domingo, 10 de diciembre de 2017

CONMOVER SIN SENTIMENTALISMO


EXTRAORDINARIO

(Wonder)

2017. Dir. Stephen Chbosky.

        



         Auggie (Jacob Tremblay) ha nacido con deformidad facial por lo que luego de más de veinte operaciones puede ver, respirar, oír y vivir dentro de una familia amorosa que lo comprende, pero lo ha protegido instruyéndolo en casa, desarrollando su gran inteligencia y mucho conocimiento. No obstante ahora, a los 10 años, deberá asistir a la escuela. Su madre (Julia Roberts, increíblemente contenida y conmovedora: la edad ayuda) es una mujer de temple que sabe equilibrar su amor y temor, pensando en su bienestar. El padre (Owen Wilson, igualmente cálido) teme el resultado anímico pero debe apoyar a su mujer. Auggie es guiado en una visita a la escuela previamente al inicio de clases por tres futuros compañeros. Entre ellos, uno se convertirá en su mejor amigo Jack Will (el carismático Noah Jupe de “Suburbicón”). No obstante, Auggie sufrirá los usuales rechazos o abusos de los bravucones usuales que existen en todas las escuelas primarias o secundarias junto con otro tipo de satisfacciones.





         Una cinta que pudo irse por el sentimentalismo barato y evidente se salva por su perfecto punto de vista humanitario. La gran cualidad de la trama es que a partir del personaje central se ramifica en los personajes a su alrededor. Dividida en cuatro capítulos que inician con Auggie, naturalmente, se sigue con la historia de Via (Olivia), la hermana mayor que está en la secundaria y quien ha sido relegada en la atención de su madre, sobre todo, debido al problema físico de Auggie. Refugiada en el amor de su abuela, ahora fallecida, no obstante se preocupa por su hermanito al cual deseó desde que tenía cuatro años: las cosas se complican ante otra pérdida, la de su mejor amiga, pero se mejoran ante la posibilidad del amor adolescente; Jack Will, niño de buenos sentimientos que no mira a Auggie como persona limitada pero quien tiene que quedar bien con sus otros compañeros; Miranda, la mejor amiga de Via, quien luego de un verano, ha cambiado sus sentimientos hacia ella para juntarse con las chicas populares de su escuela.





         Todos estos personajes tienen sus secretos y sentimientos encontrados. Via reprocha la falta de atención de su madre ante la reflexión por la realidad de su hermano. Jack Will es un niño puro que se debate entre pertenecer a un grupo, aunque sea el conformista y violento, y el encuentro con un ser igualmente bondadoso, con el cual comparte intereses. Miranda, personaje secundario, ha logrado su popularidad al hacerse pasar como su mejor amiga por lo cual debe retirarse para no revelarlo. Luego están los padres: Nate e Isabel, amorosos pero firmes, colaboradores, tienen que soportar las amenazas que presenta la realidad de su hijo cediendo ante lo cotidiano: finalmente, no siempre estarán a su lado.





         El realizador Chbosky había ofrecido previamente Las ventajas de ser invisible (2012) donde mostraba otro tipo de deformidad: la interior en un jovencito debida a los hechos de la vida (el suicidio de un amigo, el primer romance, la amistad con unos hermanos disímbolos) por lo que es natural su interés hacia esta temática que habla sobre la búsqueda de un lugar en el mundo contra todo obstáculo. Por otro lado, el reparto infantil es magnífico: Tremblay expresa todo a través de los ojos ya que su rostro se encuentra detrás de una máscara de maquillaje pétreo. Jupe es un niño talentoso que confirma su calidad y versatilidad luego de su personaje amenazado en la cinta de Clooney. El resto del elenco es adecuadísimo. Con todo lo comentado, pueden darse cuenta que los adjetivos “conmovedora”, “cálida”, “edificante”, “esperanzadora” le dan sentido a esta película que no cae en el puro melodrama para cautivar a su público: todo tiene sentido, motivo y razón.