jueves, 12 de mayo de 2022

ACCIDENTE AÉREO

CAJA NEGRA
(Boîte noire)
2020. Dir. Yann Gozlan.

         Una cinta de intriga acerca de la ambición que se sobrepone a los intereses sociales. A través de un accidente aéreo, donde uno de los aviones más modernos, se estrella en los Alpes franceses, mientras realizaba un vuelo Dubái – París, donde murieron tripulación y pasajeros por entero, se resuelve, aparentemente, bajo el lugar común de un acto terrorista provocado por los ideales religiosos o de etnia. Sin embargo, el analista de cajas negras, Mathieu Vasseur (Pierre Niney, excelente como siempre) empieza a notar ciertas discrepancias. Cuando su colega y rival Víctor (Olivier Rabourdin) desaparece repentinamente, además de que su extraordinario sentido acústico va identificando ciertas irregularidades, el hecho se convierte en reto personal, en compromiso ante las 300 familias que perdieron a alguno de sus miembros. A Mathieu no le importará poner en riesgo su vida personal, ni su integridad física, mientras exista la alternativa de ofrecer una solución.

         El coguionista-realizador Gozlan llega a su cuarta película con mayores conocimientos técnicos, una trama más elaborada y redonda, la repetición de actores competentes, para darle otra dimensión a las conocidas tramas de conspiraciones y corrupciones institucionales. Caja negra va más allá del esquema: Mathieu, como personaje, siente un compromiso moral con su trabajo y con aquellas personas en las cuales incide. Un problema de su vista le impidió dedicarse al pilotaje, por lo que su extraordinario sentido acústico le ha hecho imprescindible para los análisis de cajas negras. No obstante, hay una mancha en su trayectoria al escuchar “de más”, según había sucedido en otro caso que se menciona. El hecho de que Mathieu piense que hay algo más dentro de lo que escucha, del tiempo que transcurre entre lo auditivo y lo visual (que también puede rescatarse). Es impactante cómo va creciendo la obsesión del joven ante su encomienda. La coincidencia de que su esposa trabaje en la compañía que fabrica el modelo de avión que estuvo en el accidente hace que transgreda los límites éticos. Mathieu llega a extremos para comprobar su teoría y llegar a una solución.

         La cinta va jugando con los espectadores introduciéndolos en las posibilidades de los hechos. Mathieu imagina el interior del vuelo y las acciones de algunos pasajeros haciendo que uno se convierta en cómplice. Si a ello se le añade la desaparición de Víctor, su colega y rival, llegará al grado de buscar su casa e investigar el interior, ofreciendo toda una dimensión de suspenso. Así como va descubriendo pistas, otras suposiciones se arruinan. La gran cualidad de esta película es que, más que seducirnos con una intriga, se centra en las pasiones del personaje. Gozlan, de manera magistral, llegará a una conclusión donde entra el sentido auditivo, como metáfora de vida que termina. Junto con Adiós, idiotas y Delicioso, esta película formó parte del Tour de Cine Francés del año pasado que, debido a la pandemia, no tuvo la difusión adecuada. Definitivamente que fue una edición sobresaliente como todas estas cintas lo han comprobado.

 Dos generaciones de grandes actores franceses: 
Niney y Dussollier

         Es importante destacar al elenco: Pierre Niney se ha convertido en uno de los actores importantes y camaleónicos del cine francés contemporáneo con el cual se comprueba cómo ciertos físicos adquieren otra dimensión por el talento (Un hombre ideal fue la cinta previa donde trabajó con Gozlan, además de una versión como Yves Saint Laurent). André Dussollier, como el viejo supervisor de Mathieu, nos trae recuerdos de su debut como el sociólogo Previne que entrevistaba a la tramposa Bernadette Lafont en Una chica bella como yo de Truffaut (1972), además de sus participaciones en cintas de Rohmer, Rivette y, sobre todo, los dramas personalísimos de Resnais en los años ochenta. Elenco más trama, fórmula perfecta, cuando los ingredientes tiene calidad.

El realizador Yann Gozlan