VERDAD O
RETO
(Truth or
Dare)2018. Dir. Jeff Wadlow.
Un
grupo de 6 estudiantes universitarios en California viaja por vacaciones hacia
la frontera mexicana. Pasan sus días felices hasta que la noche previa a su
retorno, un joven al cual han conocido, Carter (Landon Liboiron), los lleva a
una vieja misión abandonada donde tiene cerveza y les pide que jueguen a “Verdad
o reto”. En algún momento los abandona abruptamente pero antes les advierte que
deben continuar con el juego sin dejar de responder preguntas o cumplir con los
desafíos porque si no morirán. Todos lo toman a broma hasta que al volver a la
vida cotidiana empiezan a darse cuenta que es verdad. Inicia así una cadena que
lleva a la muerte de algunos, al asombro a otros, a la búsqueda de una solución
por los sobrevivientes.
Con circunstancias
que recuerdan a la emocionante y magistral franquicia de Destino
final (la cadena de muertes en orden establecido), a elementos de la intrigantey carnal Está detrás de ti, y a las múltiples
posesiones satánicas de otras cintas, estamos ante una imaginativa cinta de
horror juvenil que juega con su cultura popular: el juego de “Verdad o reto” que
se conoce también como “el juego de la botella” viene a complementar al tablero
de la ouija, a los carnavales, a los payasos, a las fiestas de borrachera, a
las noches de graduación, y a muchos otros ejemplos que son comunes dentro de
las tradiciones norteamericanas.
La
cinta inicia con un intrigante prólogo donde una joven llega a una tienda en la
frontera mexicana. El encargado le pregunta, con voz tenebrosa si querrá verdad
o reto, a lo que ella, llorosa, se queja pero debe aceptar un desafío. La joven
se dirige hacia una clienta, la rocía con fluido para encendedor y le prende
fuego. De esta manera se establece que algo peculiar estará sucediendo con lo
que anuncia el título de la cinta.
El ídolo juvenil Tyler Posey
(de ascendencia mexicana)
Sin
deberla ni temerla, Olivia (Lucy Hale) es obligada a viajar con su mejor amiga
Markie (Violett Beane), el novio de ella Lucas (Tyler Posey) y otros compañeros:
Penélope (Sophia Ali), su novio Tyson (Nolan Gerard Funk), Brad (Hayden Szeto),
y luego, en la playa mexicana, se les junta Ronnie (Sam Lerner), en lugar de
apoyar una causa social que promueve a través de la Internet. Conoce al aparentemente
inofensivo Carter. Toma una “selfie” donde todos los compañeros tienen una
posición determinada y así será el orden en que cada uno tendrá que jugar. Se
desatan primero indiscreciones que tienen que ver con infidelidades entre
novios, la oculta homosexualidad, la atracción entre amigos, secretos guardados largo tiempo y desafíos que
llevan a resultados terribles al no ser cumplidos.
Realizada
por un director hábil, esta producción de la Universal-Blumhouse (que nos dieran
¡Huye! o Feliz día de tu muerte) mantiene el suspenso gracias al truco
narrativo que explota la curiosidad del espectador: ¿Qué sigue? ¿Quién será la próxima
víctima? ¿Cuál será el reto a realizar o la verdad a declarar? Se tendrá que buscar
el origen y el método para acabar con la cadena maldita. Un guion que debe equilibrarse
en su audacia para permitir el acceso de un público juvenil, meta principal de
esta productora y sus películas, por lo que pudo tornarse en taquillazo
inmediato (septuplicó sus costos de producción en un fin de semana), la cinta
es elemental, no elabora ni profundiza, aspira a satisfacer las emociones
primarias y lo logra brillantemente. Utiliza en su elenco a actores populares por la televisión (Tyler Posey fue el actor de Lobo adolescente, por ejemplo). No puede medirse con la misma vara de
cintas con otros objetivos más altos e intelectuales. Un cine comercial y
artesanal muy bien hecho; no se vale negarlo.