domingo, 20 de junio de 2021

LO QUE PUDO SER VERDAD...

 LA VERDAD

(La vérité)
2019. Dir. Hirokazu Kore-eda
         Fabienne Dangeville (Catherine Deneuve) es un “monstruo sagrado” del cine francés. Acaba de publicar sus memorias por lo que llegan a verla su hija Lumir (Juliette Binoche), quien se dedica al guionismo en Estados Unidos, junto con su esposo, el actor Hank (Ethan Hawke) y su pequeña hija Charlotte. Al mismo tiempo, Fabienne está interviniendo en la filmación de una película de ciencia ficción. La cinta mostrará las interacciones entre madre e hija durante estos momentos en que estarán juntas, sobre todo cuando Lumir lea las memorias y le reclame que está compuesto por mentiras. El director japonés Kore-eda, finalmente realizó una película en Francia, invitación que le había hecho Binoche desde quince años atrás, y pudo tener a la Deneuve en su elenco. 
         La cinta nos habla de la memoria y de la percepción de los recuerdos. Al exponer Lumir que su madre ha inventado el pasado, se confronta la verdad de sus relaciones y de los hechos que sucedieron, sobre todo al referirse a la figura de Sarah, una ya fallecida vieja amiga, también actriz, de su madre. Además, el argumento de la cinta que filma Fabienne donde una madre enferma de cáncer decide irse al espacio para retornar cada siete años en el lapso relativo de la tierra, para visitar a su hija que va envejeciendo mientras ella permanece lozana en su aspecto, permite establecer un parangón de las relaciones entre ellas contra su propia verdad.
         Fabienne es una mujer fría y calculadora. Lumir le echa en cara que se hubiera acostado con el director de una película para robarle el papel a su amiga Sarah, rol que le permitió ganar un premio pero que provocó la tristeza y el suicidio de la otra. Esa frialdad se ha corrido hacia la actitud de su hija desde pequeña: nunca iba a recogerla a la escuela (como ha escrito en sus memorias), ni le ha alentado en su carrera como actriz por lo que la orilló a estar detrás de la cámara. La llegada inesperada del exmarido, padre de Lumir, solamente ratifica la lejanía de Fabienne. 
         Kore-eda construye el retrato de la madre por medio del humor, gracias a sus sarcásticas respuestas, en donde da por muertas a varias de sus contemporáneas para despreciarlas o comentando que las grandes actrices francesas han tenido misma inicial en nombre y apellido (Danielle Darrieux, Simone Signoret), pero al mencionarle a Brigitte Bardot, tan solo hace una mueca de gran rechazo. Por otro lado, cuando uno de sus viejos y fieles empleados la abandona al enojarse porque nunca fue mencionado en su libro, ella quiere que retorne pero jamás ha pedido disculpas en su vida. La disposición de Fabienne hacia su joven coprotagonista en la cinta que está filmada, es de lejanía y superioridad para dejar clara su posición y valía.
         Y se agradece que, con todo y que el retrato de la hija sea elaborado por cuestiones indirectas, no se llegue al melodrama barato, ni a los diálogos grandilocuentes e inverosímiles de este tipo de argumento. Kore-eda no abandona su temática familiar, aunque en este caso sea menos compleja, pero no por eso, sin calidad ni rigor (como pasaba en De tal padre tal hijo o en su gran película previa Un asunto de familia, además de otras de sus cintas iniciales). En algún momento podremos ver cómo Fabienne muestra cierto acercamiento que, luego, va a querer utilizar para su actuación. 
Catherine Deneuve y Roger Van Hool en "La amante que volvió"
(La chamade, Cavalier, 1968).  Van Hool en esta cinta.
Aparte de las dos grandes actrices estelares, el director pudo trabajar con el norteamericano Hawke al cual admiraba desde sus cintas europeas con Richard Linklater. En el rol de Pierre, el exmarido de Fabienne, aparece Roger Van Hool que nos trae cálidos recuerdos de cuando también alternó con Deneuve, ambos jovencísimos, en La amante que volvió (La Chamade, Alain Cavalier, 1968) basada en una novela de Francoise Sagan, y que es otro acierto de la cinta al recordarnos el pasado de Deneuve-Fabienne, como gran diva. Kore-eda nos muestra la belleza del otoño parisino, la caída de las hojas, la edad en la cual una gran actriz y madre toma conciencia de lo que pudo haber sido su verdad.
Deneuve, Kore-eda y Binoche
en el pasado Festival de Venecia.