viernes, 24 de septiembre de 2021

LOS DESLUMBRADOS

LOS ILUMINADOS
(Les éblouis)
2019. Dir. Sarah Suco.

         Camille (Céleste Brunnquell, excelente) es una joven preadolescente, estudiante, quien además toma clases de circo. Vive en la ciudad de Angoulême junto con sus padres, y dos hermanos menores, así como una pequeña hermana. Sus padres empiezan a asistir a una comunidad carismática católica y pronto se convencen de que ahí deben de pertenecer. Cuando un comentario negativo del pastor hacia un acto de teatro interpretado por Camille hace que sus padres la saquen de sus clases de circo, la chica se rebela, pero su madre le comenta que la han contratado como contable y necesitan el dinero. A Camille no le queda más que aceptarlo, pero paulatinamente empezarán otros tipos de censuras y situaciones prácticamente obsesivas, donde imperará más la fe que la razón. Así, la cinta irá revelando todo un proceso de descomposición familiar, así como de hipocresía y abuso.

La sorpresa del cambio radical en sus padres

         La actriz Sarah Suco debuta con éste, su primer largometraje, en la dirección, y dedica la película a sus hermanos y hermanas. Aunque no es una cinta autobiográfica, ella declaró que vivió una situación semejante por diez años. La cinta presenta una radiografía de lo que sucede con una familia cuando se aceptan ciertas situaciones y creencias donde no todos sus miembros están de acuerdo. El fanatismo de los padres afecta a los hijos que no están de acuerdo con las exigencias y restricciones impuestas. Aparte de la supresión de la escuela de circo, Camille es testigo del pleito que surge entre sus abuelos, padres de Christine, a quienes alejan de su vida. Christine llega al grado de mentir, confesando que sufrió abuso de su padre. Y a partir de ahí, se va mostrando lo que es, paradójicamente, un descenso a los infiernos. Camille, como toda jovencita, se enamora de un compañero de la escuela de circo y llega a confundir ese amor con un remanso de libertad que, en realidad es cierta muestra de rebeldía.

Un momento en el cual Camille "finge" una vida normal

         La cinta denuncia los peligros de los grupos que caen en la fe extrema o en el dogma. Nada hay peor que una persona religiosa y conservadora; perdón, peor es aquella que utiliza esa fachada para esconder abuso e hipocresía. La cinta, dentro de su exquisito y justo equilibrio narrativo, ofrece pistas indirectas acerca de la realidad de esta “Comunidad de la Paloma”, como se autonombra, a través de distintos personajes. La madre, Christine, sufre un proceso de lavado cerebral que la torna irreconocible: es incapaz de aceptar el mal que la rodea ante su ceguera espiritual. Una joven novicia tiene prohibido visitar a su familia porque es mala influencia. Mientras tanto, hay otros problemas dentro de lo que es la economía y la sexualidad, sin llegar a la exposición directa y vulgar. Aunque sucede dentro de un grupo católico, la situación puede extenderse a cualquier tipo de secta o religión.

La familia destrozada por el fanatismo

         Una cinta inquietante. Todo el tiempo mantiene al espectador en espera de la siguiente acción que irá hundiendo más a una familia de “deslumbrados” que es la traducción literal del título en francés. El tono parte de la alegría y vivacidad de una jovencita que disfruta de la vida y tiene esperanza del futuro, para irse tornando oscuridad. Las cosas nunca volverán a ser iguales, aunque haya salidas y se escape nuevamente a la normalidad, entendida como sabor de libertad. Impecable.

Céleste Brunnquell y la directora Sarah Suco