CRY MACHO
2021. Dir. Clint Eastwood.
El ranchero texano Polk (Dwight Yoakam) pide a su viejo amigo y empleado Mike Milo (Clint Eastwood) que le ayude trayendo a Estados Unidos a su hijo que abandonó años atrás y quien ahora vive en Ciudad de México, al lado de su madre. Le han notificado que el adolescente Rafael (Eduardo Minett) sufre abusos y desea salvarlo. Mike, quien tiene una deuda moral con Polk, ya que éste le apoyó luego de sufrir un accidente y de la pérdida de esposa e hijo, acepta, aunque con algunas reticencias ya que está viejo. En México, Mike se da cuenta de la prepotencia y vulgaridad de Leta (Fernanda Urrejola), madre del muchacho, por lo que no se sorprende al conocer a Rafael, a quien encuentra en un palenque ilegal, con su gallo Macho. La rebeldía de Rafael se confronta con la serenidad y desparpajo del ya viejo capataz. Así inicia un viaje por carretera que llevará a ambos personajes a diversas aventuras. El maestro Eastwood sigue adelante con su objetivo fílmico: darle su lugar al norteamericano orgulloso de su esencia y valores.
El ex vaquero de rodeo con su aprendiz indirecto
Basada en una novela de Richard Nash que Eastwood quería filmar desde hace muchos años, se ha adaptado para las circunstancias actuales del actor. Situada en 1980, todavía sin celulares ni la tecnología que ahora nos ha simplificado la vida, se nota que se han eliminado las secuencias de elaborada acción. La madre de Rafael ordena a uno de sus guardaespaldas que siga al “gringo” y será una amenaza intermitente cuyos obstáculos serán sobrepasados más con inteligencia que con fuerza. Rafael es un preadolescente que a los 13 años todavía conserva cierta inocencia de la niñez pero ha sufrido golpes y abusos por parte de los amantes de su madre, además de su completa indiferencia. El muchacho viene a ser un objeto indirecto de intereses que se irán revelando.
La serenidad del anciano que sirve como rol de vida
Como
en sus anteriores películas, Eastwood no es obvio ni ofrece clichés directos.
La naturaleza de vaquero de rodeo hace que Mike se convierta en símbolo del
pasado más esencial del país. Es la manera en que se conecta con el cine del oeste:
de hecho, la película es un western contemporáneo. La trama se irá
desenvolviendo en los vastos paisajes del camino hacia Texas (en realidad se
filmó en Nuevo México) y en un pequeño pueblo donde Rafael aprenderá sus
lecciones para ser mejor persona y aspirar a la honestidad y prosperidad,
acorde con el viejo que le sirve de modelo para seguir. De igual manera,
servirá como pretexto para la relación entre dos culturas muy cercanas. Mike
será el maestro, pero las personas del pueblo mexicano le ofrecerán otra
dimensión de la dignidad humana. Rafael tomará conciencia de su naturaleza
bicultural porque al mismo tiempo que critica y se burla del “gringo” Mike, él es
producto de un mestizaje. De esta manera se conecta con otra de las obras
maestras de Eastwood (Gran Torino, 2008) donde era el viejo conservador
y nacionalista quien aprendía de las bondades de una familia oriental.
Y la
película tendrá el símbolo del gallo Macho que, al final de cuentas, simboliza
al “gran hombre” para dar lugar a una disertación del anciano ex capataz quien
expresa que machismo y grandeza están sobrevalorados: “gente que trata de
mostrar que posee temple y es con lo único que termina. Es como todo lo demás
en la vida: crees que posees todas las respuestas y entonces te das cuenta,
según vas envejeciendo, que no tienes ninguna.”. Eastwood, en el ocaso de
su vida, insiste en hablar de la esencia humana. La relación entre un jovencito
y un anciano servirá como lección de vida: al final de cuentas, lo que
importará es lo que haya valido la pena para disfrutarla. Es la grandeza de
Eastwood: seleccionar argumentos que definen de manera brutal y exacta a la
sociedad en la que vive. Sorprende su limpieza narrativa. Otra vez tenemos la
búsqueda de la justicia a través de una parábola de comprensión, entendimiento
y aprendizaje.
El actor-director Clint Eastwood en el rodaje de "Cry Macho"