UN LUGAR EN
SILENCIO-PARTE DOS
(A Quiet
Place: Part II)
2020. Dir.
John Krasinski.
Esta secuela de la genial cinta de terror que el mismo Krasinski filmara en 2018, tuvo que esperar a la rehabilitación de las salas de cine para explotarse en todo su esplendor. Igual que en la cinta original, tenemos un excelente manejo del sonido y una adecuada forma de comunicación entre los personajes. Ahora, la cinta inicia con el día uno de su tragedia, cuando llegaron las criaturas extraterrestres, ciegas, que se orientaban solamente por el sonido para aniquilar a sus víctimas. Durante un juego de beisbol mientras batea el angelical Marcus (Noah Jupe), se notaron las primeras señales de que algo raro estaba sucediendo. Un fuego en el cielo, en la lejanía, y luego la aparición de la primera, sangrienta criatura. Por medio de una inteligente elipsis, pasamos al día 474 donde nos quedamos al final de la cinta previa, donde Evelyn debe abandonar su casa para buscar refugio en otro lugar. Sale junto con su bebé, la sordomuda Regan (Millicent Simmonds) y Marcus. Luego de un accidente que sufre el pequeño, corren a esconderse en una vieja fábrica donde reencuentran a Emmett (Cillian Murphy), un viejo amigo que ha perdido esposa e hijo. Regan se da cuenta de que una canción se transmite por la radio y ha hecho cálculos para saber desde dónde procede e irá en su búsqueda.
Ahora como autor único y completo,
Krasinski afina las situaciones que alabamos en su momento, hace tres años, al
jugar con el puro terror cotidiano, heredando a la joven esposa Evelyn la tarea
de protección, y en esta ocasión, alternando dos situaciones separadas en la
distancia. Regan sale, subrepticiamente, sin avisar, a encontrarse con quienes
transmiten por esa señal de radio. Emmett apoyará a la joven madre para buscar
a su hija. Mientras tanto, el accidentado Marcus quedará al cargo de su
hermanito mientras Evelyn sale en busca de víveres y medicamentos. Dos
secuencias que se van alternando e incrementan la angustia e inquietud del
espectador. Si en la cinta inicial era un clavo enterrado en un pie lo que causaba
dolor y el ahogo de un grito que podría ser mortal, ahora es una trampa que se
cierra sobre la pierna del tierno Marcus, niño al fin, quien no soporta el
dolor y grita, alertando a las bestias. Vuelve a estar presente el tema de la
familia como núcleo social y su defensa ante toda advertencia mortal. La
familia destrozada, cuando sabemos que el hijo de Emmett fue otra víctima, y
que la esposa permanece insepulta, como compañía de su soledad, previa a la
llegada de sus viejos amigos. Y todavía, otra vez, la familia vendrá a ser elemento
centrado en una situación inesperada previa a un final que permite la sospecha
de continuidad. Ojalá.
El actor-director-guionista John Krasinski