LA LIGA DE
LA JUSTICIA
(Justice
League)
2017. Dir.
Zack Snyder.
Vuelve
el universo de DC Comics con el director adecuado, Zack Snyder, con sus
imágenes que evitan los colores chillantes para darnos una idea de los mundos
amenazados que nos muestran sus tramas. Batman (Ben Affleck, envejecido) junto con Mujer
Maravilla (Gal Gadot) conforma un equipo de superhéroes (Aquaman o Jason Momoa,
Flash o Ezra Miller, Cyborg o Ray Fisher) porque se ha soltado Steppenwolf
(figura virtual con voz de Ciarán Hinds) que desea unir tres cajas de energía
para desatar el final apocalíptico. Hay que destruirlo, pero los cinco no son
suficientes, se requiere resucitar a Supermán (Henry Cavill) para evitarlo.
Snyder
utiliza a sus personajes como metáforas de las debilidades humanas (todos son
conscientes de sus limitaciones) en un entorno sujeto a destrucción: no
obstante, siempre debe haber esperanza. La película no ofrece novedad
conceptual: siempre será el mal acechante contra los paladines del bien y la
libertad. Ya conocemos los efectos especiales espléndidos. Importa la cámara
con sus ángulos exactos que utilizan los ritmos adecuados: cámara lenta para
devolver una espada o establecer la relatividad del tiempo. Secuencias bien
estructuradas para conocer la recuperación de esas cajas de energía que fueron
separadas para evitar su unión con efectos terminales. La cinta no decepciona.
Nos devuelve el sentido de la historieta en su narrativa.
Steppenwolf, el mal multiplicado
como los héroes que le combaten
Estamos
ante el universo expandido de un mundo poblado por seres extraordinarios que
ahora se suman en finalidades y se multiplican para el beneplácito del
aficionado al género. Todos los personajes terminarán dentro de sus propias
vidas cotidianas, con sus problemas y alegrías. Esta es una de las cualidades
de la película que no es tan perfecta porque tampoco lo son esos héroes que la
habitan y lo expresa, deja claro, ironiza, cierra brillantemente.