viernes, 26 de diciembre de 2014

DESNUDOS Y MORALIDAD EN 1955

Las SEXagenarias Nacionales


         Al ser Emilio García Riera el primigenio historiador que le dio cronología y precisión a la producción cinematográfica  mexicana (ya existían otras publicaciones previas pero sin mayor rigor), ganó cierta batalla: “el que pega primero, pega dos veces”. Su Historia documental del cine mexicano vino a ser la referencia obligada de quienes éramos apasionados de la producción nacional. Paulatinamente se fueron ajustando errores y omisiones, además que la visión de muchos títulos permitió que uno mismo fuera corrigiendo sobre los textos. El problema de este libro y del venerado García Riera (1931 – 2002) fue que, en lugar de respetar el calificativo de “documental” que dio a su obra, se puso a “comentar” y a “juzgar”. Su visión particular produjo que la perspectiva general del cine mexicano diera la idea de un conjunto de puros desastres, exceptuando a Buñuel (Alcoriza y otros casos aislados), dejando muy mal a los demás realizadores y a sus películas. De esta manera comenzaron a perpetuarse frases y lugares comunes para cada película.

García Riera, a quien se debe toda una sistematización
de datos, pero también, muchos lugares comunes
y equívocos repetidos a lo largo del tiempo...


         Todo este comentario se debe a que ahora revisaré 1955 para nuestro recuento de aniversarios y, en lugar de aceptar que fue principalmente un año de porquería, destacaré que hay mucho cine respetable, con discurso válido, que, de alguna u otra manera, permanece como testimonio de un tiempo. Fue el año en que hubo ¡cinco!, ¡cinco películas con DESNUDOS! Al ir evolucionando el cine mundial y, ante la amenaza de la televisión, el cine mexicano tuvo que buscar otras maneras de atraer al público: en este caso ver las redondeces de ciertas féminas...

Y pensar que este 2014 cumplió 85 años de edad...

Y penar en el adefesio de sus últimos años...

Ana Luisa Peluffo, Columba Domínguez y Kitty de Hoyos
(quien siempre fue muy guapa hasta antes de morir)


Buñuel filmó una de sus obras cumbres (“Ensayo de un crimen”) donde el Destino se adelanta a los fines asesinos del protagonista. Pedro Infante filmó una de sus comedias más trascendentes e importantes que establecieron su carisma y su sensualidad (“El inocente”). Chano Urueta retornó a sus años de gloria con un melodrama claustrofóbico que subraya al heroísmo (“El túnel seis”).

Una de las más importantes películas de Buñuel en México.
Última cinta de Miroslava, antes de su suicidio.


         Fernando Méndez nos cuenta la historia de un pueblo creado por lacras de la sociedad donde se impone la fuerza más allá de la razón (“Fugitivos”) y Raúl de Anda ofrece el retrato del prepotente (con un actor de primera: Víctor Parra, cualidad básica de la cinta) que utiliza a los demás sin importarle las consecuencias en “Enemigos”.



Juan Bustillo Oro, con el apoyo de Antonio Helú, filmó otro ejemplo del cine negro a la mexicana con el tema del inocente al cual se le imputa un asesinato (“El medallón del crimen”) y al mismo tiempo filmó otro tema: la pareja unida por amor, que no por la economía, condenada por cierta infidelidad (“Del brazo y por la calle”).



Clavillazo, Resortes y Tin Tan filmaron varias de sus buenas películas y un director debutante, Mauricio de la Serna, ofreció una revista musical para el lucimiento de nuevas estrellas que se esperaban como relevo de otras ya viejas figuras (no sucedió, pero la cinta se llamó “Caras nuevas”).



Melodrama, crimen, bajas pasiones en cintas de Gavaldón (“Después de la tormenta”, “La escondida”, “Historia de un amor”), Crevenna (“Donde el círculo termina”), Ortega (“Corazón salvaje”). 


"La escondida" inauguró a la Revolución Mexicana como espectáculo
a colores, con una María Félix, hembra bragada, que se repetiría
a lo largo de los años.


         Silvia Pinal siguió siendo la actriz joven del momento. Sus cintas eran interesantes y se notaba el cuidado para irla convirtiendo en la estrella que brillaría más adelante. Fueron 91 películas: faltan muchas por destacar.

Silvia Pinal dirigida por dos realizadores que supieron explotar
su talento y sus cualidades para drama y comedia:
Alberto Gout y Tulio Demicheli.

        Y antes de terminar para dejarlos a que busquen las películas y las disfruten en su sexagésimo aniversario, debo comentar que Ana Luisa Peluffo se desnudó en “La fuerza del deseo”, “El seductor” y “La ilegítima”; Amanda del Llano (poco agraciada al compararla con sus compañeras) en “La ilegítima”; Kitty de Hoyos en “Esposas infieles” y Columba Domínguez en “La virtud desnuda”. Aquí salieron en blanco y negro (hasta 1956 sería a colores), tuvieron que permanecer estáticas, para nada mostraron  vellos ni pubis, pero provocaron el goce de espectadores que solamente disfrutaban de chicas sin ropa en publicaciones clandestinas o en algunas pocas cintas europeas. Así estaba la situación y ya pasaron sesenta años.