la calidad y prestigio que lo llevó a ganarse
muchos premios internacionales. Es de los realizadores que afectaron los mundos
personales de los espectadores al mostrar la esencia del ser humano. No deje de
revisarlo con cualquiera de sus películas, como tributo a sus 100 años. ¡Viva
Federico Fellini!
El desencanto