AVENGERS:
INFINITY WAR*
2018.
Dirs. Anthony Russo y Joe Russo.
Puede
decirse que es la película más estelar de toda la serie de producciones que han
salido de los estudios Marvel. Al reunir a la mayoría de sus personajes, estamos
ante la reunión de grandes nombres del Hollywood contemporáneo. Con esto, ya se
ganó un lugar en el futuro. Segundo gran taquillazo del año luego de Black Panther, que demuestra las
posibilidades de un género. Al pensarse que se han agotado las cintas con superhéroes,
llega otra que asombra de alguna manera por dos motivos: el giro que se le da a
la trama añadiéndole sorpresas inesperadas, además del director (directores, en
este caso) que le imparte textura, ritmo y toque personal (hay una bella
secuencia donde Thanos recuerda, y sublima, un raro momento de humanidad,
producto de su crueldad y ambición). Al repetir a los guionistas de sus dos
cintas previas con el personaje del Capitán América, se mantiene cierta
congruencia y se nota mayor habilidad narrativa.
La
cinta muestra básicamente al titán Thanos (Josh Brolin, caracterizado
digitalmente) en busca de las piedras preciosas que regulan al universo
(tiempo, espacio, realidad, etc…) y le darían, al reunirlas, el poder necesario
para acabar con media humanidad: su respuesta genocida para acabar con lo que piensa
que es el mal del universo. Ha invadido los lugares donde se mantienen a estas
gemas, dejando desolación y muerte. Al inicio casi ha terminado con Thor y se
deshace de Loki. Ante la situación, comienzan a unirse los diferentes
personajes que conocemos para formar un frente común de combate. No puede
contarse más.
Con
una peligrosa duración de dos horas y media (por la tendencia a caer en el
aburrimiento), la cinta se mantiene equilibrada gracias a su estructura
narrativa: se divide la acción entre varios grupos de luchadores y otra con el
villano de la fábula. La alternancia logra mantener la atención, y la trama, al
unir a todos los personajes, permite la diversificación de locaciones. Lo más
importante: suceden hechos inesperados aunados al sacrificio, a los secretos
revelados, a la invulnerabilidad que resulta recurrente en personajes que se
pensaban indestructibles. Todo se resume en la premisa básica de cuento moral
que, en este caso, no se resuelve convencionalmente: aparte del peligro de la duración,
estaba otro mayor ante la posible desilusión del público por el desenlace. Tal
parece que el magnetismo de la obra total ha sido superior a estas decisiones
aventuradas que se agradecen. Ahora habrá que esperar a 2020.
*La película se ha estrenado mundialmente sin
título traducido en los idiomas correspondientes a cada país. Su mejor traducción en español sería: Los vengadores: la guerra del infinito, más que guerra infinita.