martes, 23 de diciembre de 2014

EN 1945...

LAS SEPTUAGENARIAS NACIONALES

En 1945 se produjeron 82 películas nacionales. Sería el último año de la gran conflagración mundial que tanto ayudó a la brillantez del cine mexicano en América Latina. Los realizadores prestigiosos filmarían algunas de sus obras importantes aunque no tan distinguidas como en otros años. Se notaba el lujo en las grandes producciones: basta con ver “El socio” para darnos cuenta de la reconstrucción urbanística y de edificios por parte de Manuel Fontanals, por ejemplo.

Ese año se fundaron los inmensos Estudios Churubusco (que han permanecido, disminuidos y utilizados para otros menesteres algunos de sus espacios) por parte de Emilio Azcárraga (el abuelo, el de antes, no sus engendros mutantes) con el apoyo de la RKO Radio Pictures. “La morena de mi copla” de Fernando A. Rivero sería la primera cinta filmada en este espacio. Luego vendrían “Pervertida” y “La perla” para cerrar el año pero dar inicio a la labor de la “fábrica de sueños a la mexicana”.

También hubo un conflicto sindical que paralizó las labores de los estudios por un tiempo, ya que los actores provocaron la fundación del STPC (Sindicato de Trabajadores de la Producción Cinematográfica). En fin...

¿Qué podemos destacar de este 1945? ¿Cuáles son las películas que muestran su calidad y su vigencia todavía? Pensemos en realizadores y sus buenas intenciones. Dejemos solamente unos títulos. Hay muchas cintas y otras tienen sus cualidades particulares.

1-Juan Bustillo Oro y “Canaima” – la novela de Rómulo Gallegos que hablaba de la barbarie en la selva y la llegada paulatina de la civilización.



2-Joaquín Pardavé y “El barchante Neguib” – otro tributo a una de las etnias que aportaban su esfuerzo a la economía nacional y no se libraba del melodrama.



3- Roberto Gavaldón y “El socio” – la ciudad y sus tentaciones; la aspiración del hombre común y corriente a las grandes ligas de la riqueza: el conflicto erótico-romántico, por lo tanto.



4- Alejandro Galindo y “Campeón sin corona” – la ciudad desde otra perspectiva: el personaje que no supera su baja autoestima y no sale de “perico-perro” (revelación del genial Víctor Parra).



5- Emilio Fernández y “La perla” – el pobre no sabe administrar su riqueza; el pobre siempre está explotado por el astuto; el pobre mira a la vida desde la mala suerte, en este caso, redonda…



6- Emilio Fernández y “Pepita Jiménez” – el amor que se enfrenta a todo: al qué dirán, a la vocación religiosa, a la violencia, porque hay necesidad de consumarlo o ¿para qué sirve la vida?



7- Humberto Gómez Landero y “El hijo desobediente” – la irrupción en el cine mexicano del pachuco simpático y desinhibido: quiere ser artista, lo confunden como millonario, hay que crear todo un mundo para alojarlo.



8- Juan Orol y “Pasiones tormentosas” – los amores se pagan; puede ser a través de la rumba bailada con mucho gusto o vivir como almas en pena por medio de la brujería: el cine hecho al alimón que se torna en delirio…



Hay muchas más… ¡celebrémoslas!