sábado, 18 de septiembre de 2021

PERDER EL TIEMPO

 

VIEJOS
(Old)
2021. Dir. M. Night Shyamalan.

         Basada en una novela gráfica, el más reciente e inútil intento de Shyamalan para repetir el gran éxito de El sexto sentido (2000) deviene tontería absoluta, sobre todo cuando se explican las razones por las cuales un grupo de turistas, atrapado en una hermosa playa tropical, empieza a envejecer rápidamente. Uno de los personajes expresa que cada hora equivale a dos años de vida. Por eso, los niños se convertirán en adolescentes, cuyos escarceos eróticos darán lugar a un embarazo que se desarrollará en tiempo exprés, para luego llegar a ser adultos. Las personas mayores tendrán demencia senil o pérdida del oído o la vista. Aparentemente no hay salida y todo va sucediendo de manera implacable, sin solución. La cinta entretiene mientras ocurren estos procesos, pero luego deviene repetitivo y cansado. El espectador espera el final de cada personaje y se aferra a la esperanza de que haya una reversibilidad o un rescate imprevisto. Es sorprendente la metamorfosis de los niños en su físico, pero no así el envejecimiento de los adultos que no llegan a la decrepitud (había que conservar en general, la galanura forzada del chaparro Gael o el buen ver de Pierre Aaron). El común denominador de los adultos es que se encuentran enfermos por alguna u otra causa. Y luego vienen las explicaciones para que todo lo que ha sido construido hasta el momento, se derrumbe irremediablemente. La tesis de ondas electromagnéticas o la búsqueda de medicamentos sacrificando a seres inocentes se tornan simples y bobas. La forma en la cual los ahora adultos sobrevivientes acusan y revelan su experiencia es apresurada y da pie, por fortuna, a que se termine esta película. Si el tiempo transcurre veloz dentro de la trama, en nuestra realidad es atroz e insoportable. Uno toma conciencia del paso del tiempo que perdió viendo esta película.