miércoles, 9 de marzo de 2022

TIEMPO PARA IRSE

LUZ NEGRA
(Blacklight)
2021. Dir. Mark Williams.

  Travis Block (Liam Neeson) es un agente encubierto que trabaja informalmente para el FBI gracias al apoyo del director de la agencia, Robinson (Aidan Quinn). Al inicio de la cinta, la activista Sofía es asesinada en lo que parece ser un accidente de tránsito. Su novio, Dusty (Taylor John Smith), también agente encubierto, se da cuenta de que todo es culpa del propio FBI que es responsable de que se estén eliminando a civiles que no son bien vistos por el gobierno, para “salvaguardar” a la democracia, por lo que desea denunciar la verdad. Black siempre ha protegido a Dusty, por lo que le parece sospechoso que su conducta haya cambiado radicalmente. Cuando Block vive en carne propia la desaparición de su hija y nieta, decide tomar cartas en el asunto.

         Nuevo ingreso de Neeson en el género de acción y venganza como ha insistido en los últimos años, ahora estamos ante una variación sobre mismos temas: el elemento de familia desaparecida como impulso de acción y toma de decisiones por el agente Block, aunque ya no sea el eje del argumento: el alejamiento de su familia, los pecados de omisión, ahora desea remediarlos, mientras haya vida. En esta ocasión, tenemos el lado oscuro, la “luz negra” de las instituciones fundamentales que, de pronto, se tornan, debido al oportunismo y la obsesión personal, en enemigos del bien común. El héroe no está alejado de culpas: un pacto juvenil le llevó por un rumbo que jamás hubiera imaginado en su vida. De la misma manera, su contraparte, bajo un sentido equivocado del significado de rectitud, actúa ambiguamente, a su favor.

         Cinta rechazada universalmente por repetitiva: visión superficial y gratuita que, por comodidad, se toma como salida fácil para quienes solamente desean metáforas trascendentales, estamos ante un buen cine de acción (hay dos persecuciones perfectamente orquestadas; una secuencia de defensa personal tiene inventiva) con elenco carismático (tanto Neeson como Quinn representan a los hombres bellos del pasado en Hollywood y muestran esa cualidad inmanente en la vejez). No es casualidad que Neeson vuelva a trabajar con el realizador que el año pasado nos ofrecieron “Venganza implacable (Honest Thief, 2020)”, otro ejemplo de la ruptura y crisis de la honestidad en el mundo, ante la figura del ladrón que, por deseos de redimirse, empieza a hundirse más en el lodo por causas ajenas a sí mismo. Ojalá se anime a disfrutarla, aunque tal vez prefiera irse por la complaciente, arrítimica y artificiosa “Belfast”, nominada al Óscar (¡por supuesto!), con la cual prefiero no perder tiempo, o tal vez perderse en el exceso de “Batman”: respetables decisiones.

El productor-director Mark Williams con el genial Neeson