VIEJOS
(Old)
2021. Dir. M. Night Shyamalan.
Basada
en una novela gráfica, el más reciente e inútil intento de Shyamalan para
repetir el gran éxito de El sexto sentido (2000) deviene tontería
absoluta, sobre todo cuando se explican las razones por las cuales un grupo de turistas,
atrapado en una hermosa playa tropical, empieza a envejecer rápidamente. Uno de
los personajes expresa que cada hora equivale a dos años de vida. Por eso, los
niños se convertirán en adolescentes, cuyos escarceos eróticos darán lugar a un
embarazo que se desarrollará en tiempo exprés, para luego llegar a ser adultos.
Las personas mayores tendrán demencia senil o pérdida del oído o la vista.
Aparentemente no hay salida y todo va sucediendo de manera implacable, sin
solución. La cinta entretiene mientras ocurren estos procesos, pero luego
deviene repetitivo y cansado. El espectador espera el final de cada personaje y
se aferra a la esperanza de que haya una reversibilidad o un rescate
imprevisto. Es sorprendente la metamorfosis de los niños en su físico, pero no
así el envejecimiento de los adultos que no llegan a la decrepitud (había que
conservar en general, la galanura forzada del chaparro Gael o el buen ver de
Pierre Aaron). El común denominador de los adultos es que se encuentran
enfermos por alguna u otra causa. Y luego vienen las explicaciones para que
todo lo que ha sido construido hasta el momento, se derrumbe irremediablemente.
La tesis de ondas electromagnéticas o la búsqueda de medicamentos sacrificando
a seres inocentes se tornan simples y bobas. La forma en la cual los ahora
adultos sobrevivientes acusan y revelan su experiencia es apresurada y da pie,
por fortuna, a que se termine esta película. Si el tiempo transcurre veloz
dentro de la trama, en nuestra realidad es atroz e insoportable. Uno toma
conciencia del paso del tiempo que perdió viendo esta película.