sábado, 28 de abril de 2018

INFINIDAD DE SUPERHÉROES


AVENGERS: INFINITY WAR*
2018. Dirs. Anthony Russo y Joe Russo.



         Puede decirse que es la película más estelar de toda la serie de producciones que han salido de los estudios Marvel. Al reunir a la mayoría de sus personajes, estamos ante la reunión de grandes nombres del Hollywood contemporáneo. Con esto, ya se ganó un lugar en el futuro. Segundo gran taquillazo del año luego de Black Panther, que demuestra las posibilidades de un género. Al pensarse que se han agotado las cintas con superhéroes, llega otra que asombra de alguna manera por dos motivos: el giro que se le da a la trama añadiéndole sorpresas inesperadas, además del director (directores, en este caso) que le imparte textura, ritmo y toque personal (hay una bella secuencia donde Thanos recuerda, y sublima, un raro momento de humanidad, producto de su crueldad y ambición). Al repetir a los guionistas de sus dos cintas previas con el personaje del Capitán América, se mantiene cierta congruencia y se nota mayor habilidad narrativa.


         La cinta muestra básicamente al titán Thanos (Josh Brolin, caracterizado digitalmente) en busca de las piedras preciosas que regulan al universo (tiempo, espacio, realidad, etc…) y le darían, al reunirlas, el poder necesario para acabar con media humanidad: su respuesta genocida para acabar con lo que piensa que es el mal del universo. Ha invadido los lugares donde se mantienen a estas gemas, dejando desolación y muerte. Al inicio casi ha terminado con Thor y se deshace de Loki. Ante la situación, comienzan a unirse los diferentes personajes que conocemos para formar un frente común de combate. No puede contarse más. 


         Con una peligrosa duración de dos horas y media (por la tendencia a caer en el aburrimiento), la cinta se mantiene equilibrada gracias a su estructura narrativa: se divide la acción entre varios grupos de luchadores y otra con el villano de la fábula. La alternancia logra mantener la atención, y la trama, al unir a todos los personajes, permite la diversificación de locaciones. Lo más importante: suceden hechos inesperados aunados al sacrificio, a los secretos revelados, a la invulnerabilidad que resulta recurrente en personajes que se pensaban indestructibles. Todo se resume en la premisa básica de cuento moral que, en este caso, no se resuelve convencionalmente: aparte del peligro de la duración, estaba otro mayor ante la posible desilusión del público por el desenlace. Tal parece que el magnetismo de la obra total ha sido superior a estas decisiones aventuradas que se agradecen. Ahora habrá que esperar a 2020.



*La película se ha estrenado mundialmente sin título traducido en los idiomas correspondientes a cada país. Su mejor traducción en español sería: Los vengadores: la guerra del infinito, más que guerra infinita.