domingo, 12 de septiembre de 2021

EL HORROR PARÁSITO

MALIGNO
(Malignant)
2021. Dir. James Wan.

         Un prólogo nos muestra un incidente violento y sangriento ocurrido en 1993, en un sanatorio de Seattle. La acción pasa al presente donde Madison (Annabelle Wallis) tiene una pelea con su marido que la empuja hacia una pared golpeándose la cabeza. Más tarde, el marido es atacado y muerto por una entidad extraña. Comienzan a ocurrir varios asesinatos que Madison puede presenciar sin poder explicarlo. Acude a la policía que no le cree. Previamente, nos hemos enterado del origen de Madison quien fuera adoptada a los ocho años. Gracias a grabaciones en VHS se sabe que Madison, de niña, tenía un amigo imaginario al cual llamaba Gabriel. Al nacer una hija biológica de sus padres adoptivos, Madison lo olvidó y hasta ahora, con los acontecimientos, ha vuelto a recordar su influencia.

 Madison, inmóvil, empieza sentir la corporización de su otro ser

         La más reciente incursión del maestro Wan al ámbito de terror, nos recupera su extraordinaria elegancia visual, así como la inteligente construcción de atmósferas inquietantes. La cinta se refiere a gemelos parásitos y viene a ser otra manera de hablar acerca del horror corporal, el que surge dentro de uno mismo. A diferencia de los personajes cuyos físicos son los que se extienden o transforman (al estilo Cronenberg, que será una referencia esperada y obvia), aquí se habla de las prolongaciones cerebrales, mentales, la conexión emocional que materializa al otro que se encuentra dentro de nosotros. Su calidad de “pensamiento” le hace corporizarse con energía, fuerza y cierta vulnerabilidad: el personaje puede estar en dos partes con sendas naturalezas distintas.

 El ser monstruoso dentro de la mente de Madison

         La cinta inicia, desde los logotipos de las compañías productoras, con las imágenes rayadas y con defectos que ofrecían (sobre todo con el tiempo) las cintas VHS, y hasta uno cree que es defecto visual. Al irse desarrollando la trama, uno puede comprenderlo porque el tiempo ha pasado, pero no nos suelta, porque hasta hace más de 35 años no estaban todavía las imágenes digitales. Será a través de estas viejas grabaciones que se podrá ir descifrando el enigma. Luego, todo se tornará caos mental y físico. Solamente los realizadores sensibles, dominantes de la técnica, el sentido del tiempo y de la imagen terminante puede ofrecer estas variantes del horror. Lo que comienza como cuento de casa embrujada se transforma en cuento de fantasmas personales, que se encuentran dentro de uno mismo, como existen en tantos individuos. Wan, quien confiesa que esta película mezcla géneros e influencias que ha tenido a lo largo de su vida como cinéfilo, utiliza al horror para explicar a los seres humanos y sus represiones, sus deseos criminales, sus intensidades emocionales.

El director James Wan y su fotógrafo Michael Burgess