En los últimos días del 14° Festival Mix realizado en la Cineteca Nuevo León gracias al entusiasmo de Alejandro Gómez y el apoyo de CONARTE se exhibió esta cinta filmada en video digital por el interesante Laborde

En este caso, como autor total y productor, ofrece una historia de identidad sexual, misterio y tragedia: un joven llega de provincia a la capital por problemas familiares. Se encuentra con un primo

La cinta fluye lentamente aunque no sea larga en duración (apenas noventa minutos). Laborde se regodea en las escenas sexuales aunque son más sugerentes que audaces y esa será su gran cualidad para ser exhibida en este festival: el gusto por mostrar los cuerpos desnudos de sus protagonistas masculinos sin llegar a la procacidad. La unidad en el tiempo de reencuentro y de explosión del deseo homosexual va a permitir que el primo incremente su represión (la escena sexual con la mujer sugiere que ella lo está estimulando analmente) ya que no se atreverá a confesarlo abiertamente: su esperanza se nulifica al comprobar la heterosexualidad de su posible objeto erótico.
Sin embargo, no es una gran película. Ya sea por la misma forma de producción y el bajo presupuesto que la realización se nota torpe. Sus tres actores no son atractivos (sobre todo la mujer llamada Sheila Lissette quien es triunfalmente fea: hasta pareciera un transexual) en el sentido tradicional del cine. La narración carece de ritmo. Sin embargo no puede negarse el sentido de cine y las inquietudes del director que ya fueron ampliamente demostradas en “Un secreto de Esperanza” (2002), con todo y su reedición, o en la sangrienta “Juego de niños” (1994), aunque hasta el momento, su obra maestra sea “Sin destino” (1999)

Laborde es un realizador de mundos oscuros. Su problema ocasional se refiere a guiones que quedan incompletos en sus alcances. En este caso, uno hubiera deseado más elaboración en el supuesto misterio de la mujer que llega y desaparece o que se niega a dar su nombre inexplicablemente; o mayores demostraciones del deseo del primo por este joven que llegó como inesperado y apetitoso bocado (en su pasión personal, claro) a su propio espacio.
Sin embargo, es mucho mejor que cualquier estupidez que nos entregan los insoportables Amat Escalante o Carlos Reygadas con sus estupidísimas películas (no me cansaré de insistir en este asunto) y Laborde es un realizador superior.