jueves, 10 de marzo de 2022

ESCAPE SIN SALIDA

CONTAGIO ZERO
(Hall)
2020. Dir. Francesco Giannini.

         El matrimonio de Val y Brenden tiene problemas. Junto con su niña, Kelly, llega a un hotel donde también se encuentra Naomi, una turista japonesa, embarazada. Nos enteramos de que ambas se mueven con la misma intención: Val desea escapar de una relación que la ata con un hombre violento, sarcástico y abusivo. Naomi lo ha hecho, liberándose de costumbres y apariencias: prefiere estar sola, a pesar del discurso convencional de su propia madre. Sin embargo, no cuentan con el hecho de que se ha desatado una epidemia, una plaga que afecta a las personas y las paraliza antes de morir.

         Una producción canadiense, filmada en plena pandemia, quizás sin imaginarse los efectos de la misma,  desde el momento de su preparación. La trama adquiere otro sentido metafórico de cárcel, prisión, atrapamiento, al relacionarla con la pareja dañina de la cual se busca escapar para encontrar otro horizonte. En este caso, la salida queda en duda, sin rumbo seguro ni fijo. De la prisión a la condena mortal. En algún momento, Brenden pide perdón y promete cambiar; en otro, gracias a una imaginativa narración, Naomi escucha las palabras de su madre mientras intenta salir de su situación, arrastrándose por el pasillo del hotel, presa de las consecuencias del virus presente.

         Apenas 80 minutos de duración que se sostienen debido al suspenso; a pesar de su claustrofóbica narración: cuartos de hotel o el pasillo que los une; aún contra una explicación no necesaria en los créditos finales, Contagio Zero se aleja de los cánones preestablecidos del género de horror para hablarnos de la desesperanza en una crisis sanitaria. La imaginación del argumentista-director Giannini permite ir creando una atmósfera: por un lado la metáfora de la disfuncionalidad de la pareja; por otro, la manipulación política por medio de lo que sería una conspiración bacteriológica. La cinta no será del agrado de quienes buscan terror con efectos especiales ni para quienes deseen las grandes secuencias de persecución y muerte. Estamos ante una cinta que sensibiliza la percepción de un mundo degradado, tendiente a la destrucción, de manera intimista.

El realizador Francesco Giannini