martes, 24 de agosto de 2010

PERPETUUM MOBILE

Una película de Nicolás Pereda (2009).



Una máquina de movimiento perpetuo es hipotética. Si existiera produciría más energía de la que está consumiendo e iría contra la primera ley de la termodinámica; además, su equilibrio sería perfecto en condiciones naturales por lo que no se cumpliría la segunda ley de la termodinámica que anuncia el incremento de la entropía, o sea el desorden molecular. Esta máquina recibe en latín el nombre de “perpetuum mobile” que ha dado lugar a fantasías y excentricidades sin que se alcance ni se logre.

No obstante, su metáfora exacta y aproximada se encuentra en este delicioso largometraje de 86 minutos, filmado en alta definición, dirigido por un estupendo realizador llamado Nicolás Pereda donde se sigue al personaje de Gabino (Gabino Rodríguez) quien trabaja junto con su amigo Paco (Francisco Barreiro) en la mudanza independiente. Tienen un camión estacionado en la calle, con una manta que indica su teléfono. Gabino vive con su madre Teresa (Teresa Sánchez, genial) quien se la pasa reclamándole todo lo que hace, además de añorar la presencia del indolente hijo mayor Miguel (Tenoch Huerta) quien siempre promete visitarla y jamás lo cumple. Alrededor de ellos están algunas anécdotas relacionadas con las mudanzas, la relación de Gabino con su novia Luisa (Luisa Pardo) y la muerte de la abuela materna.

La cinta tiene ese sentido de repetición y continuidad. La vida cotidiana de Gabino y Paco consiste en la mudanza de muebles y objetos de personajes que son tan extraños como lo cotidiano y tan naturales como cualquier persona que se nos enfrenta. La relación de la madre con Gabino es de continuo reclamo. La actitud de Miguel es de constante promesa y negación. El noviazgo de Luisa y Gabino está supeditado al enojo y la superficialidad de la muchacha (en una secuencia magistral, Luisa sube al camión y exige explicaciones por la llegada tarde de Gabino a recogerla; luego sigue una discusión minimalista para que pida que la deje bajar del vehículo. Poco más adelante, Luisa vuelve a subir, reinicia sus exigencias y lo que parece un error de edición es meramente otro énfasis del discurso de la cinta). Gabino y Paco engañan a un pobre estudiante robándole sus muebles y al poco tiempo Gabino es estafado por un tipo que le prometió haber hallado a su perro Junto cuando era mentira. Y finalmente la existencia precede a la muerte que deja a otros seres vivos para que repitan el ciclo en esta máquina perpetua que se llama “vida”.



Hay dos cintas previas de Pereda llamadas “¿Dónde están tus historias?” (2007) y “Juntos” (2009) donde tiene a sus mismos personajes con variantes que podrían conectarse: la relación de Luisa y Gabino con el desaparecido perro Junto; la madre que fuerza el abandono del hijo con la abuela. Tal parece que Pereda escribe una novela por capítulos y sigue la tradición de un Truffaut con las cintas distintas de su alter ego Antoine Doinel (desde “Los 400 golpes” hasta “El amor en fuga”); o como la irregular trilogía melodramática “Tú, Yo, Nosotros” (1970) donde tres realizadores narraban sendos momentos de mismos personajes. Esperamos los estrenos o, al menos, las exhibiciones por televisión o DVD de esos títulos y así conocer la carrera noble de Pereda, un joven con 28 años, quien vive en Canadá, colabora en teatro en Ciudad de México y ha hecho compañía con sus jóvenes y talentosos actores (Gabino, Luisa, Paco, hacen un teatro distinto, retador e incomprendido con el cual viajan por medio mundo).

Una excelente oferta que pudimos gozar dentro del Festival Internacional de Cine en Monterrey donde, al menos, tenemos la oportunidad de conocer el cine mexicano que difícilmente se estrena por tantos intereses creados, siempre injustos e inútiles por parte de los exhibidores. ¡Ah!, otra cualidad de la cinta es que podemos ver a Jesusa, Rosa Ma. Bianchi, entre otras personalidades no anunciadas.