sábado, 4 de noviembre de 2017

EL PLACER DEL CINÉFILO


EL REGRESO DEL DEMONIO

(Jeepers Creepers 3)

2017. Dir. Victor Salva.





         La segunda secuela de El demonio (Jeepers Creepers 2001) presenta al extraño personaje alado y demoníaco que regresa cada 23 años por 23 días para alimentarse de sus víctimas e irse regenerando y reforzando. Nunca se ha sabido nada de sus orígenes y esta cinta solamente establece que sus raíces son prehistóricas. Un prólogo nos muestra el preciso momento en que un joven que corría por una carretera, pidiendo ayuda, es captado y elevado a las alturas, ante los ojos del conductor que venía manejando una camioneta. Antes de partir, algo cae a su lado. Luego se pasa a la actualidad, cuando ha pasado el tiempo del demonio: se ha encontrado el camión que utiliza el personaje y que se torna en trampa mortal. Dentro de ella hay cuerpos de víctimas pero al querer entrar, cae una barrera con puntas afiladas que mutila a un policía. Luego, del tubo de escape surge una cuerda en cuya punta hay una lanza. Se pasa al personaje de la anciana Gaylen Brandon (Meg Foster) quien tiene la fantasía de encontrarse y platicar con el ánima de su hijo muerto (el conductor de la camioneta inicial quien también fue víctima posteriormente). Éste le comenta que el demonio volverá por algo que le pertenece y que está enterrado en ese lugar, además que debe proteger a su nieta Addison. Hasta aquí les cuento.


Meg Foster fue una presencia importante
en el cine de los años setenta con unos
bellos ojos cristalinos.
Ahora muestra el paso del tiempo,
pero sigue ese azul clarísimo.



         La cinta solamente puede aceptarse si uno se introduce en el campo atemporal de la fantasía. Los hechos de cada cinta han ocurrido en la época presente del espectador por lo que el paso de los años no puede ser un pretexto para su rechazo. Lo que importa no es la lógica sino lo que sucede. Puede pensarse en que todo está ocurriendo en diferentes días en diversos lugares. En la cinta original era una pareja de hermanos que iban a casa por las vacaciones de pascua, pero en el camino se encontraban con el funesto personaje. En la primera secuela estaba un camión escolar que trasladaba a un equipo de basquetbol con sus animadoras pero que tenía un desperfecto que lo dejaba varado en la carretera, sin posibilidad de comunicación, y con el demonio atacando a los jóvenes. Ahora tenemos los últimos días de una visita anterior así como los que pasan en este presente, 23 años más tarde. Como en toda película del género está un representante oscuro, amenazante, cuyas víctimas pueden ser de cualquier raza, edad y sexo. Debe haber una contraparte que utilice todos los medios a su alcance para eliminarlo. En este caso, es prácticamente eterno e  indestructible porque así debe ser el símbolo del mal: desde la tentación en el paraíso terrenal.


Jonathan Breck ha sido el intérprete
de este intrigante y cruel personaje



         Esta secuela tiene secuencias angustiantes y ahora integra la parte mecánica (las trampas del vehículo demoníaco) a los usuales levantamientos del personaje alado, para mostrar los atentados físicos de manera más gráfica, con la misma crueldad de siempre. Sin embargo, hay momentos de gran belleza visual como la imagen inicial de cuervos volando sobre un árbol o las escenas donde la madre Gaylen platica con el hijo fantasmal. No obstante, a pesar de que ocurre un hecho que permite conocer los antecedentes del demonio, no se hace del conocimiento del espectador ya que al final de la cinta se sugiere que habrá otra secuela (aunque será difícil ya que ésta no ha sido éxito taquillero como las dos previas).





         El realizador Víctor Salva es un cineasta diligente y eficaz. Su cine muestra a personajes en acecho que deben buscar la manera de sobrevivir (La otra cara del terror o El secreto de Rosewood Lane) o personajes extraordinarios a quienes les mueve la esperanza (Pura energía o El camino del guerrero). Posee dominio técnico y sus películas fluyen naturalmente. En este caso ha pasado a otra etapa del personaje malvado: sabe que el público ya conoce sus métodos de ataque por lo que los innova y complementa. A quienes conozcan las cintas anteriores, les será más fácil identificar y dilucidar lo que está sucediendo: bien valió la espera de 14 años para que llegara esta tercera entrega. Los espectadores nuevos simplemente podrán gozar de una cinta muy efectiva de terror.