EL GRAN
SHOWMAN
(The
Greatest Showman)
2017. Dir.
Michael Gracey.
Una
biografía fílmica, saneada y esterilizada, acerca del empresario P.T. Barnum
quien fuera audaz y engañoso en la vida real. La trama nos lleva a
la niñez de Phineas, hijo de un sastre, enamorado de la hija de un millonario,
a la cual le promete llevarla consigo en sus aventuras. Luego de quedar
huérfano, pasar hambre y finalmente terminar como empleado de una firma naviera
por lo que puede casarse con su amor de niñez y tener dos hijas, Barnum logra
conseguir un préstamo, por medio de un fraude, para levantar su museo de
rarezas y curiosidades a las cuales va agregando personas con algunos defectos
físicos que empiezan a darle interés a un espectáculo. Sin embargo, al no
contar con la apreciación de la gente adinerada, se asocia con el joven dueño
de un teatro para seguir adelante con su empresa y patrocinar el concierto de
una famosa cantante sueca. Y así sigue.
1)
Estamos ante una comedia
musical a la antigua usanza: hay canciones que surgen como comentarios de lo
que está sucediendo y permiten el avance relativo de la trama; algunas de ellas
valen la pena.
2) Tenemos a un Hugh Jackman carismático cuyo talento musical le
permite utilizar su bella voz de tenor además de su presencia inigualable.
Aparece un elenco que le acompaña bastante capaz y versátil (desde la abnegada esposa
y cariñosa madre interpretada por Michelle Williams, hasta el socio aristócrata
Zac Efron, además de la trapecista Zendaya y la mujer barbuda Keala Settle).
3) Hay una buena producción, lujosa y detallista del siglo XIX,
con efectos especiales de primera.
Sin embargo, fuera de
estas cualidades la cinta es un inflado cuento de hadas que no llega a solidificarse.
1)
Barnum es un hombre que
desea hacer sonreír al público pero nunca queda verdaderamente marcada esta pasión.
Nunca vemos el grandioso, supuesto, espectáculo
2) Barnum lucha por el entretenimiento pero durante la película
no se permite conocer la esencia de ese espectáculo que los espectadores
aceptaron. Vamos conociendo a algunos de los miembros de su establo artístico
sin que seamos testigos de los misterios que prometían.
3) La película insiste en Barnum y sus cuitas personales sin sumergirse
en aquello que le permitió prosperar y ganarse ese epíteto de “grande”.
Hugh Jackman es cálido y carismático
por lo que su presencia levanta a sus películas
Un pastelito muy bien decorado, que se antoja y
hace a uno agua la boca, pero al probarlo: qué decepción por el sabor amargo y
la crema rancia. Lo único bueno es probar la cereza Jackman.