LAS SEPTUAGENARIAS NACIONALES
En 1945 se produjeron 82 películas nacionales. Sería el
último año de la gran conflagración mundial que tanto ayudó a la brillantez del
cine mexicano en América Latina. Los realizadores prestigiosos filmarían
algunas de sus obras importantes aunque no tan distinguidas como en otros años.
Se notaba el lujo en las grandes producciones: basta con ver “El socio” para
darnos cuenta de la reconstrucción urbanística y de edificios por parte de
Manuel Fontanals, por ejemplo.
Ese año se fundaron los inmensos Estudios Churubusco (que
han permanecido, disminuidos y utilizados para otros menesteres algunos de sus
espacios) por parte de Emilio Azcárraga (el abuelo, el de antes, no sus
engendros mutantes) con el apoyo de la RKO Radio Pictures. “La morena de mi
copla” de Fernando A. Rivero sería la primera cinta filmada en este espacio.
Luego vendrían “Pervertida” y “La perla” para cerrar el año pero dar inicio a
la labor de la “fábrica de sueños a la mexicana”.
También hubo un conflicto sindical que paralizó las labores de los estudios por un tiempo, ya que los actores provocaron la fundación del STPC (Sindicato de Trabajadores de la Producción Cinematográfica). En fin...
¿Qué podemos destacar de este 1945? ¿Cuáles son las
películas que muestran su calidad y su vigencia todavía? Pensemos en
realizadores y sus buenas intenciones. Dejemos solamente unos títulos. Hay
muchas cintas y otras tienen sus cualidades particulares.
1-Juan Bustillo Oro y “Canaima” – la novela de Rómulo
Gallegos que hablaba de la barbarie en la selva y la llegada paulatina de la
civilización.
2-Joaquín Pardavé y “El barchante Neguib” – otro tributo
a una de las etnias que aportaban su esfuerzo a la economía nacional y no se
libraba del melodrama.
3- Roberto Gavaldón y “El socio” – la ciudad y sus
tentaciones; la aspiración del hombre común y corriente a las grandes ligas de
la riqueza: el conflicto erótico-romántico, por lo tanto.
4- Alejandro Galindo y “Campeón sin corona” – la ciudad
desde otra perspectiva: el personaje que no supera su baja autoestima y no sale
de “perico-perro” (revelación del genial Víctor Parra).
5- Emilio Fernández y “La perla” – el pobre no sabe administrar
su riqueza; el pobre siempre está explotado por el astuto; el pobre mira a la
vida desde la mala suerte, en este caso, redonda…
6- Emilio Fernández y “Pepita Jiménez” – el amor que se
enfrenta a todo: al qué dirán, a la vocación religiosa, a la violencia, porque
hay necesidad de consumarlo o ¿para qué sirve la vida?
7- Humberto Gómez Landero y “El hijo desobediente” – la irrupción
en el cine mexicano del pachuco simpático y desinhibido: quiere ser artista, lo
confunden como millonario, hay que crear todo un mundo para alojarlo.
8- Juan Orol y “Pasiones tormentosas” – los amores se
pagan; puede ser a través de la rumba bailada con mucho gusto o vivir como
almas en pena por medio de la brujería: el cine hecho al alimón que se torna en
delirio…
Hay muchas más… ¡celebrémoslas!