INVISIBLES
2020. Dir. Gracia Querejeta.
A lo largo de diez jueves, que van de marzo a mayo, se acompaña a Julia (Adriana Ozores), Elsa (Emma Suárez) y Amelia (Nathaly Poza), que se reúnen a caminar por un gran parque como ejercicio y para conversar. Las tres son muy distintas: Julia es maestra de matemáticas, Elsa es ejecutiva de empresa y Amelia vive con su tercera pareja. Julia ha llegado al desencanto del tiempo, a la pérdida del entusiasmo que sentía al recuperar al menos a tres o cuatro estudiantes en sus estudios. Elsa ha sido una mujer confiada en su sexualidad para atrapar a hombres, pero ahora las cosas van cambiando. Amelia ha fracasado en sus matrimonios previos, pero teme a la soledad, por lo que soporta el desprecio de una hijastra que la culpa de la separación de sus padres. Todas sus experiencias se van descubriendo a lo largo de estos días. Sus personalidades tan distintas hacen que se descubran mentiras, se digan sus verdades y hasta se insulten para provocar un enojo que terminará siendo pasajero.
Una trama netamente femenina que habla de la cincuentena, del paso del tiempo, del momento en que “las mujeres se vuelven invisibles para los hombres”, como lo expresa Julia en algún momento. Las tres mujeres reflejan la condición femenina sin llegar a extremos, ni tremendismos, y jamás caen en los estereotipos, aunque se habla de violencia, de acoso, de malos entendidos. El guion escrito por Antonio Mercero (hijo de quien fuera director del cine español, ya fallecido, desde los años sesenta) y Gracia Querejeta (hija de Elías Querejeta, quien fuera un gran productor de vanguardia en los tiempos franquistas: Saura y otros realizadores le deben el impulso a sus carreras), habla de situaciones que suceden alrededor de las personas y que les afectan y modifican: aparte de la sexualidad, se encuentra la pérdida del empleo o la falta de compasión o el gran miedo a quedarse sin compañía. Sin embargo, también habla de la toma de conciencia: cada una, con base en experiencias, irá adecuándose a su realidad que no pueden negar.
Julia
es una mujer endurecida por la rutina tanto laboral como del matrimonio. Elsa
insiste en que los hombres la desean y llega a provocar una caída personal por
dicha obsesión. Amelia acepta la pérdida de su dignidad con tal de mantener al
hombre a su lado. La genialidad de esta trama, que se siente muy teatral al
ocurrir principalmente en el parque donde las mujeres se reúnen, es que tanto
por las palabras como por pequeñas (o excesivas) interacciones que cada una de
ellas vive con personas que les eran cercanas e importantes, van abriendo los
ojos. Todo es importante, pero también todo es efímero en esta vida. En otro
momento, se habla de cómo el tiempo le va restando valor a lo que en algún
momento pareció indispensable, único, insustituible. Tres actrices de primera
categoría interpretan sendas representaciones femeninas que se conforman, se
complementan y, a pesar de decepciones o frustraciones, quedan con sus
esperanzas vivas.
Adriana Ozores, Nathaly Poza, Gracia Querejeta y Emma Suárez